Nueva oportunidad para ERC y Junts de modificar la ley de amnistía. Este martes, la medida de gracia se debatirá en la comisión de Justicia del Congreso y será la penúltima ocasión en la que el bloque de la investidura podrá retocar la norma. Ambas formaciones independentistas apuran la negociación con el PSOE para intentar cambiar aquellos aspectos con los que no están de acuerdo y sacar adelante las enmiendas que registraron la pasada semana en solitario. Su principal objetivo está eliminar el terrorismo como causa de exclusión de la amnistía y garantizar la aplicación inmediata de la misma. Los socialistas siguen poniendo la línea roja en el terrorismo.
«Negociamos siempre hasta el último segundo», aseguran fuentes de ERC ante la cita de este martes y ofreciendo una imagen clara de la estrategia que han planteado durante la tramitación de la ley de amnistía. El mismo mensaje llega desde las filas de Junts. Y la posición de ambas formaciones obliga al PSOE a seguir sentado a la mesa, a pesar de que consideran que la medida de gracia está más que cerrada con las enmiendas «técnicas» que pactaron la pasada semana con ERC y otras formaciones y que ya se introdujeron en la norma con el voto favorable de los posconvergentes.
Exigencias a pactar
Sin embargo, ni los de Oriol Junqueras ni los de Carles Puigdemont se contentan con la redacción actual de la ley. Las dos formaciones defenderán este martes enmiendas para eliminar el terrorismo de las exclusiones de la amnistía. La intención es que la medida de gracia cubra así las causas de los CDR y de Tsunami Democràtic (que involucran Puigdemont y a la secretaria general de ERC, Marta Rovira) que está instruyendo el juez de la audiencia nacional Manuel García-Castellón. El PSOE rechaza de plano esta propuesta que, además, también va en contra del criterio de los letrados de la comisión de Justicia.
La nueva portavoz de los socialistas, Esther Peña, defendió este lunes que la proposición de ley actual «es impecable jurídicamente y plenamente constitucional«. No solo eso. En línea con lo expresado en los últimos días, sostuvo que las enmiendas que ya se han introducido dotan de mayor seguridad jurídica a la norma y que con ellas resulta más que suficiente. «La labor de seducir y convencer les toca a otros«, aseveró, dejando claro que en esta ocasión deben ser ERC y Junts quien busquen el voto favorable del PSOE.
En esta labor de negociación, las dos formaciones tratarán de evitar cualquier resquicio que en un futuro puedan usar los jueces para dilatar la aplicación de la amnistía. En concreto, reclaman la aplicación inmediata de la medida de gracia y que esta no quede en suspenso pese a que los jueces recurran al Tribunal Constitucional o al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). El texto actual, proveniente de una de las enmiendas acordadas por el PSOE con el resto de partidos, establece que estas consultas, tanto al TC como al TJUE, no impidan que el juez anule las órdenes de detención, las medidas de prisión fijadas o la finalización de las penas principales o accesorias.
Los pasos futuros
Para sacar adelante las enmiendas, ERC y Junts necesitarían contar con el sí del PSOE, algo que parece improbable en algunas de las propuestas planteadas. No obstante, aún tendrán una última oportunidad. Los republicanos y los posconvergentes podrán mantener vivas sus enmiendas hasta que la ley se debata en el pleno del Congreso, una cita que, previsiblemente, será el 30 de diciembre. Esta será la última ocasión antes de aprobar la norma y enviarla al Senado. Una vez en la Cámara Alta, el PP usará su mayoría absoluta a placer para modificar el texto por completo o vetarlo y, después, el Congreso solo podrá recuperar el texto que enviaron.