De momento no hay color. Bueno, sí, el color rojo de Ducati, el dorsal 1 del italiano ‘Pecco’ Bagnaia. El dominio del bicampeón de MotoGP. La solvencia del que se sabe superior, a lomos de una ‘Desmosedici’ que, encima, ha mejorado (y mucho) sus dos puntos fuertes de los últimos años: el motor, más potente y con mayor utilización, y la aerodinámica.