Después de que la eurozona se estancara en el cuarto trimestre, tras una pequeña contracción en el tercero, los analistas de RaboBank consideran que la economía de la región tocará fondo en los primeros tres meses de 2024. ¿Qué vendrá después? Aunque la debilidad persiste, su previsión es que el crecimiento será lento pero positivo.

«Esperamos que el crecimiento de la eurozona toque fondo en el primer trimestre del año y que después sea lento pero positivo. Lo más probable es que el principal impulsor del crecimiento sea una mejora en el poder adquisitivo de los consumidores, a medida que el crecimiento de los salarios supere a la inflación», dicen.

De hecho, creen que el crecimiento del gasto de los consumidores debería empezar a recuperarse en el transcurso de 2024.

Precisamente, sobre su pronóstico de inflación, comentan que en los últimos meses ha habido una serie de sorpresas positivas y negativas. Como detallan, en el lado positivo, «las cifras de inflación básica fueron mejores de lo esperado y los precios de la energía cayeron drásticamente».

Pero, al mismo tiempo, surgieron nuevos riesgos: «Las perturbaciones comerciales en el Mar Rojo provocaron que los precios de envío de contenedores de China a Europa se quintuplicaran y los fabricantes ya están señalando que los costes más altos están comenzando a notarse«.

En definitiva, consideran que las perspectivas de inflación «siguen siendo mejores que hace unos meses» y han ajustado sus expectativas. Ahora esperan una inflación del 2,7% en 2024 y del 2,7% en 2025. No obstante, matizan: «Existen algunos riesgos obvios para nuestras perspectivas y algunos de ellos, de hecho, han aumentado».

«Por el momento, hay poca evidencia de que las perturbaciones comerciales en el Mar Rojo resulten en un shock inflacionario significativo, ya que la logística representa menos del 1% del coste final de la producción manufacturera. Sin embargo, la experiencia de 2021-2022 muestra que esta no es una condición suficiente para la estabilidad«, afirman.

Por el contrario, «si las perturbaciones comerciales se extienden, los efectos inflacionarios pueden ser mayores si las empresas enfrentan una escasez de insumos. Dados los inciertos efectos de segunda y tercera ronda, es difícil predecir cómo de grandes serán los efectos inflacionarios, pero pueden poner en peligro la tendencia a la baja de la inflación«, explican.