Reino Unido «tendrá dificultades para ganar impulso en 2024». La economía se mantendrá estancada a medida que pasa de un shock a otro mientras se desarrollará el impacto más amplio de una política monetaria más estricta por parte del Banco de Inglaterra (BoE). Pero, aunque el próximo año promete ser desafiante para el país británico, hay algunos motivos para ser optimistas. Estos son los tres temas que marcarán Reino Unido en 2024, según los expertos de Oxford Economics.
«Las presiones sobre los consumidores y las empresas derivadas de la alta inflación ahora están disminuyendo, pero la economía enfrenta importantes obstáculos debido al impacto retardado del endurecimiento de la política monetaria y las estrictas políticas fiscales», destacan.
En primer lugar, creen que el shock inflacionario, que ahora está remitiendo, dará paso a una desaceleración del crecimiento de los salarios. No obstante, «a medida que se vayan disipando los efectos de segunda ronda del aumento de los precios de la energía, esperamos que el crecimiento de los salarios siga superando a la inflación«.
Sin embargo, el efecto de una política monetaria más estricta seguirá acumulándose y los hogares, que hasta ahora han experimentado en sus ahorros todos los beneficios de los tipos de interés más altos con un fuerte aumento de los ingresos por intereses, también empezarán a estar más expuestos a tasas hipotecarias más altas.
«Esperamos que el BoE comience a recortar los tipos a partir del segundo semestre de 2024, lo que empezará a arrastrar a la baja los tipos de interés de los ahorros, por lo que es probable que la posición neta de intereses de los hogares en conjunto se debilite considerablemente el próximo año«, señalan.
Mientras tanto, la situación de las empresas es similar a la de los hogares. «Aunque los precios han aumentado marcadamente en los últimos dos años, no hay evidencia de que empresas fuera del sector del petróleo y el gas se estén beneficiando«, explican los expertos. Y también han tenido que absorber el impacto de los salarios más altos y los mayores costes del servicio de la deuda. «Ambos factores seguirán siendo un lastre para las finanzas corporativas este año», añaden. A esto hay que sumar que los apoyos a empresas y hogares se irán acabando en 2024.
En segundo lugar, Reino Unido tendrá que enfrentarse a los impactos más amplios de una política monetaria más estricta. Aunque la previsión es que el BoE comience a recortar los tipos de interés el próximo verano, en 2024 las consecuencias del ciclo de aumento de tasas seguirán apareciendo.
«Dados los retrasos asociados con los cambios de política, los beneficios de una política más flexible llegarán en gran medida en 2025 y más allá«, aseguran.
En materia de vivienda, prevén que la mala asequibilidad de las hipotecas mantendrá bajas las transacciones y hará bajar los precios. «Pero somos escépticos de que las tasas hipotecarias caigan lo suficiente el próximo año como para afectar seriamente la inasequibilidad. Es probable que esto signifique que las transacciones y los préstamos hipotecarios se mantengan en niveles muy bajos«, dicen.
Además, estiman que, a medida que más prestatarios refinancien, el grado de tensión financiera aumentará. «Muchos de estos prestatarios también tienen grandes hipotecas, y la combinación de altos niveles de deuda y un aumento sustancial de las tasas de interés amenaza con ser particularmente problemática para algunos». Y, aunque deberían permanecer muy por debajo de los observados en la crisis financiera mundial, ven probable que los niveles de atrasos y embargos sigan aumentando el próximo año.
Por la parte de las empresas, vaticinan que las insolvencias también seguirán aumentando: «Al igual que con los hogares, ya hay evidencia de un aumento de las tensiones financieras: en el segundo trimestre de 2023 se registró el mayor número de insolvencias de empresas desde mediados de 2009».
Pero no hay lugar para los catastrofismo. Los analistas de Oxford Economics confían en que habrá luz al final del túnel. Y este será, precisamente, el tercer tema. Para finales de año, la inflación volverá a estar cerca del objetivo del 2%. Además, el mercado laboral parece encaminarse hacia un aterrizaje relativamente suave, con un desempleo que alcance un máximo inferior al 5%.
Hay que tener en cuenta que en 2024 Reino Unido celebrará elecciones. «Es poco probable que el resultado de las elecciones afecte las perspectivas a corto plazo, en gran medida porque la mala herencia fiscal del gobierno actual dejará poco margen de maniobra al próximo», concluyen.