La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha aceptado los argumentos de la fiscalía y la acusación particular e incrementa a cinco años y once meses de prisión la pena para el sargento Saúl Antonio Guil por matar de un disparo al legionario mallorquín Alejandro Jiménez, de 21 años, durante un ejercicio en Alicante en 2019. La nueva sentencia condena a los oficiales que estaban al mando del pelotón de Alejandro, el capitán Antonio Cabello y el teniente Pablo Fernández. El primero recibe una pena de un año de cárcel por un delito de desobediencia. Al segundo le impone tres años por los delitos contra la eficacia del servicio y desobediencia.
Alejandro Jiménez falleció el 25 de marzo de 2019 tras recibir un disparo que, según puso de manifiesto la investigación de la Guardia Civil, partió del fusil de su propio sargento. Posteriormente los mandos de la unidad maniobraron para entorpecer las pesquisas de los agentes, manipularon el escenario y presionaron a uno de los soldados que colaboró con los investigadores.