La amnistía a los implicados en el ‘procés’ catalán es «un ejemplo palmario de corrupción política y jurídica», una ley «absolutamente inmoral» cuya finalidad no es ninguna reconciliación, sino «el pago por la investidura» de Pedro Sánchez.
Con esa crudeza se han expresado este martes en Madrid los participantes en la presentación de libro La amnistía en España. Constitución y Estado de derecho (editorial Colex), dirigido por los catedráticos Manuel Aragón, Enrique Gimbernat y Agustín Ruiz Robledo.
En una sala de la Fundación Carlos de Amberes abarrotada de asistentes -muchos juristas, apenas políticos y numerosas personas que se quedaron en la calle por falta de espacio, entre ellas algún magistrado del Tribunal Supremo-, los intervinientes apelaron a la reacción de la sociedad civil frente a una proposición de ley «plenamente rechazable jurídica y políticamente»
«Una nación de ciudadanos libres e iguales ha de reaccionar con todos los medios legales a su alcance», enfatizó Aragón, que coincidió en Gimbernat en que la Constitución Española «no permite amnistías».
«Menos aún permite una amnistía como ésta, cuya redacción la imponen los propios amnistiables y que no está al servicio de intereses generales sino personales», ha añadido el magistrado emérito del Tribunal Constitucional.
«Un bodrio»
Enrique Gimbernat resumió su opinión sobre la futura amnistía en tres palabras: «es un bodrio».
El reputado penalista se refirió a las falacias de la exposición de motivos y negó que la norma que se proyecta sea equiparable en Europa. «Esta amnistía sería imposible en Alemania porque es una ley singular que rompe el principio de igualdad», sostuvo.
La catedrática Teresa Freixas consideró que la amnistía es «un paso» más en el deterioro del Estado de derecho en España que tiene otras manifestaciones («el exceso de legislación de urgencia, la elusión de los informes institucionales, los ataques a los jueces») y que nos separa de los parámetros europeos.
Para Elisa de la Nuez, secretaria general de la Fundación Hay Derecho, la tramitación de la ley de amnistía ha prescindido «de todas las garantías de un procedimiento legislativo ordinario», empezando por una admisión a trámite contradictoria con un previo pronunciamiento de la Mesa del Congreso sobre la «palmaria inconstitucionalidad» de una proposición de ley anterior.
La amnistía «se parece más a un contrato privado entre partes que pactan de forma opaca y que luego lo presentan en el Congreso como ‘esto es lo que hay’. Es decir, todo lo contrario a lo que debería ser la tramitación en un Parlamento democrático», opinó la jurista.
Un periodista y académico, Juan Luis Cebrián, y un filósofo, Fernando Savater, aportaron la perspectiva no jurídica de la amnistía.
Moral y reconciliación
El primero de ellos participa en el libro junto a otros 66 prestigiosos autores. A propósito de la afirmación de que la ley de amnistía es el precio de la investidura de Sánchez, Juan Luis Cebrián invitó a repasar el precepto del Código Penal sobre el cohecho impropio. Es una ley «absolutamente inmoral. Y si en la democracia no hay moral, no hay democracia», dijo.
Fernando Savater enmarcó la actuación del Gobierno en la tesis orwelliana de «buscar argumentos para hacer lo indefendible, sobre todo eso de defender la reconciliación, que lo hemos oído mucho en el País Vasco».
«La reconciliación con el delincuente es aplicar la ley. Una vez hecho eso, te llevas con el delincuente estupendamente», manifestó.
Para Savater, hay una pregunta previa a la constitucionalidad de la amnistía: si es deseable.
«¿La amnistía es deseable? ¿Los defensores de la democracia tenemos que ir a buscar a los independentistas y pedirles que acepten la amnistía?», preguntó.
Y dio la respuesta: «No. Que vengan ellos a reconciliarse con España, con las leyes y con el orden democrático que estamos defendiendo nosotros».
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