Tras dos semanas de negociaciones en las que han participado cerca de 200 países, la Cumbre del Clima de Dubái (COP28) ha terminado con un acuerdo: acabar con los combustibles fósiles en 2050.
«La transición para abandonar los combustibles fósiles en los sistemas energéticos, de manera justa, ordenada y equitativa, acelerando la acción en esta década crítica, a fin de lograr el cero neto para 2050, de acuerdo con la ciencia», señala un texto que también insta a «acelerar los esfuerzos hacia la reducción gradual de la energía a base de carbón» y a «triplicar la capacidad de energía renovable a nivel mundial y duplicar la tasa anual promedio global de mejoras en la eficiencia energética para 2030″.
Otra de las medidas acordadas por las países ha sido triplicar la capacidad mundial de energía renovable y duplicar la eficiencia energética, así como «eliminar lo antes posible las subvenciones ineficientes a los combustibles fósiles que no abordan la pobreza energética o las transiciones justa». Se alienta especialmente a «acelerar los esfuerzos encaminados a la eliminación gradual de la energía del carbón» que no disponga de sistemas de captura de las emisiones.
También se ha pactado «acelerar la reducción de emisiones del transporte por carretera a través del desarrollo de infraestructuras y el rápido despliegue de vehículos de emisiones cero y bajas».
Pero no ha sido un camino fácil. Las discrepancias entre los países han obligado a extender la COP28 durante dos jornadas más y, de hecho, al acuerdo se ha llegado fuera de plazo.
El Consenso de los EAU asegura que se trata de un acuerdo aprobado por consenso «sin precedentes». El presidente de la COP28, el Sultán Al Yaber, que también es director de la petrolera nacional emiratí, cree que es «un logro histórico» y ha agradecido el «trabajo duro» de las delegaciones.
Desde la Comisión Europea consideran que esta COP28 «marcará el comienzo del fin de los combustibles fósiles». «El texto que tenemos ante nosotros pone en marcha una transición acelerada e irreversible para abandonar los combustibles fósiles».
En España, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha calificado el acuerdo como «un paso adelante muy importante». Sin embargo, cree que «queda mucho por hacer para garantizar la justicia climática». «Hemos tardado más de 30 años, desde Río (COP de 1992), en centrarnos en cómo alcanzar un mundo sin emisiones. Ahora entramos en una nueva fase y es importante seguir haciendo más, y que este acuerdo que firmamos hoy traiga más avances durante esta década crítica».
Las organizaciones de la sociedad civil se han mostrado más reticentes al acuerdo alcanzado. La ONG Greenpeace ha señalado que la COP 28 «no ha terminado con el acuerdo histórico que necesitamos». Por su parte, WWF asegura que «el resultado deja un sabor agridulce, aunque marca un momento importante» en la lucha contra el cambio climático.