Llega una notificación al móvil. Es de TicketSwap, la app para reventa y compra de entradas de conciertos. Alguien vende dos tickets para uno de los conciertos de Rodrigo Cuevas en The Music Station, en Madrid. Al entrar, solo unos segundos después de que el mensaje apareciera en la pantalla, la aplicación dice que se ha adelantado alguien. Hay cero entradas disponibles.
El «agitador folclórico», como el propio Rodrigo Cuevas se denomina, ha causado un verdadero movimiento fan en Madrid. Casi 300 personas esperan impacientes esas notificaciones para hacerse con una entrada para el concierto del sábado y otras 300 en el domingo. Unas 2.000 personas caben en este teatro del centro de Madrid, por lo que unas 4.000 habrían conseguido uno de los preciados tickets dorados para el show, en el marco del Inverfest.
Una carrera consolidada
Rodrigo presenta en Madrid su álbum Manual de romería, su segundo disco de estudio tras Manual de cortejo. Su último single CÓMO YE?! tiene 268.000 reproducciones en YouTube y en Spotify este asturiano de 38 años ronda los 150.000 oyentes mensuales. Es evidente que ha consolidado su posición como uno de los artistas españoles de referencia, sobre todo para el revival que vive la música tradicional.
Es el resultado de una dilatada carrera que empezó cuando con ocho años le regalaron un teclado. Comenzó un idilio que le ha llevado a unirse con el folclore en un matrimonio de lo más fructífero, pero que no ha sido hasta hace poco que ha llegado al público general. No solo canta n’asturianu, también en castellano y en gallego, y él mismo asegura que no pretende hacer solo tonadas asturianas porque eso sería limitarse.
En la cultura tradicional está la historia de nuestro país
En parte, mucha atención viene de su colaboración con Rozalén, pero Rodrigo es muy dado a este tipo de sinergias artísticas. Por ejemplo, con Raül Refree hizo su primer disco, y también ha trabajado con Eduardo Cabra o con Baiuca. No tiene miedo a los riesgos ni a perder el protagonismo, ya que en su último disco hay cuatro canciones en las que ni siquiera canta él.
Este artista polifacético es también un artista total. Nunca pasa por alto la estética, con elementos de la vestimenta tradicional asturiana en todos sus estilismos. En otoño publicó su libro La Xorda. Nuevos cantares de chigre, y lleva un centro cultural en el concejo de Piloña, en Asturias.
No quiere renunciar a lo tradicional para gustar a más gente. Así como tampoco quiere dejar el pueblo para vivir en Barcelona o en Madrid. Representa a aquellos que, habiendo probado las mieles de la gran ciudad, prefieren la vida rural y todos sus beneficios. Y a aquellos que saben que en la cultura tradicional está la historia de nuestro país, de nuestros abuelos y abuelas, de aquellos que vinieron antes que nosotros.
El antiguo teatro de Piloña estaba en un estado ruinoso
El Independiente: Naciste y creciste en Oviedo pero tras vivir en Barcelona y Santiago prefieres Piloña (concejo del oriente de Asturias, cercano a Cangas de Onís). ¿Qué tiene que enamora?
Rodrigo Cuevas: Pues escogí Piloña porque estuve viviendo en un pueblo del interior de Pontevedra y en ese momento la mayoría del trabajo lo tenía en Asturias. Estaba con el coche todo el rato, así que me dije «Me tengo que volver». Y Piloña me parecía un sitio bastante guay, tenía una intuición con Piloña.
EI: En Piloña has montado La Benéfica, que es un centro cultural que pretende recuperar el folclore asturiano y potenciar la cultura de allí. Es un proyecto novedoso y original y al mismo tiempo muy tradicional. ¿Cómo surge este proyecto?
RC: Pues surge de unos amigos que nos juntamos, Nacho Somovillas, Sergi Martí y yo, que ya participamos junto a otra gente en la organización de un festival, y necesitábamos un sitio a cubierto. Nos decidimos a comprar el antiguo teatro del pueblo, que estaba en estado un poco ruinoso, y ahora lo estamos rehabilitando para volver a convertirlo en un centro cultural.
EI: Y la gente en Piloña ¿cómo recibió el proyecto?
RC: Pues muy bien, en general está generando mucha mucha ilusión y bueno, muchas expectativas.
«En el término agitador folclórico entran todas mis facetas»
EI: Hace poco sacaste también un libro, sumado a tu música y al proyecto de la benéfica se te queda corto el título de agitador folclórico.
RC: En el término de agitador folclórico entran todas esas facetas también, por eso me puse esa etiqueta, puedes hacer de todo ahí dentro.
EI: ¿Qué más te queda? ¿Ser actor, por ejemplo?
RC: Podría ser, fui actor de teatro un tiempo también.
Nunca perseguí el éxito ni lo busqué
Rodrigo cuevas
EI: ¿Es algo que te planteas?
RC: Podría ser, claro, si me proponen algún proyecto chulo me encantaría volver al teatro.
EI: De todas las cosas que haces, ¿hay algo que te cueste más y algo que te salga más fácil?
RC: Lo más fácil, los conciertos. Y La Benéfica no es que me cueste más, pero tengo que ponerle más esfuerzo porque la gestión cultural no es mi campo, así que tengo que estar atento a todo.
EI: Hace unos meses te dieron el premio nacional de las músicas actuales, tienes más de 100.000 oyentes en Spotify, se puede decir que has alcanzado el éxito. ¿Era lo que pensabas? ¿Era lo que querías?
RC: La verdad que nunca perseguí el éxito ni lo busqué, ni tuve muy claro qué es. Yo creo que el éxito es estar donde uno quiere estar y ya está. No dejarse llevar por inercias ajenas o no conseguir las cosas que uno quiere. Estar donde uno quiere estar es el éxito, da igual dónde.
EI: Y es tu caso, ¿no?
RC: Sí, la verdad, que sí.
EI: Estás en una situación cómoda para crear, también. ¿Te resulta más fácil crear en Asturias?
RC: Sí, mucho más fácil.
EI: Durante la pandemia se vaciaron las ciudades y se habló mucho de este retorno a lo rural pero parece que se ha diluido en los años posteriores. ¿Qué crees que hace falta para que la gente vuelva a los pueblos?
RC: Igual un mes de confinamiento obligatorio, sin enfermedad, solo obligatorio confinamiento perimetral, ya verás cómo la gente iba a valorar mucho más dónde vive.
EI: Haces un trabajo de concienciación y cultural en todas direcciones: a los jóvenes les llevas el folclore y a los mayores los nuevos ritmos y sonidos. ¿Quién se sorprende más con tus mezclas?
RC: Mmm, yo creo que los jóvenes se sorprenden más que la gente mayor, ¿eh? Lo ven todo más natural, y más fácil. Sí tengo mucho público mayor, la verdad, tengo un público muy, muy mezclado. Mucha gente joven también. Depende un poco del lugar. En los teatros hay más gente mayor y en los festivales más gente joven.
Se lleva lo tradicional
EI: Algo que he oído recientemente es que «se lleva lo tradi» [lo tradicional] y me quedé con la frase. ¿Es cierto?
RC: Se lleva «lo tradi», está muy de moda.
EI: ¿Crees entonces que ahora surfeas una ola que se acabará?
RC: Seguramente cambie, también quedarán cosas y todo ese repertorio quedará. Igual que pasó en otras olas, ¿no? Cuando se empezó a utilizar la música popular en la zarzuelas en los años 20 o 10 provocó unos cambios en la lírica española, la música tradicional y popular. Todas esas olas también van dejando un poso. Que también está bien.
EI: En todo tu recorrido profesional has vivido etapas en las que tocabas en la calle. ¿Es más libre eso, o lo que haces ahora?
RC: Bueno, el tener una posición privilegiada para tener una producción grande te da una libertad. Pero la calle te da otras libertades. Nadie depende de ti, así que eres más libre. Si no quiero ir, no voy. A nivel de repertorio puedes probar cosas, porque hay menos gente escuchándote. No tienes que pensarte tanto las cosas.
EI: ¿Hay alguien con quien tengas en mente una colaboración ahora mismo que pueda sorprender?
RC: Hombre, si pudiera sorprender y la digo ya no sorprende.
EI: ¿Con quién te gustaría, entonces, colaborar?
RC: Pues mucha gente, María Arnal, Lila Downs, también con Arca…
EI: Una de tus canciones más populares es la que tienes con Rozalén [Te quiero porque te quiero, Matriz (2022)], ¿cómo surge?
RC: La relación con Rozalén es de amistad, ella viene a verme a casa… me dijo que iba a hacer un disco de folclore y quería que yo estuviera.
EI: ¿Surge antes la amistad o la colaboración?
RC: Antes la amistad. Y de hecho, se vino al pueblo y en una noche de farra que estuvimos en una sidrería hasta las seis de la mañana surgió la colaboración.
El asturiano ha sufrido mucho desprecio
EI: Eres una de las personalidades que reivindica el asturiano y dices que hay mucho complejo en Asturias por hablar el asturiano, particularmente en las ciudades. ¿Tú cuando eras pequeño, en Oviedo, ya hablabas asturiano?
RC: Bueno, en las ciudades depende. En los barrios se habla más amestao, que es la mezcla de asturianu y castellano, pero se puede ver perfectamente el deterioro de la lengua desde hace 30 años en las ciudades. En las ciudades se nota total. Gijón era una ciudad en la que se hablaba mucho amestao, pero se está imponiendo el castellano muchísimo. Y eso es por el desprecio, la falta de cuidado, la falta de escolarización, de alfabetización en lengua asturiana y todo el daño que se le hace al asturianu.
EI: ¿Crees que ayuda al asturiano el estar tan relacionado con un tema político?
RC: Es una pena que solo una parte de la política defienda la lengua asturiana, cuando debería ser algo transversal. Pero la gente que tiene todo el rato de España y la bandera en la boca al final odian todo lo que no sea una única forma de ser español. Desprecian la lengua asturiana, que entonces se relaciona con el que lo defiende.
EI: Tuviste hace poco una polémica con VOX que dijo que pretendían vetarte de los conciertos que organizara el ayuntamiento de Gijón, ¿en qué quedó eso?
RC: Al final les expulsaron del Gobierno por el Festival de Cine de Gijón porque pretendían eliminar el premio de cine LGBT y el premio de cine asturianu y salieron del Gobierno. Pero sigue habiendo una persona de VOX que se salió del partido y sigue en el Gobierno, que insiste en que no quieren personas que defiendan el asturiano en la programación de la ciudad.
EI: Tú vas a seguir luchando por seguir actuando en Gijón.
RC: Yo acabo de actuar en La Laboral, que no depende del Ayuntamiento, y por supuesto habrá que intentarlo. Porque hay mucha gente de Xixón que me sigue y no se merecen este tipo de gobernantes que tienen.
EI: Hay mucha gente que considera que el arte puede ser blanco, no tener tintes políticos, ¿qué piensas tú?
RC: Hasta pretender no tener una opinión político también es político. Todo lo es. La autocensura es una decisión política. El no hablar de nada que te pueda meter en un lío, o el no dar tu opinión por miedo a perder seguidores es muy político (y no bueno).
Yo intento no tener miedo. ¿Por qué no vas a dar tu opinión? Todo el mundo puede tener una. Lo que tiene que aprender la gente es a respetarlas.
Rodrigo Cuevas no cree en la cultura de la cancelación
EI: El tema de la cancelación y de la gente woke está en boca de todos y algunos dicen que ahora hay más censura que hace cuarenta años.
RC: Yo creo que no. Lo que pasa es que ahora la gente tiene redes sociales y tienen mucho miedo a que se le censure o cancele en redes sociales. No creo en la cancelación, no creo que debiéramos cancelar a nadie por una opinión concreta, pero desde luego no creo que haya más censura.
Lo que pasa es que antes había una dictadura del heteropatriarcado y ahora los oprimidos contestamos. Los que estaban acostumbrados la patriarcado dicen «Uy, es que ahora no puedo decir nada». No, es que durante mucho tiempo dijiste lo que te dio la gana sin que nadie te replicara. Pues ahora hay una réplica. Y tienen que aguantar las consecuencias de sus palabras.
EI: Vienes a Madrid a dos conciertos que están sold out desde el primer segundo. Y en TicketSwap, que es una herramienta de compraventa de entradas, hay 300 personas esperando en cada una de las fechas para intentar verte. ¿Cómo vives este éxito?
RC: Pues muy bien, vender entradas es el objetivo que tenemos las cantantes. Qué maravilla.
EI: ¿Te planteas volver a Madrid a un escenario más grande?
RC: Claro que sí.
EI: ¿Un WiZink, de repente? Podrías llenarlo.
RC: Pues no sé, habrá que ver habrá que ver pronto lo que tenemos. Llenarlo no sé, a la mitad quizás. Habrá que intentarlo.
EI: Algo muy especial de tu arte es que lo mezclas con variedades quizás denostadas como son el cabaré o el circo. ¿Cómo lo integras todo?
RC: Es de forma muy natural, son disciplinas que me gustan, que me interesan, y que siempre jugueteé con ellas, así que jugueteo con ellas en el escenario y creo que funciona bien.
EI: A nivel estético, ¿cómo te inspiras?
RC: Ahora mismo me inspiro mucho en los 70, en Donna Summer, en los Bee Gees, en ABBA… y todo eso mezclado con la tradición asturiana. Hablo con el diseñador y miramos cosas que tengan que ver con eso. Pero por ahí va, va cambiando.
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