Su comportamiento tras la final del Mundial de fútbol femenino y la presión ejercida desde la sociedad y el frente político se llevan por delante a Luis Rubiales. El máximo mandatario presentará su dimisión como presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) este viernes, siendo el capítulo del beso a Jenni Hermoso el que ha acabado con su mandato tras resistir durante cinco años a varias polémicas.

Rubiales estaba acorralado. Sus gestos en Sídney, especialmente el beso en la boca a la jugadora de la Selección, provocaron una indignación generalizada tanto dentro como fuera del país. Mientras la prensa internacional criticaba al presidente de la RFEF, en España se fueron precipitando las reacciones contra la figura del dirigente acusándole de «abuso», «machismo» y hasta «violencia sexual», como dijo Irene Montero.

El golpe definitivo para Rubiales fue el comunicado del sindicato FUTPRO, avalado por Jenni Hermoso, en el que se pedían «medidas ejemplares» contra él. El presidente de la RFEF pensaba que la jugadora le defendería, pero la realidad fue bien distinta y le llevó a quedarse completamente solo.

Este viernes está programada una Asamblea Extraordinaria en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas en la que dará a conocer la polémica. Sin embargo, las Territoriales empezaron a retirar sus apoyos -igual que algunos clubes de La Liga– y Rubiales se ha visto abocado a dar el paso al lado que se le pedía.

Fueron varios rostros los que reclamaron su dimisión durante las últimas 72 horas, desde políticos, como Patxi López (PSOE), Cuca Gamarra (PP) o Yolanda Díaz (Sumar) -solo Vox mantuvo su silencio sobre el asunto-, hasta varios equipos, como el Getafe o la Real Sociedad. El Consejo Superior de Deportes (CSD) llegó a recibir cuatro denuncias pidiendo la inhabilitación de Rubiales: Sumar, la Liga F (Liga Profesional de Fútbol Femenino), Miguel Ángel Galán y Estrada Fernández.

La situación era insostenible hasta el punto que Félix Bolaños (ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática) afirmó que el Gobierno actuaría si no había acontecimientos antes de la Asamblea: «Desde el Gobierno estamos siguiendo muy de cerca este caso porque las cosas no pueden quedar así. Desde luego, esperamos acontecimientos. Pero si no se producen, el Gobierno va a actuar. La posición la han marcado con mucha claridad tanto el presidente del Gobierno, como el ministro de Cultura y Deporte y el presidente del CSD. Esperamos que se produzcan acontecimientos y, si no, el Gobierno actuará», afirmó.

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