- Impuesto Calificado de «ilegal e inconstitucional»
- 1550 de 5200 millones se perderían en inversión
- Francia y Portugal, principales beneficiados
El pulso entre Repsol y el Gobierno parece no tener fin por la implantación del impuesto extraordinario a la banca y a las energéticas. Así, la mayor petrolera española lleva varios meses avisando de que si no se suprime ese gravamen, se verá forzada a trasladar parte de sus inversiones a otros países como son, en este caso, Francia y Portugal.
Por todo esto, Repsol, lleva unos meses mostrando su preocupación ante la inestabilidad jurídica que enfrenta, que parece que no hay indicios de tregua por parte del Ejecutivo, planteándose la posibilidad de trasladar sus inversiones industriales fuera del territorio español.
Impuesto Calificado de «ilegal e inconstitucional»
El consejero delegado de Repsol, en un comunicado oficial, expresó su inquietud respecto a la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal, advirtiendo que esta situación podría condicionar las futuras inversiones de la compañía en proyectos industriales en España.
«La pérdida de poder adquisitivo de las empresas ya fue un golpe significativo, y ahora la inestabilidad jurídica agrega incertidumbre a nuestras operaciones«, señaló el ejecutivo.
Además, desde la sede de Repsol, se ha lanzado una fuerte crítica al impuesto extraordinario, calificándolo como «ilegal, inconstitucional y discriminatorio». La petrolera ha dejado claro que están combatiendo este gravamen en los tribunales, argumentando que su aplicación atenta contra los principios fundamentales y equitativos.
1550 de 5200 millones se perderían en inversión
La compañía petrolera ha enfocado sus recursos mayormente en proyectos bajos en carbono, alineándose con su visión transformadora y su compromiso con la reducción de emisiones. Se estima que un 35% de las inversiones totales para el año 2023 se destinarán a iniciativas amigables con el medio ambiente, consolidando la posición de Repsol como un actor clave en la transición hacia una economía más limpia.
Durante el 2023, España se mantuvo como el epicentro de estas inversiones, absorbiendo cerca de un 41% de la inversión total. Estos esfuerzos reflejan la globalidad de la visión de la compañía y su compromiso con la descarbonización.
La estrategia de Repsol va más allá de la inversión financiera; se centra en la evolución de complejos industriales hacia la descarbonización. Este enfoque no solo contribuye a la reducción de emisiones, sino que también fortalece la garantía de suministro energético del país y asegura la estabilidad de miles de puestos de trabajo.
Repsol estimó a finales de los primeros nueve meses del año que terminarían con una inversión total orgánica cercana a los 5.200 millones de euros. Este impulso financiero se canaliza hacia la transformación de instalaciones, con cinco de ellas ubicadas en España, para producir productos con una huella de carbono significativamente reducida e incluso negativa. Estas inversiones reflejan el firme compromiso de Repsol con la innovación y la sostenibilidad en la industria energética.
Francia y Portugal, principales beneficiados
La creciente tensión entre el gobierno y Repsol ha alcanzado un nuevo punto crítico, evidenciado por los resultados del Foro de Davos que congregó a Pedro Sánchez con los principales empresarios españoles.
Aunque se esperaba que este encuentro fuera un espacio para la reconciliación, la tensión no ha hecho más que aumentar debido a que la ministra para la Transición Ecológica y vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, la cual acusó al CEO de Repsol de instigar al negacionismo climático por su discurso, en el que, el directivo advirtió que las actuales políticas climáticas están basadas en ideología y que se deberían repensar.
Portugal y Francia emergen como opciones estratégicas para Repsol. Según informaciones recabadas por ECD, ambos países vecinos presentan un marco regulador atractivo, exento del gravamen que ha generado controversia en la petrolera. Este hecho ha despertado el interés de Repsol, que podría considerar llevar parte de sus inversiones industriales, valuadas en 1500 millones de euros, a estos destinos en un periodo medio-largo.