Quedan muchos cabos por resolver en el barullo administrativo que permitió a las discotecas Teatre y Fonda funcionar tanto tiempo sin licencia de apertura. Uno de estos cabos es el supuesto desconocimiento del Ayuntamiento de que esos locales estaban abiertos desde que se decretó su cese en enero de 2022, algo que fue ratificado en marzo tras desestimarse las alegaciones de la empresa. Y en octubre de ese año llegaría el requerimiento a los servicios de inspección municipales para que comprobasen el cese de la actividad de la sala y procediesen en su caso a la ejecución forzosa del precintado, algo que nunca se llevó a cabo.
Desde entonces, tal y como afirmó el edil de Urbanismo, Antonio Navarro, no se tenía constancia de que estas discotecas estuvieran abiertas, a pesar de que ambos negocios se publicitaban en redes sociales y organizaban eventos y conciertos multitudinarios, algunos destinados a menores de edad. Además, a nivel administrativo, el Ayuntamiento difícilmente puede alegar desconocimiento, ni siquiera el actual equipo de José Ballesta, que entró al Gobierno de Murcia en el mes de junio.
Esta Redacción ha tenido acceso a un documento, registrado en el Ayuntamiento por el propietario de Teatre, Juan Inglés Rojo, en el que explica que tiene que pintar la fachada de su negocio en la calle Cristina de la zona de Atalayas. Esos trabajos, avisa el propietario, «comenzarán el día 29 de agosto a las 6 de la mañana y terminarán el viernes 1 de septiembre a las 20.00 horas». Por ello, la mercantil Teatre Murcia solicita «que durante ese periodo no se aparque en dicha zona» para poder acometer las labores.
Este documento fue registrado el 28 de agosto de este año, hace sólo poco más de un mes, y deja entrever hasta qué punto estaban normalizadas las relaciones entre esta sociedad con el Consistorio. No sólo no funcionaba de manera clandestina, como podría esperarse de una actividad sin licencia y sobre la que pesaba una orden de cese de actividad, sino que se daba el lujo de pedir al Ayuntamiento que prohibiese el aparcamiento para poder dar una mano de pintura a su fachada.
A este documento presentado en el Registro General del Ayuntamiento de Murcia se suman las actuaciones policiales en la zona de Atalayas los fines de semana, e incluso una inspección sanitaria emprendida el pasado mes de marzo, y que se resolvió de manera favorable para Teatre: «Se han subsanado todas las deficiencias detectadas en anterior visita de inspección de fecha 9 de febrero de 2023. El local cumple condiciones higiénico-sanitarias, y procedo a que sea inscrito en el Registro Sanitario Autonómico de establecimientos minoristas de alimentación», según indica en su escrito el funcionario del servicio de veterinaria del Consistorio que firma el documento.
Además, esta Redacción también ha podido saber que los limitadores de sonido de la discoteca estaban conectados al Ayuntamiento, también durante la trágica madrugada del domingo.