A lo largo de la historia muchas son las rocambolescas experiencias que han vivido aquellos a los que les ha tocado algún que otro ‘pellizco’ en algunos de los sorteos que las distintas administraciones de lotería ofrecen en cada país. Aunque hay algunos que se han convertido en protagonistas incluso sin tener un décimo premiado. 

Es el caso de la historia que nos acontece aquí. Howard Walmsley, un vecino de Intake, Doncaster, copó todos los titulares de los tabloides ingleses a finales de los años 90 después de inventarse que había ganado nada más y nada menos que 8,4 millones de libras (unos 9,7 millones de euros) en la Lotería Nacional. 

Ahogados por las deudas, Howard y su esposa no pasaban un buen momento en su matrimonio. Motivo por el que el inglés decidió contarle a su mujer que había sido agraciado con el primer premio de la Lotería Nacional. Aunque no se detuvo ahí y la mentira no sólo acabó a oídos de Kathy. Los bancos y empresas a las que Walmsley debía dinero también conocieron el supuesto premio. 


Howard y su mujer

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Pero, conocedor de que no debía levantar sospechas si quería que todos creyeran su historia, el joven empezó a vivir su vida como si realmente tuviera 10 millones en el banco: le prometió un Jaguar a su esposa, una granja en Derbyshire e incluso emitió cheques para intentar comprar artículos de lujo. La bola se iba haciendo grande, tanto que las deudas empezaban a ser imposibles de devolver. 

Envuelto en todo este terremoto, Howard Walmsley encandiló a dos mujeres a las que logró estafar y sacarles dinero que usaba para ir atajando sus deudas. Pero no fue suficiente. La bola ya se había hecho gigantesca. Fue ahí cuando el protagonista de la historia se declaró culpable de 12 delitos de engaño y uno de contabilidad falsa. Unos delitos por los que, en 2001, fue condenado a 3 años de prisión. 

Howard

Howard

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