La Ruleta de la Suerte es ese tipo de concursos en los que no hace falta ganar el programa para llevarte dinero. Su fama entre los espectadores es máxima y son muchos los que desean convertirse en concursantes para intentar llevarse el premio. En cada panel se reparte cierta cantidad de dinero entre los tres participantes, pero todos ansían llegar al Panel Final para conseguir el máximo premio: el coche.
En la prueba final, el ganador de todos los paneles se enfrenta a una mini ruleta en donde tiene la oportunidad de ampliar la cantidad de dinero. Tan solo tiene que tirar para decidir en que casilla se para. En ese momento, Jorge Fernández extrae un sobre de la ruleta en donde viene el premio, que no va a ser revelado en ese momento. Es ahí cuando el concursante se la juega.
En la prueba final tiene que adivinar la frase que se esconde en el panel. El programa le da de inicio una serie de consonantes y una vocal, para darle algo de ventaja. Él tiene que escoger tres consonantes más y otra vocal. Después de ver cuantas letras tiene a la vista, le dan diez segundos para resolver. Si en ese tiempo saca la frase se lleva lo que ha acumulado en el programa más lo que esconde el sobre. Si, por el contrario, no lo consigue, solo gana lo de las anteriores pruebas.
Ante este reto se presentó, en uno de los programas, Jon concursante del atril azul y vencedor de los paneles anteriores. Jorge Fernández le señaló que consonantes (R, S, F e Y) y la vocal (O) que le dan desde el programa y él escogió tres más (N, L y C), añadiéndole otra vocal más (A). La pista era ‘Tres acciones’, con estas herramientas, Jon tenía que resolver el panel.
De primeras, ya descubrió una de las tres palabras, Arropar, pero las otras dos se le complicaban. Lanzó a probar varias palabras, si se daban por válidas, pero no terminó por acertar ninguna. De esta forma, se desvanecieron los sueños de Jon, pero se mantuvo orgulloso del programa que había hecho y no le daba pena perder el premio que había escondido en el sobre.
La peor de las noticias llegó a continuación, cuando descubrió que le podía haber tocado, nada más y nada menos, que un coche. Una desilusión que compartió junto a Jorge Fernández y Laura Mouré, azafata del programa que estaba deseando entregar el premio del coche. Otra vez será.