El número de detenidos relacionados con la muerte de dos guardias civiles en el puerto de Barbate ya aumenta a cinco, tres que viajaban en la embarcación y otros dos que esperaban la llegada del cargamento en la playa. Fuentes de la Guardia Civil adelantan que no se descarta un mayor número de detenciones, y que hay un operativo puesto en marcha desde la noche del viernes, momento en el que una narcolancha se llevó por delante la embarcación de la Guardia Civil, dejando los dos fallecidos citados y otros dos heridos, uno de ellos en estado grave en la UCI y pendiente de posibles amputaciones.

La Guardia Civil explicó, a través de un comunicado, que se había establecido un dispositivo en el Puerto para identificar a los ocupantes de varias embarcaciones de alta velocidad, y, en el momento de acercarse a ellas, fueron brutalmente embestidos. La patrullera del GEAS de la Guardia Civil, con seis agentes, fue el objetivo.

La patrullera, mucho más pequeña que las embarcaciones de los narcotraficantes, buscaba «acorralar a una de las gomas», pero no lo consiguió.

Autoridades y uniones lamentan los hechos

Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) lamentan profundamente estos «trágicos hechos» y, a la espera de conocer más detalles de lo sucedido, han exigido al Ministerio del Interior «una profunda investigación de estos hechos gravemente ocurridos».

La asociación profesional Justicia para la Guardia Civil (Jucil) ha recordado que ha pedido mejores medios para la zona, lamentando la muerte de los dos agentes. «Gritamos alto y claro que el cruel asesinato de dos guardias civiles hacen necesaria una respuesta inmediata y contundente del Ministerio del Interior», han argumentado, al tiempo que han pedido el refuerzo de efectivos y la puesta en marcha de la Zona de Especial Singularidad «para luchar contra los criminales narcotraficantes que hoy han dado un paso más en su escalada hacia una delincuencia cada vez más peligrosa para los ciudadanos».

Asimismo, Jucil ha lamentado las imágenes y vídeos publicados en redes sociales, con personas «jaleando a los autores de este asesinato y riéndose de los guardias civiles» que, «con sus pobres y escasos medios, han muerto cuando intentaban cumplir con su deber: evitar el narcotráfico y la entrada de droga». Además, ha pedido la dimisión del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, «quien se ha mostrado incapaz de resolver los graves problemas que el narcotráfico ocasiona en el sur de España», según ha denunciado.

Desde el sindicato de la Policía Nacional, Jupol, también han criticado el Plan Especial del Campo de Gibraltar que presentó Marlaska, insistiendo en que es un «auténtico fracaso» porque los narcos siguen campando «a sus anchas», por lo que han reclamado la dimisión del titular de Interior.

Uno de los agentes fallecidos, Miguel Ángel, de 39 años y natural de San Fernando (Cádiz), con pareja y una hija, pertenecía a un equipo del Grupo de Especialistas de Actividades Subacuáticas (GEAS). El otro guardia civil que perdió la vida, David, era agente del Grupo de Acción Rápida (GAR). Nacido en Barcelona, tenía 43 años, estaba casado con una mujer y tenía dos hijos.