La semana que terminará para el Valencia en el estadio Gran Canaria comenzó con el director deportivo, Miguel Ángel Corona, sacando pecho por la increíble cantidad de puntos sumados en 23 jornadas. «¿Qué es mejorar la plantilla? Este año se decía que la empeoramos y llevamos 35 puntos». Fue la maravillosa frase del excanterano del Real Madrid. El ejemplo ideal de que no sabe dónde pisa o, mejor dicho, de que realmente le da igual. Por un lado, el trabajo deportivo sobre el campo de Rubén Baraja y sus futbolistas solo puede aplaudirse. Por el otro, en cambio, la confección de plantilla y la gestión en los despachos de un club al que Meriton ha desterrado de entre los grandes no puede más que condenarse.
El Valencia del ‘Pipo’ lo está haciendo bien, pero a la vez tiene un límite impuesto por el desprecio de Peter Lim y Jorge Mendes. «Una década de Champions» fue el eslogan falaz. Amadeo Salvo prometió y prometió hasta que metió a los dos en el club. Hoy esa palabra, Champions, está borrada en nuestro vocabulario mientras Corona brinda con champán por un equipo al que, a duras penas, le permiten competir por una plaza de Conference League. A 13 puntos de la última que daría derecho a jugar en la élite europea en la mejor campaña en ‘Meritonia’ desde el despido de Marcelino. Aquí estamos, pidiendo el título de Copa para un rival histórico: Atlético, Real Sociedad o Athletic. ¿Eso es grandeza? «Gracias por todo, Peter», que diría aquel.