Ir al Metropolitano es una de las mejores actividades que se puede hacer en Madrid. Sobre todo si uno es rojiblanco. Con un abono del Atlético se accede, desde el 8 de enero, a sesiones que siempre acaban con tres puntos. Es cierto que cada encuentro tiene una trama diferente, pero siempre hay un final feliz. Frente al Villarreal, los ‘colchoneros’ supieron picar piedra para encontrar el diamante. Remontaron y regalaron un triunfo a Simeone por su renovación.
Con la victoria ante el ‘Submarino‘ son ya 15 triunfos consecutivos en casa (consiguió 14 en el final de la 2011/12 y al comienzo de la 2012/13). Todo el mundo se acuerda del Vicente Calderón, pero el nuevo feudo rojiblanco es un fortín inexpugnable. Los goles de Witsel, Griezmann y Lino compensaron el inicial de Gerard Moreno, que buscaba frustrar una marca que los rojiblancs quieren prolongar hasta el infinito para opta al título de Liga.
Desde la temporada 2011/2012, cuando descendió a Segunda, el Villarreal no recurría a tres entrenadores en una misma temporada. El deseo de Miguel Ángel Tena, director deportivo castellonense e interino este domingo, es que el relevo de Pacheta sea Marcelino García Toral. El entrenador que más tiempo estuvo (de 2013 a 2016 con ascenso incluido) dentro del ‘Submarino’ en las últimas temporadas. Por si hubiera dudas sobre el juego que quiere, quedó plasmado desde el inicio del duelo frente al Atlético.
Interinidad frente a eternidad en los banquillos
Toque y confección, la fórmula que tiene en Quique Setién a uno de sus máximos exponentes. El cántabro empezó la temporada. Su aventura llegó hasta el 5 de septiembre, con un vestuario en su contra. O eso se exteriorizó. Sucede justo lo contrario en el Atlético, totalmente entregado a Simeone y a su estilo mutante, lo que ha desembocado en el octavo acuerdo contractual para convertirse en el entrenador más longevo de la élite. Si cumple con el último vínculo serán 15 años como rojiblanco. Una anomalía.
La interinidad contra la eternidad. Esos dos opuestos se dieron cita en un Metropolitano dopado por el último partido de Champions y la racha como local. Todo parecía propicio para prolongar un estado emocional opuesto al de un Villarreal que está en un lugar en el que no se reconoce. Quiso aprovecharse de esta dicotomía el ‘Cholo’, que dispuso a Saúl en el centro del campo. Fue sustituido por Llorente al descanso. Al principio, las diferencias entre ambos conjuntos sí fueron visibles.
Gol de Gerard Moreno y empate de Witsel
En una jugada combinativa magnífica que nació en las botas del meta Jorgensen terminó en el primer gol de Gerard Moreno en el minuto 20. Un tanto así nunca lo podría hacer un equipo vulgar. En varias acciones demostró el Villarreal es un equipo que con equilibrio domina el balón como ninguno. Oblak frustró el segundo de Sorloth en un mano a mano antes de que el noruego pidiera el cambio por lesión.
Claro que el Atlético, en su universo de euforia, no estaba dispuesto a que una resurrección frenase su ímpetu. Sin embargo, lo intentaba con demasiada cabeza. En cualquier contexto esto sería una magnífica solución, pero la realidad era que los de Simeone fiaban en exceso los ataques a que Morata prolongase su magnífica racha anotadora. Pero olvídense, cuando Griezmann juega es él quién decide lo que va a pasar.
Antes del descanso, los locales encontraron el empate porque el francés puso a jugar al resto. Construyó una pasarela en el carril zurdo, apurando perfecto línea de fondo. La primera piedra del arquitecto, que con el plano del gol en la mano la puso al segundo palo. Allí apareció un goleador imprevisto: Witsel, que de primeras anotó su primer tanto de rojiblanco. Todo volvía a su sitio, a pesar de la buena primera parte del Villarreal.
Griezmann consigue el diamante
Pero en la segunda el Atlético aumentó las vigilancias y subió un punto de energía. Lo hizo gracias a Marcos Llorente, un jugador que demuestra ser el punto de ímpetu que necesitan los partidos como este. Al Villarreal se le escurrió el balón y empezó a correr en todas direcciones. El dominio con esférico degeneró en malas salidas.
El partido se le estaba haciendo muy largo al Villarreal, que mantenía la igualada gracias a que Morata no tenía la puntería de anteriores citas. El ‘Cholo’ quería celebrar su renovación y sacó toda la pólvora que tenía a su disposición. Dio entrada a hombres como Lino o Correa.
Mientras, los zagueros castellonenses se empleaban son sufrimientos. Parecían en suspensión de las veces que se elevaban para despejar los balones del contrincante. No pasa nada, cuando falla el resto ya aparece Griezmann. Culminó la remontada con una buena definición tras una asistencia de Llorente, el hombre que cambió el partido. Todo esto, previo prólogo magnífico de Koke. De tanto picar piedra, el Atlético encontro otros tres puntos, certificados con el 3-1 de Lino. Carrera hacia la eternidad de Simeone, donde ya reside como rojiblanco, y ovación cerrada para él.