Concierto en Tokio, nueve horas de vuelo hasta Los Ángeles para después poner rumbo a Las Vegas. Taylor Swift no se podía perder la Super Bowl en el Allegiant Stadium, donde los San Francisco 49ers y Kansas City Chiefs, donde juega su novio Travis Kelce, se enfrentaban en el partido trascendental de la temporada.

Dos horas antes de que comenzará el partido, la cantante hizo acto de presencia en el recinto de Las Vegas junto a su amiga la actriz  Blake Lively, mujer del actor Ryan Reynolds.

Ataviada con una chaqueta bomber roja, el color del equipo de su pareja, jeans y top negros, de su cuello colgaba el número 87, el dorsal de Travis Kelce. Completó el look con un pequeño bolso con forma de balón de fútbol americano.

La cantante llegó acompañada de su madre Andrea Swift, de la actriz Blake Lively y de la rapera Ice Spice.

Ya en el palco del estadio, Taylor Swift conversó con su cuñado Jason Kelce, hermano de Travis y jugador de los Philadelphia Eagles, y sus suegros Donna y Ed, padres de su pareja.

El romance entre Swift y Kelce ha sido una de las grandes historias de la NFL en esta temporada, tanto que las cámaras y los fans han buscado a la artista constantemente en las gradas animando a su novio en cada partido.