ERC despeja las dudas y ataja el debate. El consejo nacional del partido se reunirá este sábado con la previsión de avalar que el president Pere Aragonès vuelva a ser el candidato de la formación a las próximas elecciones catalanas, según ha podido saber El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica. Con el anuncio, los republicanos pretenden dar por finiquitada las dudas y especulaciones que se abrieron con la ley de amnistía, ya que su aplicación levantará las penas de inhabilitación cuando se haga efectiva y Oriol Junqueras, presidente del partido, podrá volver a encabezar listas electorales.
Esto generó dudas sobre si Aragonès iba a optar a un segundo mandato o si, por contra, Junqueras iba a tratar de regresar a la Generalitat. Sin embargo, el debate de la amnistía en el Congreso, la previsible dilación en el Senado, junto con las posibles dudas judiciales que alargarán la exoneración de las causas del ‘procés’ una vez esté aprobada la ley, dificultan marcar una fecha concreta al olvido penal. Y el calendario para las catalanas, que solo depende del president, tampoco está clarificado, pero el primer paso es que no esté cuestionado quién encabezará la lista de los republicanos.
Este sábado se constatará que Aragonés es el ungido por el partido para ser el próximo candidato, aunque no se le proclamará formalmente. Eso solo sucederá cuando se acerque la fecha de las elecciones al Parlament. Entonces, el partido abrirá un proceso de primarias donde el presidente, y, los militantes que lo deseen, podrán presentar candidatura. Nadie duda, sin embargo, que Aragonès se hará con la nominación cuando sea el momento. Con Junqueras dando un paso al lado, nadie está en condiciones de plantear un pulso con posibilidades de ganarlo.
Los presupuestos como acelerador
Si bien Aragonès siempre ha reivindicado por activa y por pasiva que quiere agotar la legislatura, que finaliza en febrero de 2025, la aprobación de los presupuestos de este 2024 podría acercar una convocatoria electoral. La negociación de las cuentas está en marcha, y la previsión en Palau es que se pueda reeditar la alianza del Govern con el PSC y los Comuns, a cuenta de la dependencia mutua en el Congreso de los Diputados. Ahora bien, socialistas y morados descartan ofrecer un cheque en blanco y se sacuden las prisas del Govern, cuya celeridad achacan al hecho de que Aragonès busque atar primero el apoyo a las cuentas catalanas para, en plena pugna con Junts, poder encarecer los siete votos de ERC imprescindibles para Pedro Sánchez.
En la lista de prioridades del Govern está desencallar, en marzo, los dos presupuestos, celebrar poco antes la primera reunión entre partidos con verificador, después reactivar la mesa de diálogo con la presencia de los dos presidentes y encauzar al traspaso de Rodalies y del ingreso mínimo vital. Una lista de hitos que el president quiere que sean sus credenciales para volver a optar al cargo.
Con el espaldarazo a Aragonès de este sábado, ERC trata de cortocircuitar especulaciones que ahonden en su debilidad, a tenor de la minoría parlamentaria del Govern tras la ruptura con Junts hace ya 15 meses, y apuntalarlo para que el proceso interno esté cerrado para cuando decida convocar elecciones. Todo ello teniendo en cuenta que Salvador Illa será confirmado como candidato del PSC en el congreso del partido entre del 15 al 17 de marzo en el que revalidará el cargo de ‘primer secretari’ y que el foco se centrará después en Junts, ya que Laura Borràs no podrá repetir por su condena y en cuyas filas parte con ventaja Josep Rull, al estar también inhabilitado Jordi Turull. La fecha de las elecciones determinará también si Carles Puigdemont puede o no ser candidato.
Esa es otra de las claves para entender que ERC quiera despejar el camino de Aragonès cuanto antes. Los republicanos y los socialistas serán las dos únicas formaciones con un candidato claro a las próximas elecciones al Parlament, mientras que el resto, especialmente en Junts, aún deberá hacer sus respectivos debates y proceso internos.
¿Cuándo serán las elecciones?
Si bien en Palau no veían incentivos para adelantar los comicios, en estos momentos se están estudiando todos los posibles escenarios y cuál puede ser el mejor contexto para citar a los catalanes en las urnas. Entre las opciones está incluso que sean durante esta primavera, momento en el que se tienen que celebrar también los comicios vascos, y antes de las elecciones europeas del 9 de junio en las que la candidatura de Puigdemont sí que se da por descontada. El impacto electoral del expresident, junto con la gestión de la crisis de la sequía en minoría y con unas restricciones que pueden ir a más, desaconseja, según plantean algunas voces de ERC, que las elecciones sean justo después del verano.
Por si acaso, el partido se arremanga para poner ya orden a la interna y por proyectar en este primer trimestre del año a Aragonès como candidato, gobernante y gestor, consolidando las dos patas de su Govern -la gestión del día a día y el flanco soberanista- con el impulso de acuerdos como el traspaso de Rodalies y del ingreso mínimo vital, con una propuesta de financiación singular para Catalunya, y con la reanudación de la mesa de diálogo con el Gobierno en la que aspira a entregar el acuerdo de claridad. Con todo, ya hay quien considera que difícilmente habrá un mejor escenario para apretar el botón electoral.