Entre los tres suman 366 donaciones de sangre y son el espejo en el que los jóvenes deberían mirarse, por el bien del sistema sanitario de Asturias. La allerana de Collanzo Elena Fernández Fanjul, la avilesina Alicia Mónica Fernández Llera y el ovetense Juan Marcos Alvarez Suárez presentan una hoja de servicios impecable en materia de altruismo, y reclaman que las generaciones más jóvenes vayan tomando el relevo.

«Los menores de 25 años representan un 9 por ciento de los donantes totales», alerta Ana María Ojea Pérez, directora técnica del Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias. Estas semanas, con muchos festivos y un alta incidencia de resfriados e infecciones respiratorias –procesos generalmente leves, pero suficientes para impedir la donación–, están siendo particularmente complicadas por el desfase entre la recogida de bolsas y las demandas de los hospitales. «Lo más urgente en el momento actual son plaquetas», destaca la doctora Ojea.

«Hay un millón de razones para donar y sólo una para no donar: que tengas un problema de salud. Yo creo que tendrían que justificarse los que no donan, y no nosotros, que tenemos todas las razones del mundo», sentencia con absoluta convicción, y sin perder la sonrisa, Elena Fernández Fanjul. A sus 57 años, sólo de aféresis acumula ya 104 donaciones.

La aféresis es una modalidad de donación en la que se emplea un separador celular que no está disponible en las unidades móviles, pero sí en los locales fijos de donación. El proceso dura más tiempo que la donación convencional: 50 o 60 minutos. Gracias a los separadores celulares, pueden extraerse de la sangre del donante los componentes que se desean. Al no suponer apenas pérdida de glóbulos rojos, las donaciones pueden ser más frecuentes.

Bolsas ya procesadas en el Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias. David Cabo


En la familia de Elena Fernández, el recambio generacional está resuelto a medias: «Mi marido es donante de sangre normal. Mi hija es donante esporádica, porque es de esas personas a las que las agujas le dan miedo, y digamos que dona más que nada para que yo no le dé la brasa. Y mi hijo es donante de aféresis desde hace un tiempo». La donación por aféresis no plantea ningún problema a esta allerana vecina de Oviedo: «Es muy cómodo. Te lleva 40, 50 o 60 minutos, según te toque una máquina u otra, o tú vena esté más o menos ligera. Traigo un libro electrónico y estoy leyendo, sin más. Cuando acabo la donación, yo creo que me encuentro mejor que los que donan sangre total».

Alicia Mónica Fernández Llera lleva 100 donaciones de sangre total. Para ella, fue determinante el ejemplo que vio en su casa: «Mi padre siempre fue donante. Cuando venía la unidad móvil a la plaza del ayuntamiento de Avilés, allí estaba siempre. Cuando cumplí 18 años, me invitó a acompañarle y hasta hoy». La donante avilesina hace hincapié en la seguridad de la donación: «La gente debe saber que no tiene por qué haber ningún problema». Por lo demás, «a mí me gusta ser altruista, hacer las cosas sin esperar recibir nada. Quizá a algunos jóvenes les cuesta ver las cosas así».

Juan Marcos Alvarez Suárez, ovetense de 60 años, se ha sometido ya a 162 donaciones por aféresis. Fue uno de los que inauguró este procedimiento en el Centro Comunitario de Sangre y Tejidos. «La sangre es algo que yo tengo y que puedo entregar gratis para ayudar a otra persona y sin recibir nada a cambio. Y eso está muy bien porque estás ayudando a un enfermo, a su familia y a todos, porque tarde o temprano todos pasamos por un hospital y vamos a necesitarla», enfatiza este enfermero que trabaja en la red de Salud Mental.

En su mensaje a los jóvenes, Juan Marcos Álvarez también acentúa la seguridad del proceso: «Seguro que algunos hacen cosas muchísimo más peligrosas que un pinchazo para dar sangre. Quizá están poniéndose tatuajes o piercings o practicando deportes de riesgo. Que vengan con toda tranquilidad, que no va pasarles nada y tiene un equipo de atrás que les está controlando».

Ana María Ojea Pérez, directora técnica del Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias, constata que en las últimas semanas se ha registrado un fuerte incremento de la demanda de hemocomponentes por parte de los hospitales. Y en las fechas navideñas las donaciones descienden y las necesidades se mantienen o aumentan: «Efectivamente, hay muchos pacientes ingresados que necesitan componentes sanguíneos, fundamentalmente plaquetas, pero también el resto, como glóbulos rojos o plasma». En concreto, «es importante que estos días se acerquen los donantes de aféresis para obtener plaquetas». Y es que de una donación de aféresis se obtiene una bolsa de plaquetas para un paciente, mientras que para eso mismo hacen falta cinco donaciones convencionales.

Ante la realidad ineludible de un plantel de donantes envejecido, la doctora Ojea señala: «Es necesario que la población se sensibilice y que se hagan donantes. Se necesitan 180 donaciones diarias: más donantes de sangre total, de aféresis de plaquetas y de plasma. Y también más donantes de médula ósea».