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Campaña saharaui contra la candidatura de Marruecos a presidir el Consejo de Derechos Humanos de la ONU

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«Permitir que Rabat ocupe la presidencia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU es como poner al lobo a cuidar de las ovejas». Así lo creen más de una treintena de organizaciones de derechos saharauis que han emprendido una campaña para bloquear la designación de la dictadura alauí al frente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU para el próximo año, que cuenta ya con el aval de la Liga Árabe.

«Marruecos no debe presidir el Consejo de Derechos Humanos de la ONU mientras ocupe el Sáhara Occidental», reclaman en un comunicado conjunto las principales organizaciones de derechos humanos saharauis que trabajan desde el exilio o en el interior de los territorios ocupados contra las vulneraciones del derecho internacional de las autoridades marroquíes.

En septiembre la candidatura marroquí recibió el apoyo expreso de la Liga Árabe, con sede en El Cairo. «Ante la actual campaña de Marruecos para asumir la presidencia anual del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que supervisa miles de denuncias de derechos humanos de todo el mundo, la sociedad civil del Sáhara Occidental insta al Consejo a rechazar la candidatura de Rabat, señalando la ocupación y colonización de su tierra natal, la falta de cooperación con los mecanismos de la ONU y su ataque y acoso a defensores de derechos humanos, periodistas y otras personas por el hecho de cooperar con la ONU», arguyen.

Las organizaciones firmantes, entre las que se incluyen asociaciones de defensa de los presos saharauis en cárceles marroquíes y organizaciones que buscan quebrar el bloqueo informativo de los territorios ocupados, consideran que «Marruecos ni defiende ni cumple con los estándares de derechos humanos requeridos para los miembros del Consejo de Derechos Humanos», al que pertenece desde 2022.

Intensificación de la represión

Desde que ingresó como miembro, «Marruecos ha intensificado su acoso a periodistas y críticos y continúa deteniendo y sometiendo a periodistas, blogueros y defensores de los Derechos Humanos a juicios injustos». «La libertad de prensa está sufriendo una muerte lenta y deliberada en el país, evidenciada por la persecución y el encarcelamiento de periodistas y descrita en el informe de Human Rights Watch ‘Te atraparán pase lo que pase: el libro de tácticas de Marruecos para reprimir la disidencia’”.

Un hostigamiento al que se suman la tragedia del salto. ala valle de Melilla en junio de 2022, con al menos 37 migrantes muertos y decenas de desaparecidos aún hoy. El comunicado recuerda el uso de la migración como arma de presión a España, una estrategia censurada por el Parlamento Europeo. «La crisis humanitaria y de derechos humanos es aún peor en las partes del Sáhara Occidental que permanecen bajo ocupación marroquí desde 1975. Hasta el día de hoy, Marruecos continúa negando al pueblo del Sáhara Occidental su derecho a la autodeterminación, el prerrequisito y la base sobre la que descansan todos los demás derechos humanos, desafiando abiertamente las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que desde principios de los años 1990 pedían un referéndum para el pueblo del Sáhara Occidental», evoca la nota.

«Las autoridades marroquíes continúan acosando a los activistas que apoyan la autodeterminación saharaui, impidiendo reuniones y obstruyendo el trabajo de las organizaciones no gubernamentales locales de derechos humanos (Human Rights Watch, 2023), siendo el territorio un práctico “agujero negro informativo” (Reporteros sin Fronteras). Durante los últimos ocho años, se ha impedido el acceso a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos y la situación se ha visto agravada por la expulsión sistemática de observadores internacionales y la denegación de acceso a organizaciones internacionales, convirtiéndose así la ocupación en un agujero negro militar de derechos humanos», agregan.

“No se puede permitir que un Estado que intenta obstruir el diálogo con la ONU, negándose a implementar y seguir las recomendaciones de los órganos de la ONU e incluso atacando públicamente a los expertos de la ONU a la vez que castiga a los defensores de derechos humanos por su participación en el Consejo de Derechos Humanos, actúe como su presidente. Destruirá la legitimidad misma de la que depende el Consejo de Derechos Humanos para sobrevivir, a la vez que abandonará a un pueblo que ha estado bajo ocupación desde 1975”, expone la sociedad civil saharaui.