2023 se ha coronado como un año estelar para la renta variable, pero ¿qué pasará en 2024? Las bolsas han comenzado el nuevo curso siendo muy irregulares y los estrategas de Bank of America (BofA) ya han lanzado la voz de alarma respecto al Viejo Continente, sobre todo, a medida que el crecimiento económico se debilite.
«Seguimos siendo negativos sobre la renta variable europea«, indican tajantes en su último informe de estrategia europea. «Si el crecimiento se debilita en línea con nuestras expectativas, esto probablemente desencadenaría una ampliación sustancial de las primas de riesgo, así como reducciones de las calificaciones crediticias», añaden.
Por ello, prevén una caída de casi el 20% para el Stoxx 600 hasta 390 puntos a mediados de año, así como una bajada del 13% para los valores cíclicos europeos frente a los defensivos.
Este hecho les lleva a señalar que los sectores de alimentación y bebidas, el farmacéutico y de telecomunicaciones son los sectores defensivos con mayores ventajas en relación con el mercado, mientras que los bancos, los automóviles y los bienes de capital tienen las mayores desventajas proyectadas.
En su análisis, los expertos de la entidad destacan que la pregunta clave para 2024 es saber si ya hemos dejado atrás el impacto total del anterior ajuste de los bancos centrales, o si todavía está en proceso.
«Consideramos que esto último es más probable, dado que la política monetaria normalmente afecta a la economía con un retraso de alrededor de 18 meses. Además, el apoyo de la laxa política fiscal estadounidense y de las empresas que están agotando sus pedidos pendientes de la era de la pandemia, que respaldaron el crecimiento en 2023, ahora se está desvaneciendo», indican al respecto.
Como consecuencia, ven margen para un debilitamiento significativo del impulso del crecimiento global hacia mediados de año, «lo que probablemente tendría un impacto significativo en los mercados, dado lo poco que se valora el riesgo macroeconómico».
Las acciones europeas han subido un 10% desde octubre y un 24% desde su mínimo en el cuarto trimestre de 2022. El repunte se ha visto impulsado casi en su totalidad por una compresión en primas de riesgo, a medida que la confianza del mercado ha pasado de los temores de recesión a las esperanzas de una resiliencia continua.
«El mejor indicador de las primas de riesgo globales, el diferencial de crédito de alto rendimiento estadounidense, se ha reducido de 600 pb a 350 pb durante el mismo período, dejándolo cerca de un mínimo histórico y descontado para un entorno de incumplimiento cercano a cero», remarcan en BofA.
Esto deja al mercado, según la firma estadounidense, con un precio cercano a la perfección macro, con «el beneficio por acción anticipado del Stoxx 600 a 12 meses cerca de un máximo histórico después de un aumento del 85% desde el mínimo de 2020″.
Asimismo, afirman que las primas de riesgo globales están cercanas a un mínimo histórico, «lo que refleja esperanzas de un crecimiento sólido y un entorno de incumplimiento benigno; y el rendimiento real de los bonos de la zona del euro está cerca de su mínimo de un año, con los mercados valorando más de 150 pb en recortes de tasas del BCE y la Reserva Federal para finales de año, lo que probablemente se encuentre en el extremo superior de lo que pueden ofrecer en un escenario de aterrizaje suave que de no aterrizaje», concluyen.