Aunque parezca increíble, cualquier pequeño río es una fuente de energía capaz de producir electricidad para las viviendas. El movimiento que genera la corriente del agua permite activar una turbina que, a su vez, transforma dicho movimiento en energía. Todo ello, sin más coste que el propio aparato y sin causar impactos sobre el medio ambiente.

Aunque no es el único modelo, uno de los que tienen más éxito es el construido por la empresa alemana Energyminer, que ha creado esta turbina compacta y sumergible a la que han llamado Energyfish. Tiene tan solo un metro de longitud y pesa 80 kilos. Combinando una cierta cantidad de dichos equipos, es posible suministrar energía a pequeñas comunidades vecinales.

“Un grupo de 100 Energyfish ahorra alrededor de 2.300 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a compensar las emisiones anuales de unos 1.700 coches pequeños”, asegura la compañía en su página web.

Del mismo modo que si fuera una boya, estas pequeñas centrales hidroeléctricas flotan en los ríos y recogen el impulso de su cauce, pero sin afectar de ningún modo a la biodiversidad fluvial.

La turbina ya funciona en Munich (Alemania) Energyfish


De hecho, esta es la clave que destacan sus responsables, que quieren alcanzar una “perfecta armonía con la naturaleza”, generando electricidad verde para abastecer a más de 400 hogares con un enjambre de 100 de estas turbinas para ríos.

¿Cómo funciona Energyfish?

Este sistema presenta múltiples ventajas. La primera de ellas es su funcionamiento silencioso y casi invisible al no verse apenas sobre la superficie del río. Además, no supone ninguna amenaza para los peces y otros organismos que viven en los ecosistemas fluviales.

Aparte de ello, su instalación y mantenimiento son sencillos; y por último, funciona todo el año de forma constante, independientemente de las condiciones climáticas, algo que no sucede con la energía solar o eólica, por ejemplo.

La electricidad generada por Energyfish se vuelca directamente en la red eléctrica local para suministrar energía limpia a los vecinos. Supone una fuente de energía de baja tensión disponible las 24 horas, pues solo alcanza los 6 kilovatios.

Su instalación es también sencilla, lo único que requiere es anclar el sistema en el lecho del río. Sin necesidad de obras de ningún tipo más allá de ese pequeño anclaje en el fondo, Energyfish se queda flotando y comienza a funcionar. Este proceso de instalación se completa en pocas semanas, según la web de la empresa.

Puede monitorizarse su actividad

Cada minicentral hidráulica puede ser monitorizada las 24 horas para comprobar su correcto funcionamiento. En realidad, Energyfish es una central hidrocinética submarina compacta compuesta por un sistema de turbinas robusto que ha sido diseñado para mantenerse en funcionamiento incluso ante las peores condiciones climáticas.

Los ríos pequeños son ideales para esta turbina ecológica Energyfish


En caso de que el río suba de nivel por una crecida o se forme hielo, el Energyfish se adapta a esta situación hundiéndose automáticamente hasta el fondo del río, donde permanecerá a salvo, pero así y todo sigue produciendo energía de forma constante.

Por su diseño, esta central está protegida contra algas y otros objetos, como troncos o suciedad, que puedan flotar en las aguas. De igual manera, una malla frontal en su estructura, impide que los peces grandes puedan quedar atrapados en la turbina, pues solo el agua puede atraversarla y así se evita que la estructura impacte en la vida marina del río. En cuanto a los peces de menor tamaño, “pueden nadar con seguridad a través de los rotores que giran lentamente, si es golpeado, el pez es empujado suavemente sin sufrir daños”, afirman.

Cientos de hogares

Aunque se describe como una central hidráulica compacta, tiene un tamaño de 3 x 2,4 x 1 m y pesa cerca de 80 kilogramos. Debido a estas dimensiones, el río en el que se instale debe contar con más de un metro de profundidad y tener un caudal mínimo de 1,0 m/s.

No obstante, el máximo indicado es de solo 2,5 m/s, teniendo en cuenta que el río Ebro alcanza los 27 m/s. De todas formas, la compañía no descarta usar su propuesta en grandes ríos navegables, en cuyo caso, bastaría con instalar estas turbinas fuera del canal de navegación para no obstaculizar el tráfico marítimo.

Un ejemplar de la turbina Energyfish


Como único posible impacto, en Energyminer reconocen que el caudal del río sufre una pequeña ralentización cerca del ‘pez eléctrico’: la velocidad del flujo disminuye ligeramente, pero después de un corto recorrido de 20 metros, el río vuelve a alcanzar su velocidad original.

El primer modelo de esta turbina ya se ha instalado en un río de Múnich. Aseguran sus creadores que uno de estos equipos produce una media de 15 megavatios hora al año con una potencia máxima de 6kW. Además, se calcula que la vida útil de estas centrales es aproximadamente de 10 años.

La empresa propone crear en ríos anchos un enjambre con hasta 100 Energyfish que pueden generar un rendimiento anual de hasta 1,5 gigavatios hora, “lo que corresponde al suministro de aproximadamente 470 hogares” según sus cálculos.

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: [email protected]