- Siete mujeres y 121 hombres
- Sanidad, Jurídico e Intervención
- Posible candidata a primera contralmirante
- Ejército del Aire
- Sin mujeres generales en Sanidad
- Tres vacantes que cubrieron hombres
- Seis mujeres coroneles médico
- Inspector y director de Sanidad de Tierra
- Dos vacantes de general de brigada
Un total de 128 coroneles y capitanes de navío del Ejército de Tierra, la Armada, el Ejército del Aire, los Cuerpos Comunes y la Guardia Civil comenzarán el 8 de enero la fase presencial del XXV Curso de Actualización para el Desempeño de los Cometidos de Oficial General.
La Ley de la Carrera Militar establece que “los oficiales generales ejercen la acción de mando en la estructura orgánica y operativa de las Fuerzas Armadas y la alta dirección y gestión de sus recursos materiales, humanos y financieros. Accederán a esta categoría los oficiales que hayan acreditado en su carrera militar de modo sobresaliente su competencia profesional y capacidad de liderazgo”.
El conocido como curso de ascenso a general comenzó ya con una fase a distancia, y continuará los meses de enero, febrero y marzo en la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas (ESFAS), integrada en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN), con sede en Madrid.
Las materias impartidas en el curso se agrupan en seis módulos: Liderazgo, Política de Seguridad y Defensa, Planeamiento de Defensa, Operaciones, Inteligencia, y por último Viajes de interés profesional.
La realización de este curso es un requisito imprescindible para que los coroneles (o capitanes de navío en el Cuerpo General de la Armada) sean evaluados para el ascenso y, una vez que se haya hecho esa evaluación, la ministra de Defensa pueda proponer que el Consejo de Ministros apruebe su promoción al empleo de general de brigada (o contralmirante).
Siete mujeres y 121 hombres
Según ha podido comprobar ECD, para este Curso de Actualización para el Desempeño de los Cometidos de Oficial General fueron convocadas siete mujeres coronel, y 121 hombres.
De acuerdo con las estadísticas cerradas a finales de 2022, entonces había 50 mujeres en el empleo de coronel o capitán de navío. Cabe suponer que a lo largo de 2023 ese número ha aumentado.
Siete fueron también las mujeres que realizaron el anterior curso, el de 2022/2023, en esa ocasión entre un total de 114 alumnos. Los dos años anteriores hubo cuatro alumnas, en cada uno de ellos.
En esta ocasión hay dos mujeres coroneles del Cuerpo Jurídico Militar, una del Cuerpo Militar de Intervención y dos del Cuerpo Militar de Sanidad. En total, son cinco de los Cuerpos Comunes, la tónica habitual, porque son cuerpos donde el porcentaje de mujeres es mucho mayor que en los ejércitos y la Armada, por ejemplo.
Hay también una coronel de la Armada y otra del Ejército del Aire.
No hay mujeres entre los coroneles convocados del Ejército de Tierra y de la Guardia Civil.
Sanidad, Jurídico e Intervención
Del Cuerpo Militar de Sanidad participan dos coroneles de la Especialidad de Medicina: la coronel Elvira Pelet, subdirectora del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla (en Madrid) y antes jefa del Servicio de Anestesiología y Reanimación del mismo centro, y la coronel María Vicenta García Rosado, ahora directora de la Escuela Militar de Sanidad, de la Academia Central de la Defensa (también en Madrid), y que antes dirigió el Servicio de Medicina Preventiva del Gómez Ulla.
Las dos coroneles auditores seleccionadas del Cuerpo Jurídico Militar son María Rosario Herrera Abián y María Inmaculada Benavente Cózar.
La coronel auditor Herrera es directora de la División de Igualdad y Apoyo Social al Personal del Ministerio de Defensa. Ese mismo puesto lo ocupó Begoña Aramendía, la segunda mujer en llevar a general de brigada, que ahora es jefa de la Asesoría Jurídica del Ejército de Tierra.
María Inmaculada Benavente Cózar preside el Tribunal Militar Territorial Segundo, con sede en Sevilla.
Al Cuerpo Militar de Intervención, encargado del control interno de la gestión económico-financiera mediante el ejercicio de la función interventora, el control financiero y auditoría, la notaría militar y el asesoramiento económico-fiscal, pertenece la coronel Mercedes Espada Misioné.
Ya hay una mujer general de brigada del Cuerpo Militar de Intervención, María Teresa Gordillo, que fue la tercera en alcanzar ese empleo en todas las Fuerzas Armadas.
Posible candidata a primera contralmirante
La capitán de navío del Cuerpo General de la Armada Esther Yáñez González-Irún también participa en este curso de ascenso a general. Es la única mujer entre los alumnos que pertenecen a la Armada.
Una vez que complete el curso, Yáñez podrá ser promocionada al empleo de contralmirante. A diferencia del Ejército de Tierra y el Ejército del Aire, en la Armada aún no hay ninguna mujer oficial general.
Esta capitán de navío ya es pionera en la Armada. Fue la primera alumna de la Escuela Naval Militar, de Marín, la primera mujer en ingresar en la Escala de Oficiales de la Armada, la primera en mandar un buque de guerra, y la primera en alcanzar los sucesivos empleos de la escala.
Actualmente está destinada en la Dirección de Personal del Estado Mayor de la Armada.
Ejército del Aire
El Ejército del Aire ya cuenta con una general de brigada, Loreto Gutiérrez Hurtado. Pertenece al Cuerpo de Ingenieros del Ejército del Aire.
Fue la cuarta (y por ahora última) mujer en ser ascendida a general de brigada. Hace unas semanas, Pedro Sánchez la eligió como directora del Departamento de Seguridad Nacional.
En el curso de ascenso a general actualmente en marcha hay también otra mujer del Ejército del Aire: la coronel Rosa María López Díaz. Como la general Gutiérrez, López Díaz es ingeniera aeronáutica, y fue la primera mujer en alcanzar el empleo de comandante en las Fuerzas Armadas, en el año 2006.
Sin mujeres generales en Sanidad
Este XXV Curso de Actualización para el Desempeño de los Cometidos de Oficial General se desarrolla mientras en ciertos ámbitos de las Fuerzas Armadas, especialmente (pero no sólo) en el Cuerpo Militar de Sanidad, se comenta la extrañeza que produce que ninguna mujer de ese cuerpo haya ascendido aún a general de brigada.
Según el informe del Observatorio Militar para la Igualdad cerrado a 31 de diciembre de 2022, a partir de datos de la Dirección General de Personal del Ministerio de Defensa, las mujeres representan el 36,3% del personal de los Cuerpos Comunes, muy por encima del 14,2% del Ejército del Aire, del 13,8% de la Armada y del 11,5% del Ejército de Tierra.
Llegan al 42% entre los oficiales de carrera de los Cuerpos Comunes.
Son especialmente numerosas las mujeres en el Cuerpo Militar de Sanidad, en especialidades como Medicina y Enfermería. Hay un muy alto porcentaje femenino en el alumnado de la Escuela Militar de Sanidad.
Esos datos justifican la extrañeza de que hayan llegado mujeres a general de brigada (incluso de división) en el Ejército de Tierra, el Ejército del Aire, el Cuerpo Jurídico Militar y el Cuerpo Militar de Intervención, pero no en el Cuerpo Militar de Sanidad.
El diario The Objective ya contó hace unas semanas que “Robles no encuentra a la primera general médico por la pujanza de la sanidad privada” después de que la coronel Milagros Hijosa optara por trabajar para la sanidad privada.
Tres vacantes que cubrieron hombres
Lo cierto es que en los últimos años han quedado vacantes puestos de general de brigada en el Cuerpo Militar de Sanidad, pero Margarita Robles no los ha cubierto con mujeres coronel, sino con hombres.
La ministra ascendió en 2021 a general de brigada al coronel médico Alberto Hernández-Abadía de Barbará. Del Hospital Gómez Ulla pasó a ser subinspector médico de Apoyo Sanitario y Pericial, en la Inspección General de Sanidad.
En septiembre de 2022 tomó posesión de la Jefatura Conjunta de Sanidad, del Estado Mayor Conjunto (EMACON), lo que antes se conocía como Jefatura de Sanidad Operativa. Sustituyó al general de brigada José María Delgado, que pasó a la reserva.
En 2022 pasó a la reserva el general de brigada médico Miguel Fernández Tapia-Ruano, director del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla. Robles eligió como sustituto al jefe de Traumatología del mismo hospital, el coronel Francisco Javier Areta Jiménez, que ascendió a general de brigada.
Quedó vacante la jefatura de la Dirección de Sanidad (Disan) del Ejército del Aire, y fue nombrado el coronel médico Juan de Dios Sáez Garrido, hasta entonces subdirector del Gómez Ulla. Ascendió a general el pasado mes de junio.
A eso se añade que Margarita Robles decidió ascender a general de brigada al coronel director del Hospital General de la Defensa Orad y Gajías de Zaragoza, Juan Antonio Lara Garrido.
Esa plaza era de coronel, pero se eliminó otra vacante de general de brigada en la estructura de la Sanidad Militar, y la ministra promocionó a Lara a general y le mantuvo en Zaragoza.
Seis mujeres coroneles médico
Para ninguno de estos puestos fue elegida alguna de las al menos seis mujeres médico que han superado el curso de ascenso a general en los últimos años.
En 2021 lo terminaron Milagros Hijosa, destinada entonces en la Dirección de Sanidad del Ejército del Aire, y Paloma Sánchez Mata, jefa del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Central de la Defensa.
Al siguiente año pasaron el curso María Rosa García Toledano, directora del Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial (CIMA), y Ana Betegón, subdirectora de Prestaciones del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS).
En los primeros meses de este 2023 lo completaron Nuria Olmedilla González, jefa del servicio de Neurología del Gómez Ulla, y Aurora Molina Foncea, máxima responsable de Neurocirugía del mismo hospital militar.
Además, hicieron el curso al menos otras dos mujeres con el empleo de coronel del Cuerpo Militar de Sanidad, pero no de Medicina, sino de Farmacia (María Teresa Llorente Ballesteros, directora del Instituto de Toxicología de la Defensa) y de Veterinaria (María Isabel de Martín y Celemín, directora del Centro Militar Canino de la Defensa).
Fuentes militares consultadas por ECD aseguraban que entre esas coroneles médico se había extendido la sensación de que, en el Cuerpo Militar de Sanidad, no había habido tanto interés del Ministerio de Defensa por ascender por primera vez a una mujer a general de brigada, como el que pudo haber con Patricia Ortega, del Cuerpo de Ingenieros Politécnicos del Ejército de Tierra, la primera mujer en ceñirse el fajín de general.
Incluso señalaban que se estaba reservando a una coronel el honor de ser la primera mujer general del Cuerpo Militar de Sanidad.
ECD contactó con una de las supuestas “perjudicadas” por no haber ascendido. Aseguró que no se sentía agraviada ni enfadada, y que no tenía constancia de que hubiera malestar por el hecho de que no hubiera ascendido ninguna mujer a general de Sanidad.
También afirmó que los compañeros, hombres, que habían sido ascendidos “estaban perfectamente cualificados” para esos puestos, y que entendía que habían sido elegidos para ocupar esas plazas en base a sus currículum.
E insistió en que “es cuestión de tiempo” que una mujer del Cuerpo Militar de Sanidad llegue a general, en vista del alto porcentaje de mujeres que entraron, y que siguen ingresando, en ese cuerpo.
Cabe añadir que algunas de las seis coroneles citadas, que hicieron el curso en años anteriores, ya han pasado a la situación de reserva, así que quedan descartadas para ascender.
Inspector y director de Sanidad de Tierra
La próxima primavera, justo después de que acabe este curso de ascenso a general, pasarán a la reserva varios altos mandos de la Sanidad Militar, lo que provocará nombramientos y ascensos en cascada.
Pasará a la reserva el general de división farmacéutico Juan José Sánchez Ramos, inspector general de Sanidad de la Defensa. Sánchez Ramos asumió provisionalmente el mando de la Inspección General de Sanidad de la Defensa cuando Margarita Robles cesó al entonces inspector, el general de división médico Antonio Conde Ortiz, en 2021.
Robles apartó a Conde por su papel en la polémica de las vacunaciones de altos mandos militares, que desveló ECD en enero de 2021: en las primeras semanas de vacunación contra el covid, cuando se estaba inmunizando a los ancianos de residencias y a médicos y personal sanitario, el JEMAD Villarroya y otros generales del Estado Mayor de la Defensa recibieron la primera dosis.
El general Conde fue recolocado como director de la Academia Central de la Defensa, donde se forman los futuros oficiales de los Cuerpos Comunes.
La ministra nombró en comisión de servicio a Sánchez Ramos como inspector general, lo que causó estupor. La Inspección General de Sanidad de la Defensa siempre la había mandado un médico, y por primera vez fue nombrado un farmacéutico.
Esa situación provisional pasó a ser definitiva con el nombramiento oficial de Sánchez Ramos como inspector meses después.
Sánchez Ramos tendrá que ser sustituido por uno de los actuales generales de brigada médicos: los directores de los hospitales militares de Madrid, Francisco Javier Areta, y Zaragoza, Juan Antonio Lara, y el jefe de Sanidad Conjunta, Alberto Hernández-Abadía.
También en primavera pasará a la reserva el general de brigada médico Antonio Lobato Muñoz, que actualmente está al frente de la Dirección de Sanidad del Ejército de Tierra.
Dos vacantes de general de brigada
Por tanto, quedarán al menos vacantes dos puestos de general de brigada médico: director de Sanidad del Ejército de Tierra, y el puesto que deje el nuevo inspector general de Sanidad de la Defensa, ya sea la Jefatura Conjunta de Sanidad, ya sea la dirección de uno de los dos hospitales militares.
Tendrán que ascender al menos dos coroneles para ocupar esas plazas. Eso abre nuevas oportunidades de que sea ascendida una mujer coronel de Medicina del Cuerpo Militar de Sanidad, bien entre las que fueron evaluadas años anteriores, bien entre las dos que realizan ahora el curso de ascenso.
Este curso, además de las citadas coroneles Pelet y García Rosado, lo están realizando también otros seis coroneles, hombres, del Cuerpo Militar de Sanidad. Hay tres médicos: Blas Vita, Salvador Enríquez y Marco Antonio Estella. Además, hay dos veterinarios (Agustín Tabanera y Alberto Cique) y un farmacéutico (Jesús Gallego-Nicasio).
Visto el precedente del general farmacéutico Sánchez Ramos como inspector general de Sanidad de la Defensa, entre médicos militares ya ni descartan que como director de Sanidad del Ejército de Tierra se nombre no a un médico, sino, por ejemplo, a un veterinario.
Eso sí, se da por hecho que el próximo inspector general de Sanidad de la Defensa volverá a ser un médico, tras la etapa de un general de Farmacia. Antes que Antonio Conde, también fueron médicos los inspectores José María Alonso de Vega, Santiago Coca Menchero, Luis Hernández Ferrero…