En una sala de visitas del despacho de Óscar Puente (Valladolid, 1968) hay un enorme mapa ferroviario, muchos libros en las estanterías y unas cuantas carpetas amontonadas. Una de ellas tiene la etiqueta de Asturias, una región que para el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible supone ahora mismo felicidad plena porque lo de Puente ha sido llegar y besar el santo. Asturias llevaba cuarenta años esperando por la Variante de Pajares y Puente inauguró la colosal obra a los ocho días de jurar su cargo ante el Rey. Un momento para la historia. «El fin del aislamiento de Asturias», repite el ministro. Es jueves, llueve a cántaros en Madrid un día después del gran acontecimiento, y Puente recibe a LA NUEVA ESPAÑA en el Ministerio. La inauguración de la Variante y la llegada por fin de la alta velocidad no es el fin del trayecto, dice el ex alcalde de Valladolid, sino más bien el inicio de grandes oportunidades para la región.

–No lleva ni un mes en el cargo y ha inaugurado la Variante de Pajares tras casi veinte años de obras. ¿Es usted como ese delantero que sale al final y mete el penalti decisivo para ganar el título?

–Llevo unos nueve días y me han parecido nueve años. Ya se me ha olvidado, pero aterricé en este despacho con una huelga encima de la mesa que podía haber parado el país. Hubiese sido una forma de empezar preocupante. Conseguimos pararla y luego he tenido la suerte de llegar a túnel puesto. Mérito mío ninguno, solo suerte. Ojalá sea el presagio de un buen mandato.

En Avilés tenemos que madurar la actuación en la estación, porque es muy compleja




–¿Qué percibió en la inauguración?

–Me hubiese gustado más contacto con la gente, pero es difícil. Cuando llegamos a Oviedo, entre que unos se manifestaban por sus cosas y tal…Noté cierta sensación festiva, de alegría. Es una obra esperada durante muchísimo tiempo. Y no solo eso: no sé si en Asturias se es consciente del cambio que va a suponer la Variante…

–¿Qué va a suponer?

–Ahora mismo, cuando uno piensa en ir a Asturias desde la meseta, la mejor forma, segura y rápida será el tren. Eso, hoy en día, es un paso de gigante. Pienso en mi ciudad, en Valladolid, que tiene mucha tradición de ir a la costa de Cantabria y ahora habrá nuevas posibilidades de ir a Asturias. En tres horas podemos estar en la playa de Gijón.

–Los asturianos pecan a veces del llamado «grandonismo». ¿Estamos exagerando con la Variante?

–¿Solo en Asturias pecan de eso? (Ríe). No, sinceramente no, no se está exagerando. Creo que esto es una revolución para Asturias. La infraestructura va más allá: turismo, empresa, movilidad laboral… Asturias deja de estar aislada. ¡Oviedo-Madrid en menos de tres horas! Es un cambio radical. Pero no solo eso. Para el tráfico de mercancías la Variante va a ser tremendamente útil. He visto hace poco cómo se están fabricando locomotoras para operdores del ámbito privado. Para una tierra como Asturias es muy importante tener capacidad para mover mercancías con un 15% más de carga, más capacidad y reducción de costes.

–¿Cuánto se reducirán?

–Me hablaban incluso de dos tercios. Repito: estamos hablando de un antes y un después, sin ninguna duda. Es mucho dinero y mucha competitividad. Antes, desde Asturias, el camión era el transporte más rentable y va a dejar de serlo. Hay que pensar que al formar parte del Corredor Atlántico cuando los nuevos sisemas intermodales se desarrollen todo esto estará mucho más claro. Los nodos de comunicación nos permitirán aprovechar mejor las vías. Nuestro reto es llegar al 10% de media de transporte de mercancías por tren. Es una prioridad y Asturias tiene que jugar en ese campo gracias a la Variante. Son 4.000 millones de euros de inversión, veinte años de obras… ¡Solo faltaba que el cambio no fuese enorme!

–¿Cuántos trenes Avril (de ancho variable) van a llegar? ¿Se van a ampliar plazas en el trayecto? Habló del primer trimestre…

–No puedo concretar mucho porque tenemos que dimensionar la oferta, pero puedo decir algunas cosas con la absoluta tranquilidad de no equivocarme. Los Avril van a estar en el primer trimestre, si pueden estar en febrero, mejor que en marzo, y si puede ser en enero, mejor todavía. Nos acaban de entregar 13 trenes homologados, en parte para Asturias y para Galicia, pero habrá más. Esos los podríamos poner ya a funcionar. En el primer trimestre lo harán con toda seguridad, lo que supone un recorte de otros quince minutos.

–¿Cuándo esté todo operativo, de qué tiempos hablamos?

–Oviedo-Madrid será algo menos de tres horas, pero esto va in crescendo. Primero ampliaremos las frecuencias con los nuevos trenes y vamos a prolongar hasta Avilés, que tendrá alguna. Estamos trabajando en otros complementos que supondrán mayor velocidad, como la doble vía Valladolid-León y otras actuaciones dentro de Asturias. Progresivamente se verá. Habrá más frecuencias y velocidad, porque exploraremos todas las posibilidades de las vías.

–¿Puede adelantar alguna de esas actuaciones para Asturias?

–Espero que no sepáis nada, porque yo tampoco lo sé (ríe). Pronto se desvelará; en febrero estaremos presentándolo.

Ya concluyó la campaña geotécnica para el proyecto básico de la estación de Gijón


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–¿Cuántos operadores ferroviarios espera para la línea?

–Inicialmente estará Renfe, pero vamos a meter operadores «low cost», eso lo tenemos claro. Intentaremos que los precios sean accesibles, también en las frecuencias habituales. Habrá precios competitivos.

–¿Hay al menos una horquilla?

–No.

–¿Echó de menos a Isabel Díaz Ayuso en la inauguración?

–Si le digo la verdad ni me acordé de la polémica. Ella es más protagonista de lo que se cree. Fue un viaje estupendo con el Rey, con el presidente del Gobierno, con el presidente de Asturias, el de Castilla y León… Fue un viaje de muchas horas e interesante. No me acordé de Ayuso para nada.

–¿Qué sensación personal tuvo con tan poco tiempo en el cargo?

–Muy emocionante. Cuando me tocó hablar en el acto, que fui el primero, le dije al presidente del Gobierno que salía más nervioso que el día de la investidura de Feijóo [Puente hizo la réplica al líder del PP por parte de los socialistas]. Cuando salí me llamaron Carlos Puente y ahí dije: «Madre mía, a ver qué digo ahora». Fue todo muy emocionante, con ese vídeo de cinco minutos, los 5.000 trabajadores… Esto fue el sueño de alguien y seguramente a ese alguien, cuando trasladó su sueño, le tomaron por loco. Tantos años después he tenido la suerte de ser quien estaba en ese momento al frente del barco.

–¿Alguna anécdota?

–Le voy a contar una: ¡Volvimos hablando de Kissinger! El Rey, el presidente del Gobierno y yo. Cuando después vi que había muerto de madrugada lo pensé. Hablamos de todo, de temas personales, familiares, deporte, política… De todo un poco. Ocho horas dan para mucho. Para mí Asturias ya queda marcada. Vaya estreno: la huelga y el túnel. También fue interesante ver a gente con la que tengo muy buena relación. Incluso a Íñigo de la Serna (ex ministro del PP). Me dijo: «Me has tratado mejor que los míos». Fue muy entrañable. En este Ministerio hay una cadena de transmisión perfecta: a alguien se le ocurre algo y otro lo continúa. Hay que estar agradecidos a los que estuvieron antes.

–¿Qué va a pasar con la Rampa de Pajares?

–Va a seguir funcionando y habrá tiempo para tomar una decisión respecto a su continuidad. De momento, trenes regionales y media distancia van a funcionar.

–¿Y cómo está el plan de Cercanías para Asturias?

–Va como un tiro, hay previstos 1.500 millones de euros, de los cuales 1.100 están en fase de inversión y el resto están ejecutándose. El plan va muy bien. Por febrero haremos una revisión pública para que se vea.

–¿Qué puede esperar Asturias de ese plan?

–Es un plan completo y estamos hablando de algunas líneas. He visto vehículos que están ya funcionando y esa será otra de las grandes transformaciones de Asturias. Contará con un servicio muy bien dimensionado y vertebrará de manera transversal la región.

–¿El Corredor Atlántico pasa ahora a primer plano?

–La Variante de Pajares es la obra más importante del Corredor Atlántico; no empezamos de cero y quiero subrayarlo. Ahora tenemos que continuar con las actuaciones, pero la Variante es la más importante.

José Luis Roca


–¿Habrá un nuevo comisionado para el Corredor Atlántico si José Antonio Sebastián se convierte en su número tres?

–Estamos en ello, estamos en ello. Estoy muy contento con José Antonio y su labor al frente del Corredor. Darle otra responsabilidad me tienta, no lo oculto. Enseguida se filtró que la decisión se había tomado y no es exactamente así. Pero es que para mí el Corredor Atlántico es muy importante. El Corredor Mediterráneo es vital, pero está bastante encarrilado y el Atlántico es fundamental. Lo sé por mi propio origen: he sido alcalde de una ciudad que es parte del Corredor. Hay que mimarlo mucho y tendré que pensarme bien si cambio o no.

–¿Podría compatibilizar ambos cargos?

–No, no es compatible; por tanto es una decisión que tenemos que pensar.

–¿Ha repasado las obras que tiene pendiente en Asturias?

–Tengo un listado muy extenso de actuaciones, muchas estratégicas. En la autovía Oviedo-La Espina hay 90 millones de euros invertidos y estamos hablando de 77 millones entre Cornellana y Salas desde que gobernamos…

–Barbón le pidió mejorar la comunicación con León por carretera.

–Con Barbón, fundamentalmente, hablé de la Variante y nos emplazamos a una reunión próxima.

El pronunciamiento medioambiental sobre la Ronda Norte de Oviedo es determinante; se ha suscitado mucho rechazo social


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–¿Es insistente?

–Lo es, como todos los presidentes autonómicos, que son peleones y reivindicativos. Adrián, aparte de eso, ahí está. En los últimos años ha conseguido que la Variante se ponga en marcha. Hay veces que alcaldes y presidentes son insistentes, pero de mala manera, y no se dan cuenta que la mejor forma de hacerlo es sentarse con el Gobierno. Adrián hace eso muy bien.

–Tiene algo en común con él: los dos apoyaron a Sánchez en las primarias al partido de 2017.

–Sí, es verdad, lo único que él no era entonces presidente de Asturias. Tenemos muy buena relación, con él y con los socialistas asturianos.

–¿Asturias pinta poco en Madrid, donde se toman las decisiones?

–No tengo esa sensación, Asturias está muy presente en el imaginario colectivo y por supuesto en el del Gobierno. Prueba de ello es la Variante, que es una actuación que viene a demostrar que Asturias importa y tiene posibilidades. Hemos querido potenciar esas posibilidades desde la óptica del transporte sostenible y, en esa transición, la apuesta por el tren tiene que ser fundamental. Poderle decir a un vecino de Madrid que si quiere ir a Asturias no necesita coger el coche y va a llegar sano y salvo a su destino de forma rápida y cómoda tiene un valor inmenso. Asturias tiene un potencial increíble: paisajes, culturas, recursos naturales, gastronomía… Le faltaba una conexión rápida con el resto de España y ya es una realidad. Asturias tiene que aprovecharla a tope.

–Sobre el peaje del Huerna, ¿se plantea más bonificaciones o incluso suprimirlo?

–Ha habido bonificaciones del peaje y hemos topado al 4% la subida máxima de tarifas. De todos modos, este año la subida no hubiese sido del 4% en ningún caso porque el IPC subió muy por encima de esa cifra y nosotros sin embargo la topamos. Nuestra intención en este año es no cargar esas subidas del IPC y diferirlas a años posteriores. Invertimos 68 millones de euros en adecuar los túneles de esta autovía y vamos a seguir dotándola presupuestariamente para aumentar los vehículos ligeros y pesados beneficiados por los descuentos. Tenemos un 10% más de tráfico en esa zona.

–Avilés. ¿Qué plazo se maneja para el plan de vías?

–Hemos dividido esta actuación en dos: la variante desde Villalegre hasta la estación intermodal, y la estación actual soterrada, que es muy compleja porque está bajo el nivel del mar y estamos trabajando en esta actuación. Tenemos que hacerla madurar para que acabe viendo la luz pública. En julio enviamos la evaluación de impacto ambiental a estudio informativo y todavía no tenemos veredicto. Cuando tengamos la resolución aprobaremos el estudio y licitaremos los proyectos.

Por algún imprevisto se afectó el calendario del soterramiento de Langreo; estará en servicio en 2025


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–Gijón. ¿Cómo está el proyecto de la nueva estación?

–Se ha terminado la campaña geotécnica para redactar el proyecto básico y se hará. Cuando se apruebe redactaremos los proyectos de construcción de la nueva estación y la conexión de las vías de cercanías con el túnel del Metrotren, la estación subterránea y el cubrimiento de las vías hasta la calle Bertolt Brecht.

–Oviedo. ¿Qué pasa con la Ronda Norte?

–Es una actuación que está en fase de estudio ambiental y hubo muchas alegaciones, lo cual requiere de tiempo. El pronunciamiento del órgano medioambiental siempre es determinante, más si cabe si ha suscitado mucho rechazo social, como ha sucedido. Estamos recabando información que nos ha requerido el órgano ambiental, aunque nosotros ya enviamos documentación en julio. El asunto tiene cierto calado y debemos esperar a conocer ese resultado.

Langreo. Se amplió el plazo del soterramiento, ¿cuándo estará listo?

–Hay alguna afectación al calendario que estaba previsto por algún imprevisto. Todo está solucionado y es previsible que a finales de 2024 esté finalizado para entrar en servicio en 2025.

–¿Hay plazos para la variante de Villabona?

–Estamos estudiando las afecciones al territorio antes de someterlo a información pública. No puedo aventurar plazos.

–¿Se siente el ministro más criticado por la derecha?

–A lo mejor, no lo sé…Está disputado entre Félix Bolaños y yo.

–¿Qué quería decir con aquel ejemplo que puso sobre la amnistía y el embarazo?

–Fue muy claro. Que a veces uno hace cosas que por las circunstancias no haría en ese momento, lo que no quiere decir que no las haría en otro momento. Lo dijo también el presidente del Gobierno recientemente. La amnistía no estaba en el plan ahora, pero a lo largo del mandato la habríamos puesto en marcha.

–¿Cuándo hizo la réplica a Feijóo en el Congreso sabía que usted iba a ser Ministro?

–No, no…Bueno, ¿cuándo fue eso?

–El 26 de septiembre

–Ah sí, si lo sabía. Bueno, sabía que se quería contar conmigo en el Gobierno, pero no había dado una respuesta. Sabía, en fin, que el Presidente quería contar conmigo.