La Audiencia Nacional ha rechazado suspender el festival de música que se celebrará esta noche en Bilbao y que se publicitó con un cartel que representaba a Santiago Abascal recibiendo un tiro en la nuca.
Así consta en un auto fechado este mismo jueves y al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. Quien lo firma, Joaquín Gadea, juez de refuerzo del Juzgado Central de Instrucción número 6, sí ha encargado a la policía autonómica vasca, la Ertzaintza, que registre en un informe si se producen hechos que puedan constituir un delito de enaltecimiento del terrorismo. Harán lo mismo la Policía Nacional y la Guardia Civil, que deberán detener a sus autores, dado el caso.
Gadea ha tomado esta decisión en sintonía con la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que tampoco es partidaria de suspender estos conciertos, pero sí de establecer dicho control policial. No obstante, el juez deja claro que existen «buenas razones» para considerar que la difusión de este póster podría constituir un delito y que es muy posible que sobrepase los límites de la libertad de expresión.
El festival, de nombre Callejero, comenzará a las 23.00 horas de este jueves. Aunque se celebra en el marco de la Semana Grande de Bilbao, no forma parte de la programación oficial, decidida por el Ayuntamiento bilbaíno. Estos conciertos, de grupos de punk-rock, han sido organizados por «colectivos populares sin identificar», señala Gadea en su resolución, y próximos al entorno abertzale y proetarra.
Fue el partido Vox, liderado por Abascal, el que denunció ante la Audiencia Nacional el cartel que representaba la ejecución (figurada) de su presidente. La formación de derecha radical calificó los hechos como constitutivos de los delitos de amenazas, incitación al odio y enaltecimiento del terrorismo.
Ahora bien, tanto Gadea como el Ministerio Fiscal señalan que «no se aprecia indiciariamente la existencia de las amenazas, sin perjuicio de lo que resulte de una posterior investigación».
¿Hay delito en el cartel?
Además, Gadea señala que «el momento inicial en el que nos encontramos impide la adopción de la medida cautelar interesada». Es decir, la suspensión del festival que solicitaba Vox. El magistrado la considera «precipitada», pese a que la difusión del cartel con la imagen de Abascal sí pueda constituir un delito.
«Este magistrado considera que la existencia de indicios racionales de criminalidad no justifica, sin embargo, la suspensión del acto convocado al no apreciarse un riesgo concreto derivado de permitir su celebración», indica en el auto.
Por un lado, está la «acción consumada» (la difusión del póster), que sí «presenta indicios de delito», y por otro, la futura celebración del concierto. «Y será necesario observar su desarrollo para esclarecer si en el mismo se realizan o llevan a cabo actos de enaltecimiento y/o de apología terrorista», añade el juez.
«El hecho de permitir la celebración del acto no tiene por qué suponer necesariamente que se vayan a cometer delitos de terrorismo, sin perjuicio de dejar constancia de su comisión, en el supuesto de que ocurriera», razona Gadea, siguiendo el criterio habitual de la Audiencia Nacional para casos como éste.
«En este momento resulta necesario recabar más información, conocer extremos que pueda permitir ahondar en el conocimiento de los hechos, como puede ser el modo, medio y ámbito en que se ha producido la difusión del cartel (físicamente o en un entorno exclusivamente digital), o las personas o grupos que se han encargado de la difusión, en la medida en que puede servir para esclarecer o profundizar en un juicio de intenciones», añade el auto del juez. No obstante, en una «valoración inicial», el magistrado advierte de «la gravedad de la imagen difundida».
Ahora bien, tal y como recalca el juez, «existen buenas razones para valorar
que la imagen [del líder de Vox siendo ejecutado] se adentra en ámbito de la infracción penal».
«En el cartel se puede identificar claramente a Santiago Abascal Conde como la persona que aparece rodeado en uno de sus lados por un charco de sangre. Esta persona representa un partido político de ámbito nacional, siendo, por tanto, el líder de una determinada ideología política», añade.
Y recuerda que Abascal ha sido amenazado durante toda su vida por la banda ETA, por lo que puede ser considerado una víctima de amenazas terroristas.
«La difusión de este cartel como medio de publicidad de un acto lúdico (un concierto) que se va a celebrar durante las fiestas de Bilbao aparece claramente como un llamamiento dirigido a simpatizantes de una determinada ideología próxima a la que embebía a la organización que ordenaba la ejecución de asesinatos mediante un tiro en la cabeza como el que se representa en el cartel analizado», explica Gadea.
«Se pretende captar la atención de quienes pudieran estar interesados en los grupos musicales que se publicitan, representando una imagen que evidencia la complicidad o connivencia con la acción de matar, mostrándose de forma acrítica, capaz de despertar la curiosidad de acudir al acto festivo mediante la afinidad o sintonía con el asesinato terrorista representado», añade.
«Aunque es necesario recabar más información, puede apreciarse, desde la provisionalidad de este momento procesal, que la imagen sobrepasa los límites a la libertad de expresión«, concluye el juez. A juicio del magistrado, «en una primera aproximación», el polémico cartel «quedaría más próximo» a los delitos de enaltecimiento del terrorismo que al de humillación de las víctimas, «sin perjuicio de lo que resulte de la investigación».
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