“Puffff. Pusimos el anuncio y nos contactaron por correo como 3.000 personas, llamaron unas 200 y unas 60 vinieron al pueblo a conocerlo y a ver el bar”. Pedro del Olmo es el alcalde de Irueste, un pequeño pueblo de la Alcarria de 81 habitantes que busca con ahínco alguien que dé relevo al bar del pueblo. Hay quien dice que un pueblo se muere un poco más [o bastante más] si se cierra el bar. “La única vida social que se hace pasa por el bar, eso es así”, dice a El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, el alcalde, que tras dejar el negocio -es una instalación municipal- los anteriores arrendadores por enfermedad, lanzó una campaña para buscar sustitutos hace tres semanas.

Las condiciones no pueden ser mejores. Ofrecen gratis una vivienda, de 68 metros cuadrados y de propiedad también municipal, además de ayuda con los gastos de bar. Léase, se cobra de alquiler por el negocio 10 euros al mes -”por poner algo”-, y el inquilino sólo paga el 30% de la factura de la luz. “La calefacción, que es de gasoil, la pone el Ayuntamiento”. A priori, una bicoca, vamos.

Imagen de Irueste, que todavía tiene vacante la plaza para gestionar el bar. DIEGO DELSO


Tras un duro proceso de selección, tenían ya a una pareja dispuesta a entrar a principios de año, pero a última hora se torció la cosa. “Eran una pareja de Madrid. Hace una semana nos dijeron que no venían. Les habíamos dicho que para principios de año íbamos a hacer un gancho de caza y que había que preparar comida para todos. Debían ser animalistas, o no sé yo…”.

Ahora siguen «dándole vueltas» a los elegidos para no errar el tiro otra vez y mientras tanto abren el bar los propios vecinos de este pueblo del sur de Guadalajara. “Lo abrimos de ocho a diez de la noche y los fines de semana a la una de la tarde o así”, relata Del Olmo, que considera el bar “fundamental” para la convivencia de los vecinos, para que siga habiendo vida en el pueblo. “El hecho de reunirnos, de vernos por la calle, y decir, ‘qué haces’, pues vamos al bar”, expresa.

Viviendas gratis

Muchos son los pueblos de la España vaciada que lanzan anuncios similares. Se ofrecen viviendas gratis a quien quiera hacerse cargo del bar. Recientemente, el Ayuntamiento de Hontanar, en Toledo, anunciaba que ofrecía vivienda sin cargos a quien gestionara el único bar.

El establecimiento hace de centro de día ya que también lleva comida a domicilio a los ancianos con problemas de movilidad, por lo que trabajo no va a faltar en la cocina pese a tener sólo 130 habitantes. El pueblo cuenta, además, con cinco casas rurales, ya que está enclavado en el Parque Nacional de Cabañeros, y el tránsito de turistas en fin de semana, vacaciones y festivos es constante.

Vista de la entrada a un bar en Vallat, en Castellón. GABRIEL UTIEL


«El bar es el alma del pueblo”, razona Esther Cereza, alcaldesa de Montanuy, perteneciente a la comarca de Ribagorza (Huesca), que sacó a concurso en 2021 la gestión del bar y restaurante de Aneto, una de los pueblos que gestiona su ayuntamiento y que cuenta sólo con 17 habitantes. La alcaldesa es muy consciente de lo importante que es en estos pueblos chicos “poner en valor un local social que sirve de punto de encuentro, para reunirse, para jugar a las cartas”, ya sea con iniciativa privada o pública.

El anuncio, publicado en la prensa de Aragón, ofrecía facilidades en la gestión y recalcaba, de cara a encontrar familias con hijos, que los niños a partir de dos años podían estar escolarizados en la comarca, además de que contaban con centro de salud. La alcaldesa recuerda que en otros pueblos de su gestión, como en Castanesa, también en el valle de Baliera, la iniciativa privada ha abierto un restaurante, pero en otros son inmuebles municipales y hay que hacer contratos de gestión para llevarlos.

“Cuando no lo tienen los vecinos [el bar] lo notan, la costumbre de ir a jugar a las cartas o tomar café es una actividad de dinamización que se echaba en falta”, explica Cereza sobre el cierre del Bar de Aneto por jubilación. La alcaldesa añade que los alquileres que se cobraban para atraer gente eran “simbólicos”. “Lo importante es que esté la actividad. El bar es lo que más vida da a un pueblo”, recalca la alcaldesa, que pide por favor que no siga contactando la gente con el Consistorio para gestionar el bar ya que, pese a que hay alguien llevándolo desde hace un año, «todos los días nos llegan llamadas preguntando».

Que el bar se mantenga abierto y que pueda haber casas disponibles para la llegada de nuevos habitantes, algo que paradójicamente falta en la España vaciada, tal y como contó este reportaje de EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, son dos insturmentos fundamentales para fijar población y que no continúe la diáspora hacia grandes o medias ciudades. Según un informe del portal inmobiliario Fotocasa, «tres de cada cuatro municipios españoles han perdido población en la última década y el 40% de los pueblos sufre riesgo de despoblación».

Otro pueblo que en los últimos tiempos ha ofrecido facilidades de todo tipo para encontrar nuevos gestores para el restaurante ha sido Jasca, en Huesca, una localidad de unos 100 habitantes. Pero no sólo se buscan nuevos pobladores que quieran ser hosteleros, sino que se ofrecen carreras profesionales en otros oficios. En Monleras, Salamanca, por ejemplo, se ofrecía vivienda a quien quiera lleva la panadería de horno de leña del municipio. En Griegos (200 habitantes), en Teruel, por su parte, se daba la posibilidad de ejercer diversos trabajos y tener acceso a vivienda para quien quisiera mudarse con niños en edad escolar.