Los negocios entre Pedja Mijatovic, exjugador y ex alto cargo del Real Madrid, y Carlos Bucero, recientemente nombrado director general de Fútbol del Atlético de Madrid, han terminado con el exjugador en los tribunales por no declarar correctamente ante Hacienda los pagos y las prebendas que recibió del agente. Según ha podido saber El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, Bucero, que fue mano derecha de Mijatovic cuando este era el máximo responsable deportivo del club blanco hace 15 años, pagó a su socio importantes cantidades de dinero, bien asumiendo gastos como “colaborador” en la intermediación de traspasos o bien con pagos directos de hasta 24.000 euros por, según defienden ellos, su buena relación de amistad.
Lo sucedido se enmarca, según explica una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid a la que ha tenido acceso en primicia este periódico, dentro de una liquidación y una sanción de 285.000 euros por el IRPF de 2012, apenas tres años después de que Mijatovic dejara de ser director deportivo del Real Madrid.
Durante su inspección, el fisco descubrió que el héroe de la final de la séptima Champions League conquistada por el club blanco había hecho uso de «medios fraudulentos» para elaborar una contabilidad personal en la que se detectaron «anomalías sustanciales», y es por eso que se le impuso una multa por mantener una conducta que se considera como «muy grave». Una decisión que ahora ha sido confirmada también los tribunales.
Bucero, un «colaborador» y un amigo
Una vez que ambos abandonaron el Santiago Bernabéu, Mijatovic y Bucero siguieron manteniendo una buena relación, tanto personal como profesional. Hace poco menos de un mes, cuando el ya exagente fue nombrado nuevo director general de Fútbol del Atlético de Madrid, lo que le convierte en una de las personas con más poder en el Metropolitano al asumir parte de las funciones de Miguel Ángel Gil, consejero delegado del club rojiblanco, Mijatovic se deshizo en elogios hacia él en la Cadena SER.
«Partiendo de la base de que le considero un gran profesional y un amigo, Carlos es un trabajador en el que puedes confiar. Es un hombre metódico, que sabe lo que quiere, honesto. No quiere protagonismo. Se dedica a trabajar. Tiene sus propias ideas, pero también sabe seguir las estrategias del club, del equipo. No es difícil trabajar con él. Es honesto y recto. Hace lo que se le dice y transmite bien lo que tiene que transmitir», dijo el montenegrino en reconocimiento a su amigo, que era además el hombre fuerte de Jorge Mendes en España.
Cuando los técnicos de Hacienda acudieron a preguntar a Gespro, la agencia de representación de Bucero, en concepto de qué se le habían entregado 24.000 euros a Mijatovic, desde la empresa aseguraron que el exfutbolista era un «colaborador».
Un término que, después, fue matizado por el propio Bucero, que aseguró que ese dinero se le dio «en el marco de amistad» que unía a ambos. Por esa relación personal, y por el «buen asesoramiento y apoyo» que supuestamente les ofrecía Mijatovic, es por lo que el nuevo directivo del Atlético de Madrid defendió que Gespro le dejara hacer uso de sus oficinas y decidiera pagarle diversos viajes.
Una versión que Hacienda, y ahora también el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, no dieron por buena, puesto que las pruebas «permiten afirmar sin lugar a dudas que existe una actividad del señor Mijatovic, porque, de no ser así, nunca se hubiera empleado el término ‘colaborador’ y no habría tenido sentido que Gespro le pagara gastos de viaje que en el conjunto de dos años exceden los 20.000 euros».
Además, los inspectores de la Agencia Tributaria han detectado algunos movimientos dentro del mercado de fichajes en los que estuvieron involucrados ambos trabajando mano a mano, como por ejemplo en el fichaje del entrenador Miroslav Djukic por el Hércules.
Sanción por no reconocer su labor de intermediario
La razón por la que le sanciona Hacienda, y por la que también le inspecciona en más años que 2012, es por no declarar adecuadamente los pagos y las prebendas que recibió por su labor de intermediación en diversos fichajes.
En la sentencia del pasado 22 de diciembre a la que ha tenido acceso El Periódico de España, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid avala las conclusiones a las que llegó el fisco con su «detallada» investigación, e incluso habla de la «simulación» de un préstamo de «hasta 1,5 millones de euros» por parte de Vlado Lemic, un agente que ha orbitado en el entorno madridista durante las dos últimas décadas y que llegó a pagarle incluso facturas médicas y la matrícula del colegio de sus hijos.
Además, Hacienda también ha detectado los movimientos irregulares en forma de préstamos que llevó a cabo Mijatovic para traer un millón de euros desde dos sociedades radicadas en Suiza que eran de su propiedad, a pesar de no estar declaradas como tal, y que habrían surtido de fondos a la mercantil que el montenegrino tiene en España. Una empresa con la que, por ejemplo, pagaba los gastos de su vivienda en la exclusiva urbanización de La Moraleja.