Madrid


13/11/2023 a las 07:45

CET


El partido pasa de asegurar que la ministra de Igualdad es «imprescindible» a limitarlo a una «propuesta» inicial

Podemos suaviza sus exigencias para facilitar su eventual entrada en el Gobierno de coalición. El partido de Ione Belarra planteó desde el primer momento la continuidad de Irene Montero como ministra de Igualdad como un requisito indispensable para verse representados en el nuevo Ejecutivo. Una máxima que ahora reducen a la categoría de «propuesta», abiertos a la posibilidad de que sea otro dirigente el que ocupase un cargo ministerial, en caso de que Podemos tenga finalmente cuota en el Consejo de Ministros.

En las últimas semanas, y ante la posibilidad de que Yolanda Díaz les dé entrada en la coalición, los morados han matizado sus planteamientos y la presencia de Montero, que en septiembre era una condición «imprescindible», en palabras de su secretaria general, ahora ha pasado a ser un punto de partida para negociar con PSOE y Sumar.

La formación prioriza así una posible presencia en el Consejo de Ministros, algo que les asegura visibilidad a la hora de defender sus tesis, así como recursos económicos y personal a cargo, a la continuidad de Irene Montero al frente de un ministerio. Pese a los numerosos llamamientos para que la todavía ministra de Igualdad continuase teniendo esta responsabilidad, en las filas moradas ya se había asumido que la dirigente no entraría en el Gobierno y han buscado alternativas para la dirigente, garantizándole visibilidad y responsabilidades en la formación, además de lanzarla como candidatable de Podemos a las elecciones europeas.

«Queremos estar en el Gobierno»

El partido, que hasta hace unas semanas condicionaba cualquier acuerdo de Gobierno a la presencia de Montero, adopta ahora un perfil posibilista, sin ligar a la titular de Igualdad con la posibilidad de sentarse en el Consejo de Ministros. En rueda de prensa el pasado lunes, la portavoz del partido Isa Serra ya planteó las nuevas tesis. Después de afear al PSOE que no se hubiese sentado a negociar con Podemos y de denunciar la falta de información relativa a las negociaciones, matizó la reclamación que hasta ahora habían hecho sobre la dirigente morada.

«Estamos haciendo una propuesta que tiene que ver con que queremos formar parte de ese Gobierno de coalición y queremos que sea Irene Montero», comenzó la dirigente, que consideró que «lo adecuado sería recibir una respuesta«. Fuentes del partido consultadas por este medio aseguran que esta «propuesta» sería el primer paso de las negociaciones, pero no una exigencia final. «Si recibimos una respuesta y nos plantean otra cosa, se vería y se tomarían decisiones», señalan, abriendo así la posibilidad de que sea otro cargo de Podemos quien aspire a un ministerio. Podemos deberá decidir, llegado el caso, entre dar portazo a Sánchez o delegar el ministerio en algún otro perfil.

El giro del PSOE

La posibilidad de que Podemos entre a formar parte del Gobierno de coalición se ha abierto en los últimos días y ha sido alentada por el propio PSOE, que se ha abierto a conceder a Sumar entre cuatro y cinco ministerios -los mismos que tiene ahora Unidas Podemos-.

En un primer momento, los morados estaban descartados a priori del ala minoritaria del Gobierno puesto que la importante reducción ministerial que se esperaba llevaba a que Sumar optara a tres o cuatro ministerios que podrían cubrirse fácilmente con representantes de sus partidos más próximos, con la cuota de los comuns -cargo que han propuesto a Ernest Urtasun tras el ‘no’ de Ada Colau-, y con la posibilidad de que entrase Más Madrid de la mano de Mónica García para Sanidad -cargo que también podría disputarle el médico y diputado asturiano Rafael Cofiño-.

Sin embargo, el hecho de que ahora se amplíe el número de carteras ha abierto la posibilidad de incluir a Podemos, una tesis que defienden algunos socialistas como método para neutralizar la oposición de los morados al Gobierno, que cuenta con una frágil mayoría y tendrá que negociar con cinco fuerzas cada una de las normas -Junts, ERC, Bildu, PNV y BNG-. El debate en Sumar sobre la conveniencia o no de que los morados estén dentro o no está servido, entre quienes consideran que integrarles serviría para aplacar sus críticas -entre las que se encuentra la propia Díaz- a quienes opinan que esto les daría precisamente un altavoz a la ofensiva que mantendrían desde dentro del propio ejecutivo.

«Exclusivamente» la investidura

Este mismo viernes Ione Belarra lanzó una consulta a sus bases para pedir el apoyo de los cinco diputados de Podemos «exclusivamente» a la investidura de Sánchez, pero advirtió de que el partido no tiene «ningún acuerdo programático» firmado con los socialistas, desvinculándose así del pacto alcanzado entre socialistas y Sumar. Una advertencia que vienen manejando desde hace meses, por la que amenazan con hacer valer cada uno de sus votos y obligar al PSOE a negociar con ellos cada una de sus leyes.

Una de las ideas fijas de Díaz es que el economista de Podemos Nacho Álvarez ocupase un ministerio. La propuesta ya le fue trasladada al interesado, actual secretario de Estado y miembro de la ejecutiva, que rechazó la oferta en un primer momento, alegando su inminente salida de la vida política.

En el partido morado han renegado de Álvarez como ministro de Podemos, y han dejado claro que cualquier dirigente que les pueda representar en el eventual Gobierno de coalición tendría que ser elegido por su propio partido. En sus nuevos documentos, reforzaron la prohibición de la doble militancia para evitar que ningún dirigente conviva entre Podemos y Sumar.

Irene Montero, descartada

El ministerio para Irene Montero está absolutamente descartado tanto por Sumar, que ya le vetó en las listas electorales, sino por el propio Pedro Sánchez, que sufrió la crisis del sí es sí y vivió en primera persona el pulso con la ministra de Igualdad por la reforma de la norma, que provocó más de un millar de rebajas de penas a agresores sexuales condenados vieran rebajada su condena. «Si le propusieran a Irene como ministra, el presidente no firmaría», defiende ante este medio un miembro del Gobierno socialista.

La todavía ministra de Igualdad en funciones es la figura más visible de Podemos, que le nombró en su nueva hoja de ruta como «líder indiscutible», aunque su última etapa en el Gobierno estuvo marcado por el importante desgaste a causa de la pugna por el sí es sí. Precisamente fue este episodio el que consumó la ruptura definitiva entre Podemos y Sumar, al considerar los morados que Díaz -más partidaria de una reforma rápida de la ley- se había puesto «de perfil».

Irene Montero, Ione Belarra, Isa Serra y Lilith Verstrynge, en una manifestación por Palestina.

| EFE

Podemos convirtió a su ministra en estandarte, y desde entonces ha insistido en la necesidad de que ocupe espacios en primera línea; una exigencia que plantearon hasta el último momento en el acuerdo de coalición electoral, donde finalmente le dejaron caer, y que han planteado también para la formación de Gobierno, donde Podemos allana el terreno para un desenlace similar.

A la espera de que Díaz traslade formalmente a sus candidatos su propuesta de reparto de ministerios, en Sumar consideran que, llegado el caso de que se proponga a Podemos su entrada, «serán ellos los que tendrán que decidir«. El debate en Podemos estará, llegado el extremo, entre dejar caer a Montero y elegir un ministro alternativo o, por contra, dar un portazo a su entrada en el Gobierno y consumarse como un actor externo a la coalición.