Sin «soporte presupuestario» y en un momento en el que hay «falta de trabajadores sanitarios» para contratar. Estos son los dos motivos de la Conselleria de Sanidad para querer tumbar el acuerdo de las 35 horas semanales firmado por la anterior administración con los sindicatos y que planteaba reducir de forma progresiva las horas de trabajo de toda la plantilla (unos 70.000 trabajadores) de aquí a 2025 gracias a contratar unos 2.000 sanitarios más y con una inversión de 130 millones de euros.

Así lo ha verbalizado esta mañana el conseller de Sanidad, Marciano Gómez, ante los medios después de que el pasado viernes se trasladara a los sindicatos la intención de la conselleria de parar el acuerdo suscrito por el Botànic pidiendo informes a la Abogacía de la Generalitat para declararlo nulo. «La conselleria anunció que no quería ese acuerdo por dos motivos: no hay soporte presupuestario por lo que decae y su validez es nulo y porque supondría entre 1.600 y 2.000 trabajadores (más) y ante una situación de precariedad de trabajadores sanitarios, pues no podríamos acometer», ha justificado Gómez.

Se negociará «a lo largo de la legislatura»

Con todo, el conseller ha asegurado que acuerdo habría y que la conselleria sí quiere trabajar con el horizonte de implantar las 35 horas pero «a lo largo de esta legislatura» y de otra manera. «Entendemos que las 35 horas a la semana pretende buscar una conciliación familiar y hacer un descanso de 48 horas semanales. Y en esa línea vamos a trabajar», ha apuntado el conseller.

El freno que ahora Sanidad echa a un acuerdo que tanto sindicatos como trabajadores daban por hecho (aunque nunca llegó a formalizarse) ha provocado airadas quejas de las organizaciones sindicales que ya han advertido de que la retirada del pacto era «intolerable» y supondría abrir un «conflicto laboral».

Negociación paralela a la huelga

El pacto lo suscribieron el pasado mes de marzo cinco de los seis sindicatos con representación en la mesa de Sanidad (Satse, CC OO, UGT, CSIF e Intersindical), ya que el sindicato médico CESM en aquel momento estaba negociando bilateralmente con motivo de la huelga que tenía planteada. Ellos también pedían las 35 horas pero querían ir más allá pidiendo la aplicación inmediata a los médicos de Primaria de lunes a viernes, de ahí que no apoyaran el acuerdo junto al resto.

Tener una jornada de 35 horas era el acuerdo más buscado pero aquel 8 de marzo se firmaron otros pactos como poner el tope a las agendas de los médicos de Primaria y garantizar que no vieran a más de 35 pacientes al día (28 los pediatras) y que fueran los propios centros de salud los que gestionaran su exceso de pacientes o aumentar el pago de las horas de guardia y otros puntos sobre desburocratización de la Primaria.

Los acuerdos han sido ahora puestos en cuarentena, sobre todo por no ir acompañados de partida presupuestaria. De hecho, la propia directora general de Atención Primaria, Eva Suárez tachó hace unos días de «electoralistas» estos acuerdos y ya avanzó que decaería también la iniciativa de topar las agendas de los médicos.