Antes del voraz y trágico incendio de la Culebra, las hermanas Jacinta -izquierda- y Lucía Canas Taboada, paseaban tranquilamente, disfrutando de un paisaje frondoso y verde que alegraba los corazones. Iban en dirección a la peña Valdinares, en Ferreras de Abajo, que aparece al fondo con aire magestuoso. Hoy todo es negrura y desolación. El fuego y sus consecuencias -junto a una gestión bastante deficiente de la Administración-, ha dejado sin futuro a muchos de los habitantes de la zona.