Macro operación contra la ciberdelincuencia. La Policía Nacional ha desarticulado una organización criminal que presuntamente realizaba diferentes estafas informáticas y disponía de datos de más de cuatro millones de personas. Los 34 detenidos están acusados de estafar casi tres millones de euros, según informa el cuerpo policial.
Los agentes han realizado 16 registros en localidades de las provincias de Madrid, Málaga, Huelva, Alicante y Murcia donde se han intervenido dos armas de fuego simuladas, una catana, numerosas armas blancas, un bate de béisbol y 80.000 euros en efectivo.
Los presuntos ciberdelincuentes se movían en cuatro vehículos de alta gama y disponían de una base de datos con información cruzada de cuatro millones de personas. Disponían de material informático y electrónico valorado en miles de euros.
Los líderes del entramado criminal utilizaban documentación falsa, haciendo uso de técnicas de spoofing (suplantación) para ocultar su identidad. Sus ganancias eran invertidas, principalmente, en criptoactivos.
La investigación comenzó a principios de este año por parte de agentes especializados de la Unidad Central de Ciberdelincuencia. Los policías al otro lado de la pantalla identificaron un entramado criminal que accedía de manera ilegal a base de datos de diversas entidades financieras y crédito.
Los ciberdelincuentes ingresaban en las cuentas de los clientes diferentes cantidades de dinero procedente de la entidad crediticia. Acto seguido, contactaban con esos clientes informando que por error informático habían ingresado un préstamo y debían devolverlo.
Con el avance de la investigación se descubrió que además, penetraron en otras bases de datos mercantiles multinacionales, haciéndose con datos personales de más de cuatro millones de personas que podrían haber llegado a utilizar la comisión de sus acciones delictivas.
Esta información se usaba para realizar campañas de vishing, simulando la identidad de empresas de suministro eléctrico; campañas de phishing, suplantando la identidad de distintas entidades bancarias; o la estafa del «hijo en apuros».
Los agentes descubrieron también una gran estafa a una empresa mercantil tecnológica. Aprovecharon que uno de los miembros de la organización ocupaba un puesto estratégico en esta multinacional tecnológica para desviar mercancía de los proveedores hacia la organización, sin pasar por la empresa que realmente había adquirido los productos informáticos y electrónicos.
Además, obtuvieron beneficios que rondaban los tres millones de euros vendiendo a otras organizaciones criminales las webs programadas por los piratas de la organización -como webs falsas de entidades bancarias, programas de envíos masivos de mensajes o bases de datos cruzadas- a través de foros especializados.
Los principales líderes del entramado han ingresado en prisión provisional y se han esclarecido más de 1.000 denuncias. Los agentes no descartan la identificación de más autores y víctimas.
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