Los chilenos se inclinaron a rechazar en las urnas una Carta Magna diseñada esta vez por un consejo constitucional con hegemonía de la ultraderecha y acompañada por sus socios de derecha. Al escrutarse el 90% del padrón electoral, la opción «En Contra» cosechó el 55,68% de los votos, contra el 44,32% de «A favor». Antes de confirmarse el resultado, tanto el Gobierno del presidente Gabriel Boric como sus adversarios se habían comprometido a no promover un tercer proceso reformista. Unos y otros hablan de un «cansancio constitucional» en la sociedad. A pesar del agotamiento y la volatilidad de las opiniones políticas, la consulta tuvo una alta participación del electorado: casi el 80% de las personas en condiciones de sufragar.
De esta manera, el país sudamericano vuelve al escenario previo al estallido social de octubre de 2019 cuando, para encauzar la situación, se consensuó redactar un nuevo texto fundamental. «La madre de las batallas», dijo en su momento la izquierda. Esa primera iniciativa, de corte progresista y paritaria, fue sin embargo derrotada en setiembre de 2022. Sus impulsores pagaron el alto costo del fracaso. La situación no se ha invertido por completo este domingo. Si bien los sectores conservadores habían promovido el «A Favor», no se sienten incómodos con la vigencia de la Constitución elaborada en 1980 a imagen y semejanza de la dictadura del general Augusto Pinochet. Por lo tanto, el hecho de que se mantenga esa Carta, que ha sido objeto de unas 70 reformas desde que comenzó la transición democrática, en 1990, es, en un punto, una suerte de victoria para ese espacio a pesar del traspié electoral.
«Los chilenos dijeron al comienzo de esta historia que querían una nueva Constitución. Hoy día, por segunda vez ha quedado ratificada la Constitución vigente en Chile. Y es importante en eso ser coherentes con esta respuesta democrática que ha planteado nuestro país», dijo Javier Macaya, presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI, derecha). Cristóbal Bellolio, académico de la Universidad Adolfo Ibañez, recordó no obstante que la Constitución vigente tiene «una falla de origen» porque «se hizo bajo el fraude y la dictadura». Si bien en los últimos 43 años se fue enmendando el texto, lleva esa marca de origen que intentó quitarse en dos oportunidades.
La propuesta rechazada el domingo le otorgaba un peso decisivo al sector privado en áreas como la educación, la salud y las pensiones, precisamente las chispas que encendieron la revuelta de cuatro años atrás. Los colectivos feministas sostuvieron que esa Constitución suponia un retroceso para las aspiraciones de género en todos sus órdenes. «Las mujeres supieron lo que estaba en juego», dijo Carolina Leito, la protavoz de la campaña «En Contra». Lo mismo consideran los ambientalistas en lo que respecta al modo en que el Estado se preparaba en ese texto para el cambio climático.
La palabra del presidente
«Más allá de cualquier resultado, se fortalece nuestra democracia«, dijo Boric al momento de sufragar. «Hago un llamado a todos mis compatriotas a que valoremos estas instancias». “Nuestro gobierno va a seguir trabajando en las prioridades de la gente”, añadió el mandatario. El joven mandatario evitó una humillación política este domingo, pero no se encontraba en condiciones de acreditarse un triunfo personal ni el de su Gobierno, con varios frentes de tormenta en el horizonte.
Michelle Bachelet fue una decidida impugnadora de la propuesta de Carta Magna. La exmandataria consideró, asimismo, que, a partir del lunes, «se cierra» el camino abierto en 2019 en las calles. «Yo creo que no hay ni ánimo, ni ganas de hacer un nuevo proceso y segundo, creo que hay otros problemas mucho más urgentes que resolver«, entre ellos el de la seguridad urbana. Lo mismo señaló la portavoz presidencial, Camila Vallejo. La ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Tohá, no descartó cambios en el equipo de ministros a la luz de las novedades políticas. «Lo que nos espera es hacer un gran esfuerzo por sacar aprendizajes, por cumplir el mandato del pueblo, sea uno u otro».
Encrucijadas a izquierda y derecha
El escritor Rafael Gumucio votó «En Contra». La victoria de esa alternativa le ha dejado no obstante un sabor amargo. A su criterio se ha impuesto «la decepción hacia la política y los políticos». Lo ocurrido no le sorprende. A su criterio, ha ganado «el hastío hacia un Gobierno que ha logrado no ser ni querible ni creíble«. En un punto, la izquierda perdió, a pesar de que el escenario tan temido, la victoria de «A Favor», no llegó a cristalizarse. Todavía no ha podido recomponer fuerzas desde la paliza de setiembre de 2022. Boric, además, tiene una popularidad menor al 40%, insuficientes para imponer una agenda que incluye una ambiciosa reforma tributaria.
«Se cierra una etapa», señaló, sin visos de originalidad, José Antonio Kast. Con el correr de las horas, el líder del ultraderechista Republicanos intentó evitar pagar el precio personal del veredicto electoral. Su propósito de convertir la consulta en un plebiscito contra el Gobierno para cimentar su carrera presidencial a fines de 2025, no llegó a buen puerto.
La alcaldesa de la comuna de Providencia, una de las más prósperas de Santiago, Evelyn Matthei, de la UDI, volvió a avisar que quiere competir por el mismo cargo. Ella deslizó reproches hacia el partido de Kast por el modo en que encaró el segundo proceso constituyente. «Yo realmente a lo que aspiraba era que pudiéramos tener una Constitución que pudiera ser aprobada por el setenta por ciento de los chilenos. Eso lo que hubiese sido ideal».
Los analistas parecen coincidir sobre las razones del resultado. «Está tan agotada la población, está tan alejada de la voluntad de cambio que dominó la escena entre 2019 y 2021, que en verdad cualquier candidato presidencial que plantee un nuevo proceso constituyente va a ser repudiado por varios» dijo el experto electoral Pepe Auth.