Lo que debía ser una noche de celebración y fiesta se convirtió para el joven Eliezer Valido en toda una pesadilla. Los hechos se remontan la pasada Nochebuena cuando Valido acudió con un grupo de amigos a un local de música electrónica, ubicado en el paseo de Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria. Ya en la entrada la velada comenzó con mal pie. Uno de los porteros de la discoteca Moma, se dirigió de malas formas al grupo de amigos reclamándoles «tener la noche en paz» antes de lanzarse la advertencia de que el consumo de estupefacientes dentro del local estaba prohibido. Un anuncio que les pilló por sorpresa al no venir a cuento.
Tras pedirse una copa, y después de varios minutos bailando y disfrutando de la noche, Eliezer decidió ir al baño. Dos de sus amigos se sumaron a él y le acompañaron. Aquí es, según el relato y de la denuncia del afectado, cuando la situación escala hasta límites insospechados.
«Estaba el último en la cola dentro del baño cuando de repente uno de los porteros empujó con malhumor y de forma violenta. No estaba haciendo nada malo. Empezó a discutir y salí para evitar que la situación se complicase», recuerda.
Pese a salir a la pista de baile el miembro de seguridad salió tras él procediendo a verter amenazas hacia él. «Le pedí que me diera la hoja de reclamación y sin venir a cuento me hizo una llave delante de todo el mundo, intenté liberarme y me tiro al suelo y me dieron patadas. En un momento me sacaron de la discoteca», añade.
Una vez fuera la violencia fue a más. «Todos los porteros me pegaron una paliza. Tengo el labio partido y el ojo estallado. Fue una agresión homófoba», comenta.
Tras sufrir la agresión Eliezer se dirigió primero al centro de salud para que le valorasen las heridas y contar con un parte de lesiones. Con este documento procedió a denunciar los hechos a la Policía.