Alianza Lima recuerda este viernes con hondo pesar la muerte de una brillante generación de futbolistas que abordó un avión Fokker que desapareció en el mar de Ventanilla el 8 de diciembre de 1987. Han pasado 36 años que aquel fatídico accidente y el dolor continúa en la afición peruana.

El pueblo peruano jamás olvidará que el 8 de diciembre de 1987 se experimentó una de las más grandes tragedias que se pudo vivir en el balompié nacional. Y es que ese día a las 20:14 horas, los medios de comunicación informaban que la nave que transportaba al plantel completo de Alianza Lima se había perdido.

El 7 de diciembre de ese año, Alianza Lima viajó a la ciudad de Pucallpa para jugar un partido correspondiente al Torneo Descentralizado contra el Deportivo Pucallpa. Ese encuentro lo ganó la escuadra victoriana por 1-0 con gol de Carlos Bustamante, pero esta noticia pasó a segundo plano. 

El equipo fletó un vuelo chárter para hacer tanto el viaje de ida como de vuelta. El viaje de regreso se realizó el 8 de diciembre en un avión Fokker de la Marina de Guerra del Perú, el cual se precipitó al mar cuando se encontraba a escasos kilómetros del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, a la altura de Ventanilla. La búsqueda por parte del equipo especial duró hasta la mañana siguiente. La hinchada aliancista siguió expectantes noticias de la búsqueda, jamás perdió la esperanza de hallar a sus ídolos

El pueblo llora

Fueron 43 (entre jugadores, miembros del cuerpo técnico, terna arbitral e hinchas) las personas que fallecieron en ese trágico accidente que enlutó al fútbol peruano.  Entre las víctimas se encontraban el entrenador Marcos Calderón y José Caíco’ González (tío de Paolo Guerrero), César Sussoni, Carlos Bustamante y Luis Escobar, quien era la figura y promesa del plantel. Algunos cuerpos nunca aparecieron. 

El único sobreviviente fue el piloto, Edilberto Villar, quien fue hallado ileso en el mar, pero nunca hubo ningún testimonio. Incluso, se dice que no volvió a presentarse ante su familia.  Las especulaciones apuntan a que dejó el país y cambió de identidad. Aunque hay muchas versiones e hipótesis, la más comentada habla de una falla humana. 

El mundo lo lamentó

La noticia del accidente dio la vuelta al mundo. Bobby Charlton, desde Londres, manifestó su tristeza de manera pública al enterarse de lo sucedido. Personalmente, vivió algo similar con la tragedia de Múnich el 6 de febrero de 1958, donde murió parte del plantel del Manchester United. 

Asimismo, el club uruguayo Peñarol jugó la Copa Intercontinental en Tokio con crespones negros en la camiseta, en un gesto de solidaridad con el equipo peruano. Luego del accidente, en el país se percibió una sensación de desconcierto y una profunda tristeza general. 

Gente ligada al club aliancista como simpatizantes, jugadores, amigos y los familiares de las víctimas acudieron a las playas de Ventanilla y al Estadio Alejandro Villanueva en pos de noticias y sumarse al dolor.  Diversos medios de comunicación resaltaban el hecho con portadas incluso varios días después del accidente, acentuándose conforme el mar devolvía los cadáveres de las víctimas.