Llevaba toda la semana jugando en el alambre, bailando en el precipicio, resistiendo en Cincinnati hasta alcanzar las ‘semis’. Lo hizo ante viento y marea ante Tommy Paul en octavos, con una victoria con tintes dramáticos y mucha épica. Tuvo que remontar tras perder el primer set en cuartos de final ante Max Purcell, sufriendo. Pero en semifinales, se pasó el juego. Carlos Alcaraz estuvo con más de un pie y medio fuera en hasta dos ocasiones. Parecía eliminado. Su rival de este sábado, Hubert Hurkacz, tuvo bola de partido con 5-4 en el segundo set mientras jugaba el partido de su vida. Pero la salvó. Y también parecía contra las cuerdas el español en el posterior ‘tie-break’, que podía ser definitivo, con un 1-4 en contra un jugador que no había dado opciones con su tremendo saque. Pero Carlos se agarró con uñas y dientes al partido y al título, como el bueno de las películas, saliendo de situaciones en las que ya parecía con el agua al cuello, para acabar levantando su puño y entonando un contundente “¡vamos!” que se escuchó en todo el mundo.

Salió de esas situaciones como los campeones. Reveló ante Paul que se crece y se motiva con un vídeo de Rocky 4, y este sábado Carlos estuvo en la lona como si ante él estuviera Iván Drago. Pero fue Rocky. A base de cabeza, derechas mágicas y una capacidad de resistencia inhumana, ganó por 2-6, 7-6 (4) y 6-3 en 2h y 19 minutos de batalla épica, dramática, de film de Óscar. Alcaraz se vistió de superhéroe. Lleva interpretando ese papel toda la semana. Por mucho que sus oponentes le ataquen, siempre sigue adelante. Ninguna bala puede con él. Tampoco ningún súper poder. Sobrehumano. Alcaraz resurgió una y otra vez para ganar cuando todo parecía perdido. Volvió a hacerlo ante un Hurkacz que debió marcharse al vestuario sin poder creer lo que había ocurrido y sin entender nada de lo que había sufrido en sus propias carnes. 


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Asegura el número 1 para el US Open

Carlos Alcaraz alcanzó así la final del Masters 1.000 de Miami, su 8ª final en 2023. Ganó 7 de ellas (Buenos Aires, Indian Wells, Barcelona, Madrid, Queen’s y Wimbledon) y perdió en Rio de Janeiro. Buscará su 8º título del curso este domingo ante el ganador del Novak Djokovic-Alexander Zverev. Lo hará tras lograr su primer objetivo, el de alcanzar la final para asegurarse que llegará al US Open 2023 como número 1 del tenis mundial. 

Volvió a sufrir

La sensación antes de llegar a este encuentro era extraña. El murciano no estaba exhibiendo su mejor nivel, ni mucho menos el del campeón del Open USA del pasado año. Pero tampoco estaba jugando mal. De hecho, las sensaciones eran buenas, pero eso no acababa de trasladarse en los resultados. Ganaba sufriendo. La explicación de Carlos tras alcanzar las semifinales del Masters 1000 de Cincinnati: “Pienso que estoy jugando bien. Obviamente, no a mi mejor nivel. Puedo aumentarlo, por supuesto. Pero siento que los rivales, cuando juegan contra mí, lo hacen un poco mejor. Lo que está claro es que puedes ser mejor cada día”. Y en esta ocasión, volvió a ocurrir. Hubert Hurkacz, número 17 del mundo al llegar a semifinales y uno de los mejores sacadores del circuito, elevó su listón particular, crecido ante la oportunidad de ganar al número 1 mundial y meterse en la final.

Hurkacz parecía otro y se llevó el primer set

Hace una semana, ambos se vieron las caras en Toronto. Allí, Alcaraz remontó el partido. Hurkacz, si tiene algo, es un gran servicio, uno de los mejores del circuito. Pero este sábado, fue mucho más. Empezó el primer set a lo grande, con un 3-0. Sus saques eran misiles tierra-aire difíciles de restar para un Carlos Alcaraz que pese a tener opciones en casi todos los juegos, no pudo concretar ante la entereza de un Hurkacz que no fallaba. 

En las 52 semanas previas, el polaco había perdido sus 8 ‘tie-breaks’ ante jugadores del Top-10 pese a su espectacular servicio. Eso demuestra lo mucho que baja su nivel en momentos clave. Pero este sábado, ante Alcaraz, estaba mostrando otra cara muy diferente. No fallaba, lanzaba bombas en lugar de saques y no solo eso, se mostró más versátil: rápido de piernas, con buenas derechas, buenos restos, incluso subiendo a red y regalándose alguna volea a Carlos con sus largos brazos. Tenía razón Alcaraz: otro rival que se crecía ante el chaval de ‘El Palmar’.

Pero lo cierto es que de nuevo, Carlos estaba jugando mejor. En el primer set, tras el 3-0, empezó a carburar y dejó varios puntos llenos de magia. Sacaba su puño a relucir para celebrar sus puntos. Necesitaba tan solo esperar su momento. Había rozado varias roturas pero Hurkacz salvaba cada momento de duda. Juan Carlos Ferrero, su entrenador, le repetía desde la grada que ese era el camino a seguir, pero el polaco se llevaba el primer set sin mostrar fisuras.

Carlos Alcaraz, junto a Hubert Hurkacz

Carlos Alcaraz, junto a Hubert Hurkacz

Un segundo set dramático con Carlos contra las cuerdas

En el segundo set, con 1-1 y Hurkacz sacando, Carlos forzó hasta 3 bolas de ‘break’. “Debes restar”, le repetía Juan Carlos. Esa era la clave. Bajar al suelo de Cincinnati uno de esos misiles que se sacaba su rival en el saque. Carlos sonreía cuando tenía la oportunidad. Sabía que tan solo debía persistir por ahí. Poco a poco, ir desgastando a su rival hasta encontrar la oportunidad. Desde el fondo, podía ganarle, pero debía restar. Su primera bola de break en el resto se fue a la red. Se desesperaba Alcaraz. La segunda, el mismo resultado. Y la tercera, larga. Rozó el punto que necesitaba para cambiar el signo del encuentro. Pero otra vez, Hurcakz resistía con su saque.

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El español Carlos Alcaraz, en Cincinnati (EE.UU.). EFE/ Mark Lyons

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Con 2-2, se ponía 30-30 Carlos, pero el polaco volvía a bordarlo. Carlos debía seguir insistiendo, manteniendo la tranquilidad. Su momento debía llegar. Pero a partir de ahí, Hurcakz no solo no se hundió, sino que dio pasos al frente. No volvió a sufrir en su servicio y parecía un pulpo en sus subidas a la red. Un muro infranqueable. Así, se llegó al 4-5, con Alcaraz sufriendo al máximo en su saque hasta tal punto que el polaco dispuso de una bola de partido. Alcaraz estaba con pie y medio fuera. El murciano parecía estar K.O., pero salió del hoyo en el momento de máxima presión para forzar el 5-5. El español forzó el ‘tie-break’ sin titubear en el saque y se la volvía a jugar en la muerte súbita. Pero poco después, Alcaraz volvía a estar en el alambre y la sensación era peor que la de los días anteriores.

De la casi eliminación, al resurgir de Carlos

Tras 1h33’, Alcaraz se la jugaba al todo o nada en el ‘tie-break’. Empezaba el polaco con un ‘mini break’ a favor, con 0-2. Alcaraz estaba contra las cuerdas otra vez. Se sacaba un puntazo Carlos con varias derechas a la línea para el 1-2. Hurkacz metía un gran primer saque para el 1-3 y lograba el 1-4 con un derechazo a la línea desde el fondo de la pista que lo decía todo sobre su día de inspiración. Alcaraz estaba al borde de la eliminación. Pero todo cambió desde ese momento. Como si se produjera un ‘click’ en la cabeza de ambos. El que ya no tenía nada que perder, se creció. El que lo tenía ganado, se hundió.

Hubert enviaba una bola fuera para el 2-4. Con segundo saque y una buena derecha, Alcaraz ponía el 3-4. Era un momento crucial. Hurkacz falló esta vez su primer saque. Era la oportunidad de Carlos. Y el polaco envió su derecha al pasillo. 4-4. Y en la siguiente, ‘mini break’ para poner el 5-4 con un ‘passing shoot’ que era mucho más que un punto. Carlos se ponía por delante tras rozar en varias ocasiones la eliminación. Estaba ‘on fire’. Otra gran derecha profunda pilló a contrapié a Hurkacz para el 6-4. Y ganó el set con un gran primer saque. Del 1-4 en contra, al 7-4 a favor. Seis puntos seguidos que eran mucho más que un set. Significaban el cambio de tendencia en un partido en el que Carlos había ido siempre a contracorriente.

Remontada final

Alcaraz salía al tercer set crecido. Se abría un nuevo horizonte ante sus ojos. Había visto la eliminación de cerca y no pensaba repetir. Había vencido en un punto de inflexión y su rival debía decaer mentalmente. Lo hizo finalmente con 2-1 en el marcador. Hurkacz volvía a ser el Hubert que todos conocen. Fue ahí cuando Alcaraz contó con 3 bolas de ‘break’. Sufrió también para lograrla, pero a la tercera fue la vencida. Se colocaba con 3-1 en el marcador y saque. Debía rematar. Por todo lo sufrido hasta llegar ahí, no podía fallar. No lo hizo. Alcaraz estará en la final. Resistió y ganó. Fue increíble.