Pedro Sánchez fue investido presidente del Gobierno por tercera vez el pasado jueves tras reeditar el acuerdo de gobierno con Sumar, sus socios habituales de ERC, PNV y Bildu y el partido de Carles Puigdemont, Junts. Ese mismo día, el Ibex 35 cerraba la sesión con una subida del 0,28%, hasta los 9.667 puntos. Además, el selectivo español terminó la semana en máximos desde febrero de 2020 y con un alza acumulada del 4,2%. El índice ha continuado estos días con su senda alcista a pesar de la incertidumbre jurídica y “del clima de negocios cada vez más complicado” que denuncian los grandes empresarios.
De hecho, la ley de amnistía que posibilitado el pacto de investidura ha sido criticado duramente por parte de las patronales CEOE, Cepyme y el Círculo de Empresarios, pero también por empresarios como el presidente de Mercadona, Juan Roig, el presidente de Mapfre, Antonio Huertas, o el armador valenciano Vicente Boluda. “Se plantean políticas económicas que cargan el coste fiscal sobre la espalda de las empresas. (…) Es muy difícil que haya crecimiento económico y creación de empleo”, rezaba el comunicado de las organizaciones empresariales.
Más allá de las declaraciones, la encuesta mensual que realiza Bank of America a casi tres centenares de gestoras de fondos sitúa a España como el peor país de la Eurozona para invertir. “Esto nos genera preocupación, porque en los últimos años no vemos más que una caída continuada del volumen negociado en la bolsa española: de los 962.166 millones de euros negociados en 2015 hemos pasado a los 362.105 millones negociados en 2022. Tampoco nos deja tranquilos las advertencias emitidas este fin de semana por la agencia de calificación Moody’s señalando la posibilidad de que el rating de la deuda española pueda ser revisado a la baja”, valora Antonio Castelo, analista de iBroker.
Y con este cóctel, ¿por qué el Ibex 35 se sitúa en sus máximos desde febrero de 2020? “No es ninguna paradoja. El selectivo español está conformado por multinacionales españolas que dependen más de la evolución de la economía global que de la situación nacional. El índice tiene gran exposición a América Latina, Estados Unidos, la Unión Europea… Asimismo, en el mundo lo que mueve las bolsas son las decisiones de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo (BCE) y lo que se espera es que los tipos de interés se mantengan, al menos, hasta julio de 2024 en los niveles actuales. A partir de ahí los inversores estiman que los bancos centrales los rebajen para no acelerar el enfriamiento económico. El mercado, por tanto, no espera subida de tipos en el corto plazo y esto beneficia a las bolsas”, explica Víctor Alvargonzález, fundador de la firma de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.
Alvargonzález reconoce, con todo, que la política inquieta a los fondos de inversión y a los inversores internacionales. «Puede tener un efecto mayor en la economía real, en las pymes, en los planes de inversión internacionales y en los internos que podrían ralentizarse”, lamenta. “Los inversores internacionales lo primero que buscan es estabilidad jurídica y este Gobierno no la da”, arguye Javier Niederleytner, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB.
Lo concreto, y una de las cosas que preocupa a los empresarios, es que el pacto entre el PSOE y Sumar contempla prorrogar de forma indefinida el impuesto extraordinario a los bancos y a las empresas energéticas así como endurecer la tributación mínima del 15% en el impuesto de sociedades.
“Por regla general la tensión e incertidumbre política suele pasar factura en la actividad, en la confianza y en el fondo o largo plazo con un peor comportamiento relativo y/o unos múltiplos de valoración más bajos. El mercado español tiene cotiza a un ratio precio-beneficios (PER) de 10,6 veces pese a que se espera un crecimiento de los beneficios a doble dígito el año que viene: este múltiplo es la mitad que el de Wall Street”, comenta Luis Francisco Ruiz, analista del broker CMC Markets.
Portugal adelanta a España
La reelección de Sánchez al frente de la presidencia del Gobierno de España coincide, además, con la caída de la rentabilidad del bono español a diez años. La prima de riesgo española, el diferencial que paga la renta fija nacional a diez años en relación al interés del bono alemán, está por debajo de los 100 puntos básicos. Esto no sucedía desde finales de junio.
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Sin embargo, el Ministerio de Economía debe fijarse en que Portugal lleva desde que empezó el año con una prima por debajo de ese nivel y ahora se coloca en los 62 puntos básicos.
“Portugal ha sido gobernado por el Partido Socialista en los últimos años y la evolución del país luso ha sido notablemente mejor que la experimentada por España. No es un problema de ideología política. El problema es otro”, sentencia Castelo.