España está viviendo una semana de cambios a nivel meteorológico. En cuestión de pocos días hemos pasado del frío invernal a una nueva estancia primaveral para dar paso en pocas horas a las lluvias. Se aproxima una gran DANA que amenaza con dejar cierto caos a su alrededor.
Recientemente, los termómetros han vuelto a subir hasta registrar temperaturas cercanas a los 25 grados en muchos puntos de nuestra geografía como la costa mediterránea o Andalucía. Sin embargo, muchas regiones de nuestro país están haciendo frente ya a otra gran variación. Se trata de la entrada de una depresión aislada de niveles altos.
Esta cuestión que se está produciendo en España en estos momentos es muy curiosa tal y como aclara la Agencial Estatal de Meteorología. El resultado es que se va a imponer una gran masa de aire caliente, atravesando la península de sur a norte. Pero lo más llamativo de todo será la llegada de las famosas ‘lluvias de sangre’. A continuación te explicamos en qué consisten.
¿Qué son las ‘lluvias de sangre’?
España está inmersa en una situación de cambios constantes. Buena parte de ellos se verán esta semana en la que pasaremos de temperaturas primaverales a intensas lluvias y tormentas. Una de las consecuencias más importantes de la llegada de una situación de depresión aislada en niveles altos, más conocida como DANA, será la aparición de las ‘lluvias de sangre’.
Este fenómeno, que no es nuevo en España, regresa y muchas personas se preguntan ahora con insistencia qué son y cómo nos afectarán. Se trata de precipitaciones que irán acompañadas de barro. Esta situación estará provocada por el episodio de calima que se ha iniciado en la zona de Canarias en las últimas horas y que pronto alcanzará la vertiente atlántica peninsular.
Así se forma la ‘lluvia de sangre’
– Se produce una borrasca.
– Se genera una situación de calima (polvo en suspensión).
– Las partículas de óxido se adhieren a las gotas de agua de las precipitaciones.
– Cuando adquieren el peso suficiente, caen tomando un tono rojizo.
Las ‘lluvias de sangre’ son un fenómeno relativamente habitual en España y que suele aparecer en el litoral mediterráneo y en Canarias. En la mayoría de ocasiones se produce cuando una borrasca o una zona de bajas presiones se sitúa frente a la costa del oeste o el suroeste peninsular, imponiéndose la circulación del sur.
Llegado ese punto, las precipitaciones coinciden con la calima, que no es más que polvo en suspensión, provocando que las partículas de óxido de hierro se unan a las gotas de agua, aportándolas un espectacular y llamativo tono rojizo. Cuando estas adquieren un peso demasiado grande, terminan cayendo dando lugar a esas ‘lluvias de sangre’.
Lo realmente llamativo de este fenómeno es que es más habitual en primavera o incluso en otoño. Sin embargo, este invierno también serán protagonistas. Estas ‘lluvias de sangre’ podrían permanecer hasta el viernes, cuando desaparecerá por el Mediterráneo la vaguada de polvo sahariano procedente desde el Atlántico y que se irá desplazando hacia el suroeste peninsular.
¿Cuáles serán las zonas más afectadas?
Durante las próximas horas está previsto que haya chubascos y tormentas en el suroeste de España con especial incidencia en las zonas de Cádiz y del Estrecho. Y estas irán prolongándose hasta regresar al norte de Argelia este viernes.
Tal y como apunta Meteored, los próximos días serán complicados, ya que habrá nubes y chubascos irregulares en el interior peninsular, con tendencia a despejarse los cielos de cara a la tarde. Además, se abandonará esa pasajera primavera, ya que las temperaturas descenderán considerablemente.
¿Cómo puede afectar a la salud las ‘lluvias de sangre’?
A pesar de que la calima y las lluvias serán protagonistas en los próximos días, hay que especificar que este polvo en suspensión no es tóxico de por sí. Sin embargo, si se produjera una gran acumulación de estas partículas en nuestro sistema respiratorio, sí podrían dar lugar a algunos problemas de salud.
Inhalar aire de mala calidad puede provocar sequedad en las vías respiratorias o agravar la situación de personas con asma, alergias, EPOC o patologías similares. En función de las particular inhaladas, estos trastornos serán más o menos graves.
Síntomas más habituales de la exposición a la calima
– Picor de ojos
– Conjuntivitis
– Irritación de las vías respiratorias.
– Asma
– Molestias en el pecho
– Neumonía
– Silicosis
– Rinitis alérgica
En este caso, el polvo en suspensión llegado desde el Sáhara puede favorecer la concentración de productos contaminantes en capas bajas de la atmósfera. Problemas como la disnea o la irritación de ojos, nariz o boca son los más habituales.
Las autoridades recomiendan no salir de casa durante esas horas, especialmente si se padecen enfermedades respiratorias, y mantener cerradas puertas y ventanas para evitar que ese polvo y ese barro terminen entrando en nuestros hogares.
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