¿Remordimientos por haber comido mal y demasiado durante las Navidades, empachos, excesos, kilos de más…? Pero ahora que ya ha pasado más de diez días desde que vinieron los Reyes Magos y nos hemos llenado de buenos propósitos y ganas de perder esos kilos de más… es momento de hacer un punto y aparte en nuestra forma de alimentarnos.
Pero no todo vale. Y llegados a este punto, la obsesión por perder esos supuestos kilos ganados en las fiestas puede jugarnos una mala pasada.
La doctora Alba Santaliestra Pasías, dietista-nutricionista, explica como muchas de las dietas que se comienzan en estas fechas que consisten en reducir kilos en el menor tiempo posible, sin haber consultado con un especialista, no son más que parches.
‘Efecto yo-yo’
Tal y como advierte la doctora:
- «Las dietas rápidas siempre están asociadas al efecto rebote o más conocido como ‘efecto yo-yo’
- Lo que rápido se consigue, rápido se pierde, por lo que son parches que nos auto-engañan.
- Lograr el cambio hacia hábitos alimentarios y de estilo de vida saludables es clave para lograr los objetivos a largo plazo».
Siempre va a ser más aconsejable trabajar en el marco de una educación alimentaria integral, que permita tomar decisiones conscientes en base a la alimentación, la salud y los objetivos que se persigan».
No sólo cuentan los kilos
Otro de los aspectos que inciden en el seguimiento de estas dietas estrictas y cortas, es que la referencia son siempre los kilos de más, perdiendo de vista el problema de salud que supone una alimentación rica en grasas.
Tras muchos años de una comunicación centrada en el peso, se debería cambiar la tendencia y hablar de pérdida de grasa, dado que es el componente que tiene mayores riesgos para la salud, relacionados con múltiples indicadores de enfermedades como por ejemplo las cardiovasculares o el síndrome metabólico, entre otros
Así, cualquier tipo de dieta estricta tiene limitado la ingesta de nutrientes en general.
Y esto puede provocar que dejemos de ingerir algunos tan esenciales como las vitaminas, los fitoquímicos o los antioxidantes.
«En ese sentido estos extremos limitan el estado de salud, y pueden hacernos más vulnerables frente a diversas patologías en las que está comprometido el sistema defensivo», advierte la experta.
Para evitarlo, «que se prioricen alimentos de origen vegetal y que se equilibren los de origen animal será clave».
No a las dietas rápidas sin supervisión médica
La doctora Alba Santaliestra es tajante en su opinión sobre esas dietas que nos autoimponemos, en las que reducimos al mínimo la ingesta de alimentos, y lo hacemos, además, sin haber consultado con un profesional sanitario.
«Estas dietas ‘sin control’ nunca son adecuadas, en primer lugar, porque instauran malos hábitos en la población, además favorecen los desequilibrios nutricionales y son insostenibles a largo plazo».
Si son peligrosas para la población general, lo son más aún para personas con algún tipo de patología grave.
«Cualquier persona que haya pasado por una enfermedad grave necesita recuperar su fortaleza física y mental, cubrir las reservas de los nutrientes que se han comprometido durante la enfermedad, por lo que estará especialmente contraindicado seguir este tipo de propuestas», subraya la doctora.
¿Qué son las dietas détox? ¿Son saludables?
Carnes rojas, embutidos, roscones, turrones, bebidas alcohólicas de alta graduación… Todos son productos típicos de las fechas que hemos pasado.
El haberlos tomado en demasía puede llevarnos a pensar que necesitamos limpiar nuestro cuerpo. Y ahí es donde las dietas desintoxicantes, conocidas como détox, se convierten en una constante tras las navidades.
A este respecto, la doctora Santaliestra advierte que «es importante tener en cuenta que todas estas dietas détox siempre implican la suplementación dietética, puesto que les faltan nutrientes, aspecto clave para reconocerlas como ‘dietas no equilibradas‘».
Para identificarlas, un criterio fundamental es tener sentido común con la pauta que tenemos delante. «Si algo lo ves ‘extravagante’, ‘alternativo’ o poco común, mejor que no optes por esa propuesta
La experta recuerda que cualquier dieta incluya «todos los grupos de alimentos, que se base en alimentos de origen vegetal, que no restrinja grupos de alimentos (como los carbohidratos) ni que dé listas de alimentos buenos y malos, y que no incluya suplementos ni sustitutivos tipo batidos, barritas o similares».
Entonces, ¿Qué debemos hacer tras los excesos navideños?
Para la dietista-nutricionista:
«La alimentación es uno de los hábitos en los que invertimos una mayor cantidad de tiempo, después de dormir, por eso aprender a comer y que sea de forma saludable debería ser esencial para poder disfrutar de la comida y que a la vez sea una herramienta que tenemos en nuestras manos para potenciar la salud y evitar diversas enfermedades. En ese sentido tener claros los pilares de una alimentación saludable y llevarlos a cabo sería suficiente para evitar ‘hacer dieta'».
Así, los tres pilares para comer bien, no sólo ahora cargados de buenos propósitos, sino para siempre, son:
- «Lo ideal es que la alimentación sea lo más vegetal posible, que se centre en alimentos de origen vegetal como las verduras, hortalizas, legumbres, cereales integrales, frutas, frutos secos y aceite de oliva virgen», enumera Santaliestra Pasías.
- Las proteínas, como son todo tipo de carnes, pescados y huevos deberán reducirse, y repartirse a lo largo de la semana en una proporción similar.
- «Evitar aquellos alimentos con alta densidad energética, ricos en azúcares y grasas, y altamente procesados es clave, y para lograrlo la mejor opción es que no entren en la cesta de la compra».
«Si se pone el foco en que tu alimentación a lo largo del día se base en estos productos es más sencillo controlar tu menú», concluye la especialista.
Una planificación alimentaria debe ser personalizada
Para la doctora lo mejor a la hora de iniciar no una dieta, sino una alimentación consciente y saludable, «es imprescindible que sea a cargo de dietistas-nutricionistas, para asegurar que estás atendido por un profesional sanitario cualificado para tratar tu alimentación
Si, además, tiene una consulta certificada como centro sanitario, aunque este requisito no siempre es necesario (por ejemplo, puede ocurrir en centros deportivos), mejor.
Y, por último, aunque no menos importante, «que te sientas escuchado, que te dé una pauta personalizada para tu problema, trabaje con educación nutricional y que no restringa grupos de alimentos».