A entrenador nuevo, victoria segura. Uno de esos tópicos que corre como la pólvora en el mundo del deporte. No siempre es una realidad, pero el danés Holger Rune ayudó a incrementar la fama del supuesto axioma. 

Rune, 20 años y número seis mundial, sólo había ganado un partido de los últimos nueve disputados. Desde su derrota en los cuartos de Wimbledon ante Carlos Alcaraz, una crisis cada semana más pronunciada.

Cansado de uno y otro tropiezo, Holger Rune cambió su dirección técnica, apostó por el alemán Boris Becker como nuevo entrenador. En su box, una leyenda del tenis casi recién salido de la prisión por un problema de alzamiento de bienes y temas fiscales con la autoridad británica.

Con la experiencia de su fama como jugador y los años en los que lidió con un pupilo tan exigente como el serbio Novak Djokovic, Boris Becker aceptó el reto propuesto por uno de los genios de la nueva generación, compañero desde la base de Carlos Alcaraz.

El germano se levantó una y otra vez en su estreno como ‘coach’ de Rune, en el ATP 500 de Basilea, la ciudad de Roger Federer. Y obró el milagro, con la madre todopoderosa de su nuevo pupilo, Aneke, bien atenta sentada detrás de ‘Boom Boom’ Becker.

Con 1-6 y 3-4, break abajo en el segundo set, todos temieron por un nuevo episodio del hundimiento del escandinavo. Sin embargo, se obró el milagro. Becker se levantó por enésima vez, Rune enseñó el puño y se animó después de un buen golpe. Miradas cómplices entre ambos, ligero cambio de actitud del tenista, y reacción milagrosa.

Recobró el ‘break’ abajo e hizo un asegundo para llevarse el segundo set por 7-5. Remató la necesaria victoria por 1-6, 7-5 y 6-3 en dos horas sobre el serbio Miomir Kecmanovic, 24 años y nº 55 mundial, su verdugo la semana anterior en el ‘indoor’ sobre pista dura de Estocolmo.


Holger Rune, en el ATP 500 de Basilea

GEORGIOS KEFALAS / EFE

Rune se reencontró con el éxito, valioso porque puja por acabar entre los ocho mejores de la temporada y estrenarse en unas ATP Finals. Finalista la temporada pasada en Basilea, se encuentra en la gira donde se dio a conocer mundialmente hace doce meses, que remató llevándose el premio gordo del Masters 1000 ATP de París-Bercy.

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Rozó el KOT otra vez, pero esta vez se levantó, como hizo Boris Becker tras cada acción importante haciéndose ver. La colaboración fue bendecida por el pase a octavos de final, contra el argentino Sebastián Báez.

Rune no se imponía en un partido ATP desde que batiera al canadiense Felix Auger-Aliassime (otro jugador en crisis) en Pekín. Era hasta ahora su único tesoro desde julio.