Xavi Hernández y su plantilla están intentando revertir la situación de disgusto y contrariedad que ha dejado la inesperada derrota ante el Shakthar Donetsk y la mala imagen dada, pese al agónico triunfo final, en Anoeta. El equipo ya venía ‘tocado’ de la derrota en casa en el Clásico, pero al menos aquel día el conjunto azulgrana dominó durante la primera parte al equipo blanco, que en la segunda dio un paso adelante y acabó superando a los culés en el descuento con un gol de Bellingham en que hubo al menos dos fallos de marcaje del Barça.

El miércoles, en la charla que mantuvo Xavi con sus jugadores, se habló de los problemas del equipo. Tomó la palabra el entrenador pero también lo hicieron los futbolistas, entre ellos los capitanes Ter Stegen y Araujo, así como dos veteranos con capacidad de liderazgo, Lewandowski y Gündogan.

Según pudo saber MD, Xavi hizo autocrítica sobre el juego del equipo, atribuyéndose parte de la responsabilidad y dejando claro que se había bajado el nivel en cuanto a la presión avanzada (con especial mención a una deficiente colocación en el campo a la hora de hacerla), a la salida de balón desde atrás y a la generación de situaciones de gol.

Para los jugadores perder contra el Real Madrid fue un fuerte golpe anímico y su confianza quedó muy ‘tocada’ porque tras una muy buena primera parte se perdió el dominio del juego en la segunda y el partido al final.

Una de las conclusiones más importantes de la charla en la que coincidieron técnico y futbolistas es que se debe volver a pensar en el equipo, en el colectivo. En los últimos partidos se ha visualizado que los jugadores no han estado todo lo coordinados que podrían estar, que no ha habido la comunicación necesaria en este sentido. Y ahí, concuerdan todos, hay que mejorar porque sin comunicación no hay sentido colectivo del juego.

El grupo coincide en que hay que recuperar el espíritu colectivo de la pasada temporada con el que se ganó la Liga

En esa línea, también hay una conjura para volver a ser un equipo solidario, organizado, que defiende y ataca junto y que no se rompe, como ha sucedido en diferentes encuentros, por ejemplo ante el Shakthar.

Se concluyó que hay que volver a hacer de forma intensiva la presión tras pérdida de balón y también en la salida del rival desde atrás, pero en bloque, no por partes, con las líneas separadas y de forma discontinua. Hay que volver, convinieron, a las raíces del equipo que ganó la Liga la pasada campaña siendo muy solidario y muy sólido. Deben volver a verse aquellas imágenes en que, tras un córner a favor, si se perdía el balón y el rival atacaba, todo el equipo volvía al galope para conjurar el peligro. Hay que volver a ser un equipo porque, apuntan, hay futbolistas muy buenos en la plantilla pero no hay cracks de los que decidan por sí solos un partido en una genialidad. Lewandowski, por ejemplo, es un gran rematador pero necesita que los compañeros le pongan buenos balones en el área.

Los jugadores reconocieron que deben dar un paso adelante a nivel de responsabilidad y recuperar la confianza a nivel mental siendo cada uno más exigente en lo individual, estando más concentrados en cada pelota, en cada duelo. Insistieron en que deben ser una piña más que nunca y estar aislados de lo que se dice en el exterior.

El equipo debe tener más comunicación y abstraerse del ruido exterior

Los jugadores admitieron que no han jugado nada bien, pero en el grupo también se quitó hierro a los dos últimos partidos porque en la Liga se está a dos puntos del eterno rival, el Madrid, y en la Champions League dependen absolutamente de sí mismos. Además, tienen claro que no hay que volverse locos porque la situación real es que hay jugadores muy importantes que salen de lesiones y tienen que recuperar el ritmo de competición, mientras hay otros también de peso que están cargados de muchos minutos por la ausencia de los que están o han estado de baja. En este sentido, se espera compensar la carga de minutos cuando vayan jugando más futbolistas importantes como Pedri y De Jong, que aún está de baja.

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