El informe de Coyuntura Económica en Aragón apunta que la visión sobre el conjunto de 2023 ha mejorado respecto a lo vaticinado en la encuesta del año anterior, aunque la perspectiva para 2024 prevé una desaceleración suave. No obstante, la previsión del estudio que elabora el Colegio de Economistas de Aragón, recabando la opinión de sus colegiados, es que 2024 va a ser «mucho mejor en cualquier caso para Aragón y peor para España».

El decano del Colegio de Economistas de Aragón, Francisco José García, y el presidente de la Comisión de Empresa, José María García, han presentado los resultados de esta encuesta elaborada entre septiembre y octubre de este año que fue contestada por unos 200 de los 1.500 colegiados y de las que 190 fueron validadas.

Como efectos negativos en la economía nacional, los colegiados han rebajado la inflación frente a la anterior encuesta del primer puesto hasta el cuarto, y ahora la principal preocupación es la deuda y el déficit públicos, seguidas por el clima de degradación política y las imposiciones de las minorías separatistas.

Como cuestiones que los economistas aragoneses consideran imprescindibles y a mejorar señalan la gestión de los fondos europeos, el diseño de una política de ahorro e independencia energética, conseguir un pacto de rentas entre empresas, trabajadores y administraciones y, finalmente, reducir los trámites administrativos como medidas imprescindibles. También señalan como recomendables la agilización de pagos del sector público a sus proveedores y la regulación de un fondo para despidos, conocida como ‘la mochila austríaca’.

En materia de política tributaria, la opinión que refleja se orienta a la deflactación del IRPF y la eliminación del Impuesto de Patrimonio y se muestran contrarios a los aumentos en sociedades y patrimonio. Entre los elementos globales que más incertidumbre generan están los conflictos geopolíticos y el coste de la financiación, así como la carencia de mano de obra especializada, que han calificado como «un problema recurrente» y que es un tema a mejorar y a afrontar en el largo plazo.

Ambos han insistido en que el marco de inseguridad es «más determinante» en la evaluación de la situación frente a la de capital humano y los economistas entienden que el entorno de riesgo político es el más difícil de afrontar.

Entre los participantes, destaca la mayor respuesta de los empresarios y ejercientes libres con un 56% frente a los empleados por cuenta ajena con un 35%, a pesar de que estos últimos son mayoría, y el resto son jubilados, funcionarios y desempleados.