La pandemia hizo que la asignación de plazas MIR en 2020 se retrasase, lo que ha conllevado a que ahora, salvo los residentes de 14 especialidades, toda esa generación terminará sus cuatro años de residencia más tarde. La Organización Médica Colegial (OMC) acaba de alertar en un informe de que esto va a ser a suponer un problema de cara a cubrir las vacaciones de la plantilla estructural de los servicios de salud.
Por lo general, los residentes suelen finalizar su formación en mayo. Pero este año, durante los meses de junio a septiembre de 2024, aún no lo habrán hecho. Incluidos los de Atención Primaria. Esto provocará que no se pueda cubrir con ellos las necesidades asistenciales que derivan de las vacaciones del personal sanitario, ni de los incrementos de demanda en zonas tensionadas por el turismo. Todo ello cuando, recuerdan, tampoco hay personal sanitario en situación de desempleo para realizar dichas funciones.
En este escenario, médicos residentes y tutores han dado la voz de alarma sobre distintas situaciones que podrían generarse en los próximos meses. Destacan especialmente dos: que se cambie el itinerario formativo de los médicos residentes de último año, para que cubran los citados puestos de personal estructural durante su periodo vacacional; o que se adelante el final de la residencia de los médicos residentes de último año, para que se encuentren disponibles a nivel laboral y poder cubrir esas necesidades.
Riesgos laborales
Con todo, recuerdan que los tiempos establecidos en los programas formativos de las distintas especialidades se deben respetar, «ya que son uno de los garantes de la calidad del sistema de formación sanitaria especializada» de España y las medidas extraordinarias deben ser planificadas al ser un escenario previsible.
También alertan de que eso llevaría a un «incumplimiento de los derechos laborales de los médicos residentes, aumentar su carga laboral y la ausencia del descanso suficiente«, lo que, según se ha demostrado en múltiples estudios, «supone un riesgo en muchos sentidos». «En primer lugar, en la propia salud física y mental de los médicos residentes. En segundo lugar, para la satisfacción laboral y el mantenimiento de los profesionales médicos en el sistema sanitario público. Y, por último, para la salud de los pacientes, ya que se ha demostrado un aumento de los errores médicos al trabajar en las condiciones anteriormente citadas«, apuntan en el informe.
Buscar soluciones
Domingo Antonio Sánchez, representante nacional de médicos jóvenes de la OMC, explica a El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, que este informe es una llamada de atención para actuar cuanto antes: «Estamos hablando de más de 5000 especialistas. Nosotros lo que hemos hecho es advertir y contextualizar para dar solución a esto. Estamos a cuatro o cinco meses vista y no hay ni dirección ni directriz. Vamos a encontrarnos con un socavón en el sistema que no sé cómo vamos a poder salvarlo sin afectar a la asistencia sanitaria».
La solución, para ellos, pasaría por aquella que tenga en cuenta tres pilares: que no afecte en la calidad de la atención sanitaria que va a recibir el paciente; la actuación coordinada bajo un marco de igualdad todo el territorio nacional, para que no haya diferencias entre comunidades autónomas; y salvaguardar el derecho de los médicos que se forman a que lo hagan de la mejora manera posible. Domingo Antonio Sánchez asegura que están abiertos a trabajar con el Ministerio de Sanidad para arreglar la situación cuanto antes.