Las matemáticas son complejas pero no difíciles si se enseñan y se aprenden bien. El último informe PISA, sin embargo, confirma que una inmensa mayoría del alumnado las tiene atragantadas. Profesionales de la asignatura y la docencia tienen claro los tres culpables: el falso mito de que son muy arduas y solo aptas para inteligentes, la angustia que trasladan las familias a los estudiantes, y la formación -muy mejorable- que reciben los profesores.

Los expertos piden mejor formación matemática de los maestros y que las familias destierren el falso mito de que es una asignatura solo apta para inteligentes




Otro factor clave es cómo se están enseñando las matemáticas en colegios e institutos y por qué provocan tanta desmotivación entre los chavales. Sobre todo, chavalas, atrapadas en los estereotipos de género. Los expertos apuestan por aligerar unos currículos «sobrecargados y repetitivos» y fomentar materias que potencien el sentido numérico, geométrico y abstracto, como el álgebra y la estadística.

La dimensión socioafectiva del aprendizaje no es la ocurrencia de ningún chamán. Es, según la ciencia, un aspecto determinante que explica la desmotivación ante la asignatura. Así lo asegura Eduardo Sáenz de Cabezón, matemático y autor de ‘Apocalipsis matemático’ e ‘Invitación al aprendizaje’ (Random House).

«Si un niño se equivoca muchas veces en clase y no encuentra motivación ni en el aula ni en casa terminará generando una emoción negativa, que determinará una actitud y un bloqueo ante la asignatura. La motivación no tiene que ser solo la promesa de futuro de encontrar un buen trabajo cuando sea adulto gracias a las matemáticas. Hay que encontrar otras motivaciones, como el placer de aprender, que nos capacita para otros aprendizajes. Y no solo el placer sino el sentido que tiene aprender”, explica el divulgador.

«Hay que transmitir sentido numérico y geométrico, que es mucho más que saberse cuatro fórmulas»

Laura Morera – Doctora en Didáctica de las matemáticas


decoration

La reflexión del presentador del programa científico ‘Órbita Laika’ (TVE) lleva a una pregunta: ¿Cómo se están impartiendo las matemáticas en los coles e institutos? Licenciada en Matemáticas (UPC) y doctora en Didáctica de las matemáticas (UAB), Laura Morera destaca que, tradicionalmente, la asignatura se ha impartido poniendo el acento en la numeración. La experta asegura que hacer operaciones y ecuaciones está muy bien, pero enseñar matemáticas y, sobre todo, gestionar un aula va más allá.

Primero aprender, luego memorizar

«Hay que transmitir sentido numérico y geométrico, que es mucho más que saberse cuatro fórmulas. En primaria y secundaria se potencia el cálculo, pero hay que poner el foco en entender, deducir y reflexionar las matemáticas. Por supuesto que hay que saberse, y rápido, las tablas de multiplicar. Pero la memorización es posterior al aprendizaje. Es decir, primero tienes que entender y visualizar qué significa multiplicar y luego memorizar las tablas», analiza la docente universitaria.

«Las matemáticas no son solo las raíces cuadradas, números y cuentas sino también razonar para saber qué fila del supermercado es la más adecuada»

Eduardo Sáenz de Cabezón – Matemático y divulgador


decoration

El desolador resultado que el alumnado de 15 años obtuvo en el último informe PISA ha hecho que el presidente del Gobierno anuncie un plan de refuerzo en matemáticas y comprensión lectora. Pero PISA, en realidad, no debería haber sorprendido a nadie. La Real Sociedad Matemática Española (RSME) lleva años alertando del problema y poniendo encima de la mesa propuestas de mejora.

«No es razonable que al grado de Ciencias de la Educación se acceda desde un Bachillerato de humanidades, donde no se estudian matemáticas»

Clara Grima – Profesora de Matemática Aplicada en la Universidad de Sevilla


decoration

En 2019, la RSME publicó el ‘Libro blanco de las matemáticas’, donde avisaba de los currículos «sobrecargados y repetitivos». A la hora de aprender matemáticas no basta con el cálculo sino que hace falta desarrollar la capacidad de pensamiento abstracto. El documento de la RSME apuesta por fomentar en las aulas tres materias. La primera, el álgebra, disciplina que permite el paso de la numeración al pensamiento abstracto. La segunda, la geometría para potenciar la capacidad de razonamiento y la resolución de problemas. La tercera, la estadística y la probabilidad para ser capaces de analizar los datos e impulsar el pensamiento crítico.

«Parece adecuado comprometerse en la apuesta por modelos educativos basados en una formación matemática que fomente el razonamiento, la argumentación y el desarrollo de la matemática tradicional centrada en la resolución de problemas. Y, al mismo tiempo, incorporar conexiones entre las matemáticas y otras disciplinas», continúa el Libro blanco. En ese sentido, Saénz de Cabezón recuerda que las matemáticas no son solo las raíces cuadradas, números y cuentas sino también razonar para saber qué fila del supermercado es la más adecuada.

Mejorar la formación de los docentes

‘El Libro blanco de las matemáticas’ recoge algunas propuestas de mejora, como la bajada de ratios, los desdobles de aulas y los cambios en la formación matemática de los profesores. Son iniciativas que están, precisamente, incorporadas en el plan de refuerzo anunciado por Pedro Sánchez.

Todos los expertos consultados por El Periódico de Catalunya, del Grupo Prensa Ibérica, abogan por aumentar los contenidos matemáticos que se imparten en el grado de Ciencias de la Educación para que los futuros maestros dominen más la materia y tengan «pasión» por ella. «No es razonable que al grado de Ciencias de la Educación se acceda desde un Bachillerato de humanidades, donde no se estudian matemáticas», se lamenta Clara Grima, profesora de Matemática Aplicada en la Universidad de Sevilla.

«¿Quién convence a un matemático de que haga un máster para ser profesor de un instituto donde va a ganar mucho menos?»


decoration

La divulgadora también alerta de que el problema continúa en secundaria, donde los profesores de matemáticas están dejando de ser matemáticos. Estos, por razones de sueldo y demanda laboral, se van a la empresa privada. «La solución es casi siempre la misma: dinero. ¿Quién convence a un matemático que haga el máster para ser profesor de un instituto donde va a ganar mucho menos?», se pregunta la divulgadora.

Compensar la falta de especialidad

En el caso de primaria, el ‘Libro blanco de las matemáticas’ también pide «reconsiderar el acceso a la función pública». Para compensar la falta de especialidad en matemáticas (en las oposiciones solo hay tres: educación física, inglés y música), los técnicos de la RSME sugieren la creación de una nueva figura: el docente con formación reforzada en matemáticas para “coordinar y ayudar al resto de docentes en la asignatura».

«La formación de los maestros deben mejorar. No solo tienen que saber de matemáticas, les tiene que gustar», añade Sáenz de Cabezón, que aplaude el esfuerzo que realizan muchos docentes para formar asociaciones y realizar, por su cuenta, cursos de formación continua.

«Para saber matemáticas las tienes que entender y disfrutar desde muy pequeño», destaca Grima, que pide también a las familias que dejen de soltar inútiles mantras como «a mí no se me daban bien las matemáticas en el colegio y no me ha ido tan mal en la vida».