Pedro Sánchez siempre pensó que Alberto Núñez Feijóo solo buscaba sobrevivir al frente del PP con su intento de investidura, abocado al fracaso ante la falta de apoyos, pero la confirmación definitiva le ha llegado este martes, durante la reunión que ambos dirigentes han mantenido en el Congreso de los DiputadosLa propuesta del líder de los conservadores de gobernar durante dos años y después convocar elecciones, según ha explicado después Sánchez a los miembros de la ejecutiva del PSOE, reunida para solemnizar su ‘no’ al PP, muestra que está pensando “en sí mismo”. 

“No está pensando en este país, sino en salvar su pellejo. Si a alguien le quedaba dudas, con esta iniciativa las habrá despejado”, ha dicho después la portavoz socialista, Pilar Alegría.

La cita, que ha durado menos de 50 minutos, ha sido tan infructuosa como se esperaba. Ni Feijóo ha convencido a Sánchez de que apoye su investidura, ni Sánchez ha convencido a Feijóo de que facilite la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)cuyo mandato caducó hace casi cinco años. Pero al menos ha servido para que ambos dirigentes, cuya relación es manifiestamente mala, se digan cara a cara y a solas lo que suelen señalar ante un micrófono. 

Lo primero que le ha transmitido el presidente en funciones al líder del PP, a quien el Rey nombró candidato a una investidura que se debatirá y fracasará los próximos 26 y 27 de septiembre, ha sido un amargo reproche. Las apelaciones por parte de dirigentes populares al transfuguismo de los diputados del PSOE como vía para intentar la llegada de Feijóo, le ha dicho Sánchez, son una falta de “respeto” y tienen que acabarse. El líder de los conservadores, ha explicado Sánchez a puerta cerrada en la ejecutiva, le ha contestado distanciándose de esos mensajes. Así que el jefe del Ejecutivo en funciones ha insistido, pidiéndole que “enmiende” a sus portavoces, explican fuentes socialistas presentes en el encuentro de la dirección del partido. 

La negociación con el independentismo

Los socialistas se mueven cómodos en esta situación. Se prolongará durante casi un mes, con Feijóo intentando “a la desesperada” encontrar algún apoyo (más allá de los ya anunciados de Vox, Coalición Canaria y UPN, con los que solo suma 172 votos a favor frente a 178 en contra) y recibiendo un portazo tras otro. Los colaboradores de Sánchez, alejados de los focos, avanzan mientras tanto en la negociación con los partidos soberanistas catalanes y vascos y esperan a que el Rey nombre candidato a Sánchez tras la derrota parlamentaria de su principal adversario.

La reunión de la ejecutiva ha transcurrido en un ambiente distendido, y Alegría ha empleado la ironía y el humor durante su comparecencia posterior para intentar desmontar el relato del líder del PP, que ahora pide respaldo al PSOE después de basar su campaña electoral en la promesa de que acabaría con la obra del Gobierno de coalición en la última legislatura. “Feijóo ha intentado convencernos de derogar el ‘sanchismo’, pero le ha faltado persuasión con Sánchez”, ha dicho primero la también ministra de Educación. “Ha pasado de querer derogar el ‘sanchismo’ a rogar al ‘sanchismo”, ha subrayado después.  

“Su planteamiento es falso de arriba a abajo -ha continuado la portavoz del PSOE-. No acepta lo que pasó en las elecciones del 23 de julio. Su proyecto era derogar el ‘sanchismo’, las leyes progresistas que ha aprobado este Gobierno. Los ciudadanos rechazaron mayoritariamente esa propuesta. Lo que tiene Feijóo es una mayoría en contra de su investidura. Cuando falle, que fallará, nosotros conseguiremos una investidura que dé estabilidad a nuestro país y seguir avanzando en derechos y conquistas sociales”.

El PSOE cada día contempla con mayor optimismo las posibilidades que tiene Sánchez de ser elegido. Las conversaciones con la formación en principio más reacia a apoyar la investidura, Junts per Cataluña, continúan con buen pie. La fórmula para despenalizar el ‘procés’, uno de los requisitos tanto del partido de Carles Puigdemont como de ERC, continúa en discusión, pero Alegría, al igual que Sánchez la semana pasada, no ha cerrado la puerta a que se trate de una amnistía cuya constitucionalidad genera debate entre los especialistas. Sin querer detenerse en si la medida es o no compatible con la Carta Magna, ha dicho: “Reencuentro y convivencia. Por eso hemos tomado decisiones que han sido avaladas claramente por la sociedad catalana. Nuestro marco es la Constitución”.