La ralentización del mercado inmobiliario ya afecta de lleno a la demanda internacional de segundas residencias, que en la provincia de Alicante representa más de la mitad del total de transacciones. Si las primeras subidas de tipos del año pasado apenas afectaron a una clientela que no suele necesitar financiación, la pérdida de poder adquisitivo de las clases medias europeas y la persistencia de la incertidumbre económica han acabado por hacer mella también entre estos compradores, que en el tercer trimestre del año redujeron sus compras de inmuebles en la Costa Blanca en un 14,3%.
De acuerdo con los datos recopilados por el Colegio Notarial de València, que agrupa a toda la Comunidad, entre julio y septiembre se vendieron en la provincia 6.817 viviendas a ciudadanos de otros países, 1.140 menos que en el mismo periodo de 2022, lo que equivale al citado descenso del 14,3%. Una caída que se atenúa en los datos del acumulado de los nueve primeros meses del año -que contabiliza 22.588 operaciones, solo un 5,65% menos-, gracias a los buenos resultados que aún se registraron en el arranque del ejercicio.
Aunque la situación no deja de ser mejor que en el segmento nacional –que ya se contrae a un ritmo del 17,2% en el tercer trimestre y del 13,6% en el acumulado del año-, la tendencia resulta preocupante, sobre todo si se tiene en cuenta que el turismo residencial supone uno de los grandes motores de la economía alicantina. Tanto por el impacto directo de las transacciones inmobiliarias, como por el gasto que realizan en otros bienes y servicios los compradores durante las estancias en sus propiedades.
De esta forma, solo la caída de operaciones contabilizada hasta septiembre supone una merma de 345 millones de euros con respecto a la cantidad que movió este negocio en el mismo periodo del pasado ejercicio, cuando el total de compraventas de extranjeros supuso una inversión de 4.334 millones de euros, por los 3.989 millones de este ejercicio.
El vicedecano del Colegio Notarial, el alicantino Delfín Martínez, vincula estos datos directamente con los efectos de la inflación y el empeoramiento de la evolución económica en Europa, que ha mermado la capacidad adquisitiva de las clases medias del continente y, sobre todo, las ha empujado a la prudencia. «Hay menos alegría», resume el representante de los notarios alicantinos.
Países
Los datos por nacionalidades reflejan hasta qué punto la incertidumbre está afectando a los distintos países. Los británicos se mantienen como los mejores clientes internacionales de las inmobiliarias de la zona, con 964 viviendas adquiridas en el tercer trimestre y 2.985 en el acumulado del año, cifras que suponen una caída del 21,1% y del 17%, respectivamente.
Aun mayor es el descenso contabilizado entre los alemanes –uno de los países más afectados por la subida de los precios-, que el pasado trimestre compraron un 26% menos casas en la provincia (490 operaciones); o entre los franceses, con un retroceso del 27,6% (312). No obstante, la palma se la llevan los suecos, que en otras épocas llegaron a representar el segundo mercado en importancia en la zona frente a la sexta posición actual, y que el pasado verano apenas sumaron 318 transacciones, tras desplomarse un 37,2%.
Entre los que mejor aguantan el tipo se encuentran los belgas, que en el tercer trimestre compraron 700 propiedades en la provincia, solo un 1,8% menos que el año anterior, y que en el acumulado del ejercicio aún mantienen un saldo positivo del 7,7%, con 2.374 transacciones. Polacos y holandeses también contienen la caída, con descensos del 9,8% y del 7,9% en el trimestre, respectivamente, y los únicos que siguen presentando cifras positivas son los rusos y los ucranianos, por el éxodo provocado por la guerra.
En el primer caso, en los nueve primeros meses del año han comprado hasta 1.022 casas en la zona, un 38,8% más, aunque en el tercer trimestre este crecimiento ya se limitó al 9,7%. Por su parte, los ucranianos sumaron 1.046 transacciones hasta septiembre, un 47% más, aunque igualmente en los últimos meses el aumento ya solo es de un 8,3%.
Desde la Asociación Provincial de Promotores (Provia), relativizan las cifras y recuerdan que la comparativa se realiza con el mejor ejercicio de la historia hasta la fecha, por lo que consideran que el mercado simplemente se está ajustando a un ritmo «más normal», en palabras de su secretario general, Jesualdo Ros. En este sentido, Ros asegura que no hay preocupación entre los empresarios y que la ralentización incluso puede resultar positiva para las compañías, ya que muchas se habían quedado sin stock ante el aluvión de ventas registrado.
Los bancos empiezan a abrir el grifo de las hipotecas
El vicedecano del Colegio Notarial de València, Delfín Martínez, anticipa que las cifras de la última parte del año podrían reflejar cierta recuperación en el mercado nacional, ya que los bancos han vuelto a abrir el grifo de las hipotecas. Una medida con la que tratan de contrarrestar la caída del saldo crediticio que han experimentado sus balances, con el aumento de las amortizaciones por parte de los clientes. Así, muchas estarían optando por la denominada hipoteca mixta para atenuar el coste de las subidas de tipos que deben pagar sus clientes.