¿Habéis comprado o vendido alguna vez en Wallapop? Si lo habéis hecho seguro que os ha pasado lo mismo que al Valencia CF y al Sevilla FC en el mercado de fichajes con Rafa Mir. Y si no sabéis de qué hablo, quedaos que os va a sonar todo. Porque en esta app de compra y venta de segunda mano, lo normal era negociar, acordar y que te cambiaran las condiciones cuando quedabas en persona con el comprador o vendedor para tratar de rascar algo más de dinero. Era clave tu reacción para salir con éxito en esa negociación.
En Wallapop pones un artículo a la venta en la app y te empiezan a llegar mensajes con ofertas. Entonces, tú empiezas a filtrarlas según el precio, la proximidad o las sensaciones que te de quien viene a comprar el artículo. Si bien es cierto que ahora esto lo han corregido porque la app intermedia haciendo envíos y controlando el dinero, antes era el lejano oeste. Una jungla tecnológica en la que te podías encontrar de todo. Debías ir con el cuchillo entre los dientes bien fuera por una cafetera, un videojuego o un sofá. Porque, una vez llegabas a un acuerdo por mensaje, tenías que quedar in situ con la otra parte para hacer la transacción y ahí es cuando llegaba la verdadera negociación. Ahí te sentías Jerry Maguire con el show me the money.
Dependiendo del momento, la necesidad o de quién negociara era muy probable que te cambiara las condiciones pactadas. Aunque fueran 5, 10 o 20 euritos, siempre te cambiaban algo. Ahí residía la dificultad. Entonces tú tenías que tener mano izquierda y valorar si te compensaba adaptarte al nuevo precio, mantenerte firme o seguir negociando. Marcharte de pronto pocas veces surtía efecto a menos que tuvieras una alternativa encarrilada.
Pues el Sevilla FC y el Valencia CF parecía que estaban vendiendo a Rafa Mir por Wallapop. Negociaron, llegaron a un acuerdo y en el momento del intercambio metieron la pata. Lo más curioso de todo es que las dos partes coinciden en el fragmento fundamental de la versión pero cada uno la interpreta de una manera distinta. El conjunto hispalense reconoce textualmente en palabras de Víctor Orta que cambian las condiciones del acuerdo verbal a la hora de enviar los documentos y el Valencia CF, por su parte, también asume que cuando llega ese nuevo documento con cifras distintas se marcha de la negociación de forma inminente porque lo interpreta como una falta de respeto.
¿Quién tiene razón? Para mí las dos partes lo hacen mal. El Sevilla FC es poco honesto, ya que si hay acuerdo debe respetarlo -sobre todo después de lo que pasó en verano- y mandar todo tal cuál se había hablado una vez llegado a ese acuerdo. Es algo poco serio, es cierto. Pero también es verdad que al final en una negociación cualquier documento es revisable. Y el Valencia CF, si de verdad quería incorporar a Rafa Mir, no digo que pase por el aro, pero sigue negociando hasta las 12 de la noche. Es poco profesional también que ni siquiera se quedaran hasta la medianoche -independientemente del horario de Singapur- para tratar de desencallar una negociación bloqueada teniendo en cuenta que era Rafa Mir o nada -como el club dijo-.
A falta de escuchar la versión oficial de Rafa Mir -según a quien preguntes de su entorno te dice una cosa u otra-, lo que tengo claro es que Víctor Orta y Corona tendrán muchas apps en su móvil, pero nunca han comprado ni vendido nada en Wallapop. De lo contrario la operación se habría hecho y no se habría quedado uno con la cafetera y otro con ganas de desayunar.