España ha conseguido erigirse en un gran centro global de reventa de gas en plena sacudida histórica del sector por la crisis energética y por el terremoto geopolítico desatado por la invasión de Rusia sobre Ucrania. Toda Europa se lanzó a buscar nuevos países de suministro de gas para reducir su dependencia del gas ruso y las grandes infraestructuras gasistas españolas se han convertido en pieza clave para garantizar el suministro continental, catapultando las reexportaciones hasta máximos históricos.
Las reexportaciones de gas desde España aumentaron el año pasado otro 10%, hasta un nuevo récord de 75.300 gigavatios hora (GWh) equivalentes, según los registros internos de Enagás, el gestor del sistema gasista nacional. Un incremento que marca un nuevo récord de reventa de gas y que llega después de que ya en 2022 España consiguiera catapultar la reventa de gas a otros países, casi duplicando la actividad de reexportación, con un crecimiento del 91%, hasta superar los 68.200 GW.
La persistente agitación del mercado por las necesidades de garantizar el suministro en mitad de la tensión geopolítica ha hecho que el sistema gasista español marque un nuevo récord también este año. España está exprimiendo su amplia red de plantas regasificadoras —las que reciben y envían el gas por barco— y, sobre todo el año pasado, sus conexiones por gasoductos con Europa para disparar la reventa de gas a otros países.
Más gasoducto, menos barco
Durante 2023 las compañías gasistas que operan en el mercado español concentraron un 71% de todas las reexportaciones por gasoductos con Francia, Portugal y Marruecos, frente al peso del 63% que tuvieron el año pasado. Las reventas por tubo hacia Francia se dispararon hasta los 22.900 GWh, un 66% más que el año anterior y hacia Portugal se triplicaron, hasta los 3.580 GWh.
A pesar de que la reventa por barco desde las plantas regasificadoras se moderó (hasta los 22.100 GWh, un 10,8% menos), España fue el año pasado el país no productor que más gas natural licuado (GNL, el que se transporta en buques) reexportó de todo el mundo, según se destaca desde la propia Enagás, que gestiona la la práctica totalidad de esas plantas en el mercado español.
Con el Kremlin cortando el envío de gas por tubo a Europa como parte del juego de represalias cruzadas por la guerra, los países europeos se han lanzado a buscar otros proveedores por todo el mundo. Y para ello es necesario su transporte por barco en forma gas natural licuado (GNL), que se traslada en estado líquido y congelado.
España está aprovechando su red de seis plantas regasificadoras, que concentran un 33% de la capacidad de regasificación de toda la Unión Europea y un 44% del almacenamiento de GNL del continente, para convertirse en un gran hub europeo para la llegada y la reexportación de gas.
Según los datos que maneja Enagás, el operador del sistema gasista, España puede exportar al continente 8.500 millones de metros cúbicos de gas (8,5 bcm) al año a través de los dos gasoductos con Francia tras la ampliación de capacidad puesta en marcha en noviembre con un nuevo compresor en Irún, y actualmente también tiene capacidad para mandar otros 4 bcm por barco desde las plantas de regasificación. Pero si se ponen las regasificadoras a máximo rendimiento, se pueden sumar casi otros 10 bcm adicionales. Además, Enagás puso en marcha el pasado año la planta asturiana de El Musel para utilizarla como almacén logístico de reexportación, lo que implica un aumento potencial de otros 8 bcm la capacidad española de envío de gas a Europa.