Kho Pha-ngan es uno de los destinos turísticos más populares de Tailandia y mundialmente famoso por albergar la fiesta de la luna llena, cuando las playas de la isla se llenan de juerguistas que bailan hasta el amanecer. Daniel Sancho Bronchalo y Edwin Arrieta habían quedado en encontrarse en el paradisíaco lugar para asistir a los festejos: un encuentro que terminó con la muerte y desmembramiento del segundo, cirujano plástico colombiano, a manos del primero, chef español e hijo de el actor Rodolfo Sancho.

Arrieta, de 44 años, había reservado hotel del 31 de julio al 3 de agosto, pero Sancho, de 29, llegó a la isla antes que el colombiano, aunque no se ha revelado con precisión cuándo. Sancho afirma que fue Arrieta quien decidió acompañarlo en el viaje, mientras que la policía tailandesa asegura que fue el colombiano quien pagó todos los gastos.

Aunque Sancho se alojaba en la habitación reservada por Arrieta, tenía otra reserva de hotel, para el 1 y 2 de agosto, cerca de la playa de Salat, según confirmó la policía al Bangkok Post. El 1 de agosto, los dos cenaron en un restaurante cerca de este segundo hotel. En la tarde del mismo día, las cámaras de seguridad captaron al español comprando cuchillos, guantes de goma, bolsas de basura y utensilios de limpieza en una tienda, según la misma fuente.

En su primera declaración a la policía, Sancho dijo que había visto a Arrieta por primera vez el miércoles 2 de agosto, alrededor de las 15 horas, cuando fue al muelle de Koh Pha-ngan a recogerlo. Según la declaración de Sancho, la pareja fue a comer a un restaurante y luego visitó la playa de Hat Rin, cerca del hotel donde se hospedaban. Sin embargo, el crimen había tenido lugar un día antes.

En su confesión a la policía el sábado pasado, Sancho afirmó que Arrieta había ido a su habitación de hotel el 1 de agosto para pedirle sexo. Según dijo a la policía, el español se negó y, en un ataque de ira, empujó a su amigo, que cayó y se golpeó la cabeza en la bañera. Sancho decidió disponer del cuerpo descuartizándolo y dejando las partes en diferentes lugares de la isla, incluso en el mar.

Para ello adquirió un kayak que fue encontrado el sábado a unos 300 metros del hotel donde se produjo el asesinato. Según las encargadas de la tienda de alquiler, Sancho apareció el martes 1 de agosto, alrededor de las 21 horas, visiblemente agitado y pidiendo “alquilar un barco”. Aunque en un principio ambos aseguraron que no era seguro para un turista navegar de noche, acabaron aceptando los 1.000 dólares que el español les ofreció cuando insistió en “comprarlo”.

Tras tirar al mar una maleta con algunos restos de Arrieta, Sancho volvió a su habitación. Salió a las 9 a.m. del jueves 3 de agosto, según el Bangkok Post. Durante el día, los medios locales informaron que un recolector de basura había encontrado una pelvis cortada e intestinos humanos escondidos en una bolsa de fertilizante alrededor de las 12:30 p.m. en un vertedero en la isla. En un artículo publicado ese día, el Bangkok Post informó que los forenses de la policía estimaron que el asesinato había tenido lugar al menos 24 horas antes de que se descubrieran las partes del cuerpo y que los restos, debido a su tamaño, debían pertenecer a un extranjero.

Sancho, que es chef del catering madrileño La Bohéme, acudió a la fiesta de la luna llena ese jueves con dos chicas que conoció en el hotel. Al regresar del evento —y luego de que la noticia de un asesinato llegara a la prensa— denunció la desaparición de su amigo colombiano, quien, dijo, había llegado a la isla el miércoles, al día siguiente del asesinato.

El viernes, durante una nueva búsqueda en el mismo vertedero, se encontraron más restos humanos en una bolsa de plástico, incluidas dos partes de miembros inferiores, así como algunas prendas de ropa. Tras estos hallazgos, los investigadores decidieron interrogar a Sancho como sospechoso el viernes. La policía también había notado que el español tenía cortes y rasguños en el cuerpo cuando fue a la comisaría para denunciar la desaparición de Arrieta, según la agencia de noticias EFE.

Cuando la policía inspeccionó la habitación de hotel que Sancho había reservado, encontraron que el refrigerador, el inodoro y el fregadero estaban completamente limpios, pero los forenses recolectaron muestras de cabello y tejido del desagüe. Sancho, que está bajo custodia policial desde el viernes, admitió el crimen ante sus abogados de oficio tailandeses y varios agentes en la comisaría de Koh Pha-ngan, según EFE. “Soy culpable, pero fui rehén de Edwin”, dijo. En un interrogatorio anterior, había negado ser el perpetrador. Cuando se le preguntó si se sentía obligado a confesar, respondió: “No me sentí cómodo, pero tampoco me obligaron”. Sancho agregó que las autoridades tailandesas lo estaban tratando bien: “Nadie me golpeó ni me lastimó”.