La localidad de Caimari, una de las principales puertas de entrada a la Serra de Tramuntana, se ha convertido este domingo en la auténtica capital de la oliva y el aceite mallorquines con la celebración de la XXVI edición de la Fira de s’Oliva, una de las ferias temáticas más atractivas de la isla para el público. El evento comercial ha vuelto a constatar que el aceite, base de la cocina mediterránea y de nuestra cultura gastronómica, provoca auténticas pasiones entre la sociedad mallorquina.
Las cifras de asistencia así lo confirman: según la Policía Local, habían pasado por la feria de Caimari unas 20.000 personas entre el sábado y el domingo a primera hora de la tarde. De hecho, a lo largo de la mañana dominical se han formado largas retenciones de tráfico para acceder a la pequeña localidad de la Serra, que en esta ocasión ha habilitado dos grandes aparcamientos en los dos extremos del pueblo cuyas plazas se han llenado completamente. El clima soleado y caluroso ha contribuido al éxito.
La Fira de s’Oliva no ha defraudado las expectativas. Unos 140 expositores ofrecían una gran variedad de productos gastronómicos y artesanales, con el claro protagonismo de las aceitunas y sus derivados, principalmente el aceite. Este año, la Plaça Major de Caimari concentraba a todos los vendedores de aceitunas y de aceite y también a los productores artesanos. El resto de comerciantes se han repartido por las calles adyacentes.
El programa ferial estaba repleto de actividades paralelas como el concurso de perros pastores celebrado en la finca de ca’n Rotxet, la exposición de motos antiguas en la calle Vileta o el baile de los Caparrots Carboners en la Clastra de Son Albertí.
Ya por la tarde, están programados bailes populares y un ‘cercavila’ con los ‘xeremiers’ del municipio. A las 20 horas se prevé la clausura de la feria con una fiesta organizada por los quintos en el aparcamiento público de la Plaça Major. Antes, a mediodía, se había entregado el premio a la mejor parada de la feria, galardón que recayó este año en Es Colmado.
En definitiva, Caimari ha cerrado un fin de semana muy animado en el que la cultura del aceite ha confirmado el gran interés que despierta en la isla.