La muixeranga del Carraixet se está gestando en los pueblos de l’Horta Nord. El origen está en Meliana hace unos meses, cuando un grupo de familias nuevas en la comarca comenzaron a pensar en la posibilidad de constituir una colla para juntarse e impulsar esta actividad cultural valenciana. Cuatro meses después, el grupo, que ya auna a unas 40 personas de todas las edades, se encuentra haciendo una ‘gira’ de ensayos itinerantes en las plazas de los municipios de l’Horta Nord para darse a conocer y sumar más socios.
Ya han ensayado en Meliana, Foios, Vinalesa, Almàssera, Alboraia, Bonrepós y Mirambell, Albalat dels Sorells, Tavernes Blanques y Alfara del Patriarca y el domingo lo hicieron en Moncada en el Parc de la Mediterrània. Lo cierto es que la entidad todavía está en una fase embrionaria, pues se encuentran en el proceso de que la Generalitat les apruebe sus estatutos para poder constituirse como asociación de manera formal. En lo administrativo, están en el camino. En lo práctico, llevan meses ensayando. La mayoría desde cero y algunos con cierta experiencia.
Claudia Muñoz será (ya lo es) la presidenta de la muixeranga. Una primera herramienta para hacer red en el pueblo y también en la comarca. Ese es uno de los objetivos de un grupo de familias que viven en Meliana. «Planteamos la idea de formar una nueva colla y no queremos que sea de un pueblo concreto, sino del Carraixet, un lugar de encuentro, de hermandad entre municipios de la comarca abierto a quien quiera. Una excusa para encontrarnos y hacer red comarcal», explica a Levante-EMV.
Ella y su familia nunca habían estado en una muixeranga pero la familia de Miquel March, otro de los miembros, sí. Él lleva diez años en la ‘nova de Algemesí’ y ahora hace de ‘mestre’ en la nueva colla de l’Horta Nord. Así es como se llama a la persona que enseña, guía y, principalmente, sienta las bases para que la práctica sea segura, dentro de los riesgos que comportan las figuras.
Ya son unas 40 personas de todas las edades. Los más mayores tienen más de 50 años y los más pequeños a penas meses de vida. «Es muy emocionante, una experiencia de ‘germanor’ brutal porque hay mucha complicidad entre personas que nos acabamos de conocer». La diversidad es, precisamente, uno de los valores que quieren afianzar en la colla. «Queremos ser una colla abierta a todas las realidades físicas y psíquicas y que sea el ‘mestre’ quien decida quién está dónde en cada figura», explica Claudia.
«Queremos ser un grupo abierto a todas las realidades físicas y psíquicas y a todas las etapas vitales»
Para Miquel March, aunque los inicios «son difíciles», «estamos aprendiendo mucho, los que no saben y los que sabemos, también». Lo que más le gusta de esta nueva comunidad ‘muixeranguera’ es que es «intergeneracional». «Desde bebés que solo pueden levantar la cabeza hasta personas jubiladas» y las figuras que elaboran son inclusivas para todos. «Todavía nos falta gente joven, pero ya llegarán, confiamos en que se vaya apuntando gente», dice March.
En busca de un local de ensayo
Ensayan cada domingo y de momento lo hacen al aire libre. Para darse a conocer pero también porque no tienen un lugar de ensayo. March explica que en estos próximos meses buscarán un local estable donde poder ensayar con tranquilidad y donde puedan guardar herramientas para practicar el equilibrio. «Estamos negociando con algún ayuntamiento para ver si nos pueden ceder un espacio», señala.